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Amagar para presionar

Los fraccionadores de gas piden al gobierno que se revea el último incremento autorizado el mes pasado. Los precios en general no se respetan para el consumidor y el invierno está llegando. ¿En qué anda YPF Gas?

Redacción

Las estrategias de supervivencia adoptadas por las familias son múltiples y comúnmente osadas. Lo poco que se tiene hay que hacerlo rendir al máximo. El uso de la garrafa no es la excepción. Una de 10 kilos, para una familia de dos adultos y dos niños, en pleno invierno y cuidándola, dura una semana. Puede aguantar más, incluso un mes; pero en esos casos solamente se utiliza para cocinar; y se la combina con fuegos a leña, carbón o lo que se encuentre para quemar y calentar agua.

En febrero, el Gobierno nacional a través de la Secretaría de Energía, actualizó los montos de denominado “Plan Hogar” – vigente desde 2015 -, donde se establecen los precios máximos de referencia para las garrafas, se incluye el subsidio a las familias, y la compensación a productores demás cuestiones que hacen a la regulación del mercado interno del gas envasado.

Hasta aquí, y según lo recabado en la dependencia mencionada y en el Boletín Oficial, desde abril de 2022 hasta febrero pasado, el precio autorizado aumentó algo más del 77%. El último ajuste implicó un 10% por lo que la garrafa subsidiada ronda los $ 602; y el precio oficial final de referencia es de $ 1.118.

Estos precios, sólo corren en los puntos de distribución autorizados. En los comercios barriales o en los servicios de reparto a domicilio, los precios de la garrafa de 10 kilos, rara vez son inferiores a los $1.800. Para el caso de las familias que requieren el subsidio (aquellas que habitan barrios populares incluidos en el RENABAP) la asignación específica por la garrafa es de $ 600. Por lo tanto, las familias que necesitan de la garrafa, no gastan menos de 3.500 pesos mensuales, dada la dinámica de consumo descripta al principio.

A pesar de ello, y según se rumorea desde la Cámara empresaria que nuclea a los fraccionadores y distribuidores de gas envasados – CEGLA -, se estaría evaluando solicitar al Gobierno un nuevo incremento. Alegan que los mismos quedaron muy por detrás de la inflación anual acumulada – superior a 100% de febrero del 2022 a febrero 2023 -; y que ellos estarían 25 puntos porcentuales por debajo de ese guarismo.

Lo que la CEGLA estaría solicitando, es que a partir del 1° de abril – y de cara al invierno donde el consumo familiar se duplica -, el precio se “empate” a la situación de febrero. Si bien esto aún no es oficial, y por ende desde el Gobierno no han hecho referencia al tema, se espera que la revisión tarifaria sea considerada entre al menos un 8 y 12%; o bien un cronograma de incrementos escalonados.

Quien debería tomar cartas en el asunto es YPF, la mayor proveedora de gas envasado en el país. Argentina consumió aproximadamente 800.000 toneladas de gas envasado; algo así como 80 millones de garrafas. Si bien no todas fueron comercializadas por la empresa estatal, posee la cuota de mercado suficiente y por ende posición dominante, para poder establecer reglas claras y equitativas.

Saque la cuenta del promedio de boleta de gas mensual domiciliario – con y sin subsidio -, contra el costo mínimo de las garrafas para las familias.

No se necesita ser ingeniero astroespacial para darse cuenta de que el que el pobre paga un 20% que el resto por un servicio que apenas alcanza para cocinar.

Fuente: Boletín Oficial / Secretaría de Energía

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