En el marco del Plan IIRSA Paraguay trabaja para convertirse en un centro logístico para la región del Chaco Central en América del Sur. Es por ello que en su territorio avanza construcción del Corredor Vial Bioceánico, que pretende unir los puertos de Santos sobre el Atlántico y Antofagasta sobre el Pacífico.
Redacción
La construcción del Corredor Vial Bioceánico que atraviesa la región del Chaco Central, es una de las alternativas de transporte que postula desde el año 2000 el proyecto denominado Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). Su objetivo, conducido oportunamente por Estados Unidos y Europa, a quienes se sumó en China en las últimas décadas, es generan la infraestructura logística sobre Sudamérica que una los océanos Atlántico y Pacífico, para facilitar la extracción de materias primas y recursos naturales. Como contracara busca facilitar y abaratar el ingreso de manufactura industrial importada en los grandes centros industriales del mundo para copar los mercados internos de nuestro continente.
La situación de la región hace que este tipo de proyectos tengan adhesión en la población a partir que la construcción de estas vías de transporte troncales y la instalación de los centros de explotación y transferencia de mercadería, genera puestos de trabajo en zonas donde la ocupación escasea. Tal como ocurre usualmente, la promoción mediática de este tipo de iniciativas, ancla sus comentarios en los supuestos beneficios potenciales que tendrán las obras a futuro.
En el caso del Corredor Vial, el gobierno paraguayo apunta a que nuestro hermano país se convierta en el centro logístico para la región del Chaco Central. En los últimos años, dadas las objeciones que estas obras cosechaban en materia ambiental, los gobiernos y las empresas instrumentaron mecanismos de consulta con las comunidades que los corredores atraviesan, como forma de conseguir legitimidad social para la construcción de los mismos.
En el caso que estamos analizando, se destacó que se incluyeron pasos de fauna silvestre para proteger a los animales y prevenir la fragmentación del hábitat. Trece de ellos ya fueron construidos en el Tramo 1, en el Tramo 2 se prevén 15 para grandes mamíferos, y se planean trece más para el Tramo 3. El proyecto también incluye planes de reforestación, además de llevar adelante diversas actividades con comunidades indígenas y autoridades locales para garantizar que el proyecto respete el entorno cultural y humano de la región.
El proyecto contempla 224 km de recorrido por el Chaco paraguayo, dividido en cuatro partes. Además de los mencionados pasos, se implementan medidas de reforestación: los lotes 1 y 2 aportarán más de 14.000 plántulas, el lote 3 compensará 635 árboles, y el lote 4 ajusta su propuesta.
Según información del Ministerio de Obras Públicas y el Ministerio del Ambiente, los encuentros participativos y consultivos con comunidades indígenas y autoridades locales, promueven el ordenamiento territorial y capacita a trabajadores en protección ambiental y arqueológica. Es decir, se comprometen a regularizar la instalación de campamentos de obra, y la delimitación de las zonas de préstamos que serán cedidas a los servicios que requiere el Corredor, además de planificar la captación y obtención de agua mediante pozos artesianos.
El Corredor Vial unirá el puerto de Santos en Brasil, con los puertos chilenos de Antofagasta e Iquique, además de poseer actividad complementaria en los enclaves trasandinos de Mejillones y Tocopilla.
Fuente: Mercopress