La organización que nuclea a un sector de las pymes, CGERA, se reunió con Massa la semana pasada y le planteó un esquema de avance para el sector, más relacionados con el comercio exterior que con el mercado interno.
Redacción
El mundial de fútbol hace que muchas cositas se pasen de largo. No nos quejamos; pero es cierto. Entre los temas que siguieron de largo estuvo uno de para nosotros de mucha importancia porque se relaciona directamente con el trabajo argentino.
El miércoles pasado, el 23 de noviembre, el superministro casi presidente, Sergio Massa, se reunió con representantes de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA); un sector de los empresarios pyme ligados directamente a la importación de insumos. El tema, como se imaginarán, las condiciones generales de todos los resortes que conllevan las compras en el exterior.
CGERA le planteó cinco ítems prioritarios a Massa a través de un documento. El primero propone reajustar el denominado sistema SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina), por el cual se obtienen las autorizaciones para el pago de importaciones en dólares a precio oficial, implementando un sistema de declaraciones juradas mensuales de las empresas importadoras de insumos y/o materias primas que no se fabriquen en el país afectadas al proceso de industrialización de productos. Las mismas, no deben superar el 25% de la facturación en el mismo periodo para que quede manifiesto el agregado de valor al pedido de importación por parte de la empresa.
En segundo lugar, propusieron al ministro acceder a los mismos beneficios que se brindó a los sectores de la construcción y desarrollo inmobiliarios mediante la ley 27.613, denominada de “exteriorización de activos externos para el pago de importaciones. En criollo, “blanquear” los dólares no declarados y obtenidos en el mercado negro y destinarlos al pago de importaciones de insumos esenciales, bienes de capital, y de aquellos productos que sean necesarios para sustituir compras externas. El razonamiento para esto es simple: en teoría esos dólares no existen porque no estaban blanqueados, por lo tanto la utilización de los mismos para pagar importaciones no afecta las reservas oficiales.
Pegado a esto, vino la tercera propuesta que consiste en la realización de un estudio para la quita o rebaja de impuestos y/o aranceles a aquellos que utilicen divisas propias para las importaciones. Es decir: “si te pago con dólares “negros”, cobrame pero no me multes; y si te pago con dólares “blancos”, haceme una rebaja generosa”.
Como cuarto punto, CGERA planteó la cuestión de las tasas de interés. Básicamente que mientras los plazos fijos paguen el 75% anual los bancos no se moverán de esa posición. Por ende, el dinero de “encarece” y la posibilidad de acceder a créditos se hace cuesta arriba o imposible. Por lo tanto, las inversiones empresarias se harán con recursos propios. Por lo tanto, lo que proponen es una baja de la tasa; o bien, que se incremente la política de subsidios sobre la tasa (que el Estado nacional pague un importante porcentaje de los intereses que generan los créditos que tomen las empresas).
Por último, CGERA planteó la posibilidad de elaborar un programa de exportaciones de productos pyme a países socios como Brasil, cosa que el gobierno ve con posibilidades con realizarse, pero que es una condición que depende más de la buena voluntad de las otras naciones.
Como ven, esas son las prioridades del sector pyme. Aquél que genera el 70% del empleo en el país; pero que al mismo tiempo no tiene ni pude desarrollar mercado interno propio; peor que pretende exportar sin sustituir importaciones.
Entre los informes en los que vienen basando sus números de sector, están los informes de la Unión ndustrial Argentina (UIA). Algo así como que un productor de hortalizas propietario de una parcela de 10 hectáreas, analice su realidad agropecuaria con los ojos de un tenedor de tierras propietario explotador de 25.000 hectáreas.
Una autopercepción de volumen y capacidad industrial propias de la colonia próspera, en reunión con el gerente.
Fuente. INDEC / CGERA