Desde La Pampa se impulsan dos líneas fundamentales para la recuperación económica, ambiental y laboral de la provincia. Además de la lucha por la recuperación del caudal de los ríos Atuel y Salado, se impulsa una propuesta de planificación de acueductos hacia el oeste y la mejora de la infraestructura del riego asociada al río Colorado.
Redacción
La Fundación Chadileuvú (FuChad) viene llevando adelante desde hace 40 años la defensa de los recursos hídricos de la provincia de La Pampa, y participando de reclamos y reivindicaciones fundamentales para ese territorio como la recuperación del caudal del río Atuel.
Además, la entidad impulsa propuestas de obras hídricas y de manejo del recurso, fundamentalmente orientados a de mayor cobertura al oeste provincial.
Desde la FuChad, consideran que esa región pampeana podría mejorar e incrementar su receptividad ganadera si se resolviera la falta de agua, lo que permitiría aumentar el rodeo provincial. Las aguas subterráneas son profundas y a menudo no aptas para el ganado debido a altos niveles de sulfato, magnesio y flúor. Por lo tanto, las posibilidades son las de trasladar agua de lagunas como el Meauco o el Carancho donde hay agua buena, hacia zonas donde se necesita.
La entidad sabe que la obra pública está parada, pero consideran los acueductos son proyectos importantes que habría que priorizar cuando haya dinero; máxime en el contexto pampeano de apropiación de los caudales naturales aguas arriba. En el pasado, el ganado bebía del Río Salado, a pesar de su alto contenido de sales, pero ahora, con el río seco, los productores deben trasladar el agua en camiones hasta sus campos a un costo muy grande.
Por el territorio pampeano deberían correr cuatro ríos: el Atuel, el Salado-Chadileuvú-Curacó, el Quinto y el Colorado. Los dos primeros están prácticamente secos, principalmente debido a acciones que involucran a provincias vecinas, especialmente Mendoza. El caso más conocido y arquetípico en lo que respecta a este tipo de conflictos interprovinciales es el del Atuel, que llevó a La Pampa a demandar a la provincia cuyana ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por el uso de esas aguas.
La discusión que propone la FuChad es fundamental para el contexto pampeano. La provincia es fundamentalmente agropecuaria, necesita industrializarse, especialmente en el procesamiento de su producción primaria. Posee una de las más bajas densidades poblacionales del país, fundamentalmente en el oeste provincial. El acceso al agua tiene mucho que ver para haber llegado a esta situación.
Desde la Fundación lo explican bien. Si se comparan la localidad mendocina de General Alvear, y la pampeana Santa Isabel, se verá que ambas surgieron en la misma época; distan 160 kilómetros una de otra; y las une la Ruta 143 y el cauce del río Atuel.
Sin embargo, en el caso de la localidad mendocina, gracias al aprovechamiento del agua para riego y las obras asociadas, Alvear cuenta con casi 100.000 habitantes y una producción vinícola significativa. Santa Isabel apenas llega a los 6.000 habitantes. Esto muestra la falta de desarrollo en una gran porción de la provincia, un territorio que está casi desierto y que el problema principal es la falta de agua.
Mientras el conflicto por el Atuel no se resuelva y La Pampa recupere el caudal que naturalmente atraviesa su territorio, la alternativa son los acueductos. Con ellos podría duplicarse la producción ganadera.
El ejemplo propiamente pampeano es el que impulsa el Ente Provincial del Río Colorado, que abarca Colonia 25 de Mayo, Casa de Piedra, La Adela y Gobernador Duval. El proyecto allí es expandir el área de riego, mediante las redes de canalización planificada, similares a las que existen en el río Negro, y teniendo en cuenta la ampla diferencia de caudales.
Según las fuentes y los informes provinciales, por el momento el fuerte es la actividad vitivinícola y los cultivos de pistachos, que ha diversificado la actividad económica. Esto amplía la demanda de mano de obra; y a medida que la producción se va complejizando, la necesidad aumenta y se requiere mayor calificación. Eso genera empleo y fomenta a que “el pampeano no se vaya”, aumentando así la población.
No es tan difícil. Agua, territorio y trabajo van de la mano.
Fuente: Más Industrias / Fundación Chadileuvú (FuChad)