La cadena nuclear argentina en riesgo

La paralización de las obras de la planta de Dioxitek que se está construyendo en Formosa, pone en riesgo la continuidad del desarrollo del Plan Nuclear Argentino y de la operatividad de las tres centrales que funcionan actualmente.

Redacción

A partir de la información divulgada por el gobierno de Formosa, se conoció que el proyecto de la Nueva Planta de Uranio (NPU) de la empresa Dioxitek que se estaba construyendo en dicha provincia, fue paralizado por la falta de transferencias comprometidas por parte del Tesoro de la Nación.

Dichas instalaciones son claves para el ciclo de combustibles nucleares en Argentina, ya que estaban destinadas a producir dióxido de uranio (UO₂), que es un elemento esencial para las centrales nucleares del país. Asimismo, la paralización de las obras repercutirá negativamente en los reactores, que no tendrán lo necesario para funcionar, y causará un grave daño a la matriz energética nacional.

La firma Dioxitek es fundamental para la producción de energía nuclear argentina, ya que abastece el 7% de la energía eléctrica nacional. La planta que se estaba construyendo en Formosa, es complementaria de la radicada en Córdoba; y ambas son cruciales para mejorar la eficiencia y asegurar el suministro continuo de combustible nuclear necesario para las centrales de Atucha I, Atucha II, y Embalse.

“La construcción de la planta tenía por objetivo fortalecer la capacidad de proporcionar energía limpia y confiable con tecnología única en el país y una de las pocas en Sudamérica, significaba una gran innovación”, afirmó el expresidente del Directorio de Dioxitek, Julio René Aráoz. Agregó además, que a partir de “su total digitalización de procesos, todas las operaciones iban a estar automatizadas y controladas digitalmente”.

Esta conformación tecnológica – explicó – la planta iba a minimizar el impacto ambiental y a eliminar la necesidad de desechar líquidos, al adoptar un enfoque de vertido líquido cero. Comparada con las actuales plantas industriales en el país y la región, la NPU ofrecería un modelo de eficiencia, seguridad y modernización.

Dioxitek es líder regional en la producción de UO₂ y en la fabricación de fuentes selladas de Cobalto-60 (Co-60), utilizado en diversos sectores como la medicina y la industria alimentaria. Cabe destacar que todas estas tecnologías son exportadas a Canadá y Chile; es decir, también repercutirá en el ingreso de divisas al país, además de engrosar el prestigio internacional que nuestro país posee en materia de tecnología nuclear.

La paralización del proyecto NPU no solo compromete el suministro energético del país, sino que también impacta negativamente en la economía regional y en las numerosas contratistas involucradas en el proyecto, las cuales hoy exigen el pago de los compromisos asumidos, generando un perjuicio económico significativo y potenciales conflictos legales.

La paralización de las obras llevó a la caída de empleos especializados y al abandono de infraestructura e instalaciones al 70% de su avance, lo cual representa una pérdida de inversión para el Estado nacional por 150 millones de dólares.

La situación de Dioxitek también es endeble, ya que se expone a una posición precaria legal y financiera; con deudas pendientes que amenazan su estabilidad operativa y su capacidad para cumplir con los compromisos adquiridos con terceros.

El futuro de la planta de Dioxitek en Córdoba, también está supeditado al avance del proyecto NPU en Formosa. La renovación del permiso para su operación más allá de diciembre de 2024 depende directamente del progreso de la firma en Formosa, la creación de empleos y el desarrollo económico en la provincia y regiones asociadas. Asimismo, la generación de PyMEs locales también se ve afectada, ya que restringe y frena el crecimiento industrial y tecnológico de la región.

Fuente: AgenFor