Durante los últimos Gobiernos argentinos, se ha intentado establecer una imagen de cierta paridad con China, a partir de las relaciones comerciales. Pero es interesante conocer algunos números oficiales del gigante asiático, pera poder evaluar la verdadera proporción de ese intercambio.
Por Pablo Casals
Los argentinos tenemos que empezar a poder retener algunas dimensiones y significados, respecto de cosas que se dicen en los últimos años en materia de política exterior y relaciones comerciales. Las comparaciones con China son además de sistemáticas, erróneas.
Permanentemente se habla de establecer una relación de “sociedad” o de “complementariedad” con el gigante asiático. Ambos términos suponen una relación de paridad en el intercambio. Sin embargo, lejos estamos de soñar semejante disparate, que además resulta innecesario por extensión geográfica, cantidad de población y algunos factores adicionales más.
Antes de compartir algunos datos oficiales que difunde el Gobierno chino, pongamos un mojón de verdad: el Producto Bruto Interno de Argentina en 2021 (año consolidado por la estadística global), fue algo menos de 488.000 millones de dólares. El de China, 17.750.000.000.000 (17,75 billones de dólares). Clarito, ¿no?
Imposible establecer un parámetro de equidad entre ambas naciones. Ahora bien; Argentina no es menos que China. Primero porque no es necesario ser China. Segundo, no nos conviene ser China. Pero hay algo de lo que sí podemos aprender de los chinos, y sin copiarlos, adaptarlo a nuestra conveniencia y objetivos. Eso es la determinación de regiones productivas o zonas económicas, que tiendan además del pleno desarrollo a cierta equidad entre todas ellas.
Allá por la primera mitad de la década del ’80, China se propuso potenciar integral e industrialmente su inmenso territorio. Por entonces, estableció cuatro zonas de desarrollo económico. Un lustro después, amplió ese número a dieciocho; y para 1995, ya contaba con 127 zonas. Cuarenta años más tarde, su poderío a nivel internacional es insoslayable; y hoy los documentos oficiales hablan de un país con 217 regiones económicas.
Según el Ministerio de Comercio del gigante asiático, sólo en ventas externas esos núcleos productivos generaron 1,3 billones de dólares. Es decir, casi el 23% de lo generado por el comercio exterior chino, y aproximadamente 9% del PBI de ese país.
Respecto del mercado interno y sólo mencionando el plano de los productos derivados de la cadena tecnológica (telecomunicaciones), se facturó desde esas regiones 430 mil millones de dólares en 2021 (casi el PBI argentino). Cifra que representaron la cuarta parte de las operaciones de ese rubro en 2021.
Según el gobierno chino, dichas zonas de desarrollo cuentan con capacidad e infraestructura de innovación científica y tecnológica, incluyendo un total de 10.400 instituciones de investigación y desarrollo a nivel provincial al cierre de 2021. Además, explican que estas zonas aportan casi el 11% del PBI total chino que alcanzó en ese año, 17,75 billones de dólares (36,5 veces más que el PBI de Argentina).
Shanghai tal vez sea la zona más desarrollada de China y de mayor generación de valor en dólares. Según las estadísticas oficiales que se dieron a conocer en las últimas semanas, el Banco Municipal de esa ciudad, otorgó en créditos durante 2022, una suma cercana al 1,55 billones de dólares (tres PBI argentinos).
Como se ve, compararnos como “socios” de China, es un infantilismo. Casi dos planetas diferentes. Sin embargo, a lo chino, ellos encontraron un camino para poder desarrollar equitativamente el país en algo más de cuarenta años.
Acá no hay que copiar, sería un error gravísimo. Una cosa es China, y otra muy distinta Argentina. Pero, sí podemos aprender de la experiencia de desarrollo progresivo. Arrancaron en 4 regiones y hoy están en 217.
Podemos hacer algo parecido en Argentina y para beneficio de todos de cara a fin de siglo.
Fuente: Xinhua / INDEC / Bco Mundial
1 Comment
Eso estaría muy bien si nos dedicáramos a cubrir las necesidades de la población sin destruir todo a su paso sin extractivismo sin zonas de sacrificio desbastadas si una carrera demencial detrás de generar riqueza x que si no se para esta locura de sobreproducir y destruir todo lo que sustenta la vida no tiene mucha cuerda la humanidad en este planeta /ecosistema