Se conocieron los números definitivos del stock vacuno nacional de 2023. Las perspectivas de la cadena, además de los buenos augurios para el eslabón exportador, y los malos para la familia argentina. La carne en mostrador promete subir de precio y quedar cara para los cada vez más flacos bolsillos

Redacción

El sector ganadero está “conforme” por primera vez en muchos años. Se están dando dos fenómenos paralelos que a ellos les viene bien. Por un lado, los precios de faena estarían alcanzando un nivel “justo” y la exportación se continúa consolidando. Asimismo, el stock consignó mejores perspectivas que las que se preveían a comienzo de año, tras dos temporadas de cruenta sequía.

En el primero de los fenómenos, se da por sentado que el precio del kilo vivo para faena se estabilizaría en los $ 2.000 de promedio para los segmentos de novillitos y vaquillonas, según la operatoria registrada en las últimas jornadas de actividad del Mercado Agroganadero de Cañuelas previo a la Semana Santa.

Este valor se espera que en pocas semanas se consolide como un “piso”, tras casi 120 días de intentos por llegar a ese valor. Recuerden la fuerte suba del kilo vivo durante diciembre, tocó los 2 mil pesos y – según el lado del mostrador con que se mire – algunos festejaban y otros lo veían como catástrofe.

Bueno… Habida cuenta el proceso inflacionario, la recesión económica, la devaluación de la moneda y todos los demás condimentos que podríamos enumerar, aquello que se consideró catastrófico hace cuatro meses, hoy se mira con resignación de parte del consumidor, y con exultación de parte del sector ganadero.

El análisis que hacen no es muy complejo. Es tan simple que espanta: con esos valores de kilo vivo, el parámetro del precio del asado en el mostrador para el Área Metropolitana Buenos Aires (AMBA), rondará los $ 8.000. Es decir, si el consumo cayó significativamente, ni les cuento lo que pasará en las carnicerías cuando ese “piso” se consolide”.

Sin embargo, los ganaderos apuestan a que la exportación no se trabe, porque la “desregulación del comercio exterior es un hecho”. Para ellos, “comercio exterior”, significa “exportar” sin trabas ni cuotas a cubrir en el mercado interno o reservas de determinado tipo de cortes.

En criollo: no hay restricción para cuotas porque la demanda interna está por el suelo y promete seguir hacia abajo. Si la oscilación de los cortes va de 6.400 a 10.000 pesos en AMBA; imaginen el resto del país donde dichos valores se incrementan.

Más sonrisas por el stock

En cuanto al rodeo nacional de vacunos, según la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca y el SENASA, al cierre de 2023 mostró una disminución del 2,7%. Es decir, 1,5 millones de cabezas menos respecto de 2022. En total, el stock de fines de 2023 consignó 52.783.892 animales.

Las categorías que más perdieron respecto de 2022, fueron las vacas con 600 mil cabezas (-2,6%); seguida por terneros con 444 mil cabezas menos (-2,9%); vaquillonas 314 mil (-4,1%); y en menor magnitud los machos tanto novillos como novillitos, cayendo en 51 mil y 41 mil cabezas, (2,2 y 1% respectivamente). Si bien los números son importantes, se esperaba una caída más abultada, dados los parámetros estimados post sequía.

Las provincias que más vacas perdieron, en relación a su inventario fueron Santiago del Estero (-5,8%) y Córdoba (-5,3%), seguidas por Corrientes, Entre Ríos y Santa Fe entre 3% y 4% así como Buenos Aires y La Pampa, registrando caídas en torno al 2,5%, aunque con fuerte incidencia en el promedio general.

La categoría más afectada – tal lo hemos dicho en otras coberturas del tema -, fue la de vacas, donde las mermas registradas ascienden a casi 600.000 cabezas tras pasar de algo más de 23 millones de vientres a fines de 2022, a 22,4 millones en el último recuento.

Sin embargo, un motivo de festejo, fue la efectividad de vientres dada la cantidad de terneros logrados. Se consignaron 14.685.000 cabezas, dato que implica una merma del 3% respecto de 2022. Para el sector, la cifra resultó alentadora porque – dijeron -, estimaban un quebranto del 10%. Además, en cuanto a la efectividad de vientres, se consignó un 63,8% de terneros respecto de la cantidad de vientres en stock. Según SENASA, el porcentaje promedio giraba en torno a los 63 puntos.

Más allá de las mejoras en la eficiencia reproductiva de los rodeos, el dato permite inferir que la recuperación del rodeo total se daría un periodo más corto de tiempo. Es decir, se estimar condiciones más o menos óptimas para 2027; puede que esa situación se adelante en el tiempo.

Por lo demás, lo que sigue es la eterna discusión entre cuáles son los “porcentajes de extracción” anuales para conservar un rodeo nacional equilibrado. Es decir, de la cantidad total de animales, cuántos se deben enviar a faena sin afectar el equilibrio garantizando la demanda de mercado interno y externo.

¿Por qué decimos que es eterna? Porque según el criterio de extracción es el precio y la proyección de la actividad en las actuales condiciones. Los mandamases del sector abogan por que dicho porcentaje no debe superar el 24%. Es decir, de cada 100 animales se matan 24. Durante estos últimos años, dicho porcentaje aumentó en casi 3 puntos, pero con un rodeo cada vez menor en número. El ideal según esta mirada, es un rodeo total de 54 millones de cabezas.

Para otros, lo que debe hacerse es desarrollar una política de aumento de rodeo vía genética y tecnología reproductiva, que permita alcanzar un stock total de al menos 60 millones de cabezas y faenar el mismo 24% (14,4 millones de cabezas). De esta manera, se podría bastecer de forma abundante y barata el mercado interno aumentando el consumo per cápita, y poseer un excedente mayor al actual para destinar al comercio internacional.

Algo absolutamente realizable si se aplica una política pública acorde entre todos los eslabones del sector; además de que la situación de debacle general se supere y quede atrás como otro mal recuerdo.

No es difícil. Es voluntad de trabajo.

Fuente: SAGyPN / SENASA / Infocampo / Noticias Agropecuarias / Archivo Chasqui Federal.