Esta nota habla de dos montañas de guita, de un oligopolio y de un Gabinete espectador. La operación implica que en nuestro país, una sola firma controlará cerca del 25% de las exportaciones del complejo agrícola.
Redacción
Desde hace unas semanas resuena el tema. Como se trataba de trascendidos o supuestas fuentes imposibles de chequear – los “altos ejecutivos de la multinacional” no atienden el teléfono de esta humilde Redacción -, nos quedamos en el molde y esperamos. Si la operación se hacía, la iban a anunciar; de lo contrario, pasaría como tantas cosas.
El asunto es que la empresa estadounidense Bunge anunció durante el día de ayer, que adquiriría Viterra. Hasta el momento, esta última formaba parte del conglomerado de empresas que maneja la anglosuiza Glencore y dos de sus tentáculos financieros: Canada Pension Plan Investment Board y British Columbia Investment Management Corporation.
Hasta donde pudo saberse, la operación engloba entre traspaso de acciones, otros activos, dinero líquido y deudas apagar por parte de la compradora, una friolera de 18.000 millones de dólares. Según Bunge, las distintas etapas de la compra estarán consolidada a mediados de 2024, luego de que sean superadas todas las instancias regulatorias de los países donde las empresas están fehacientemente radicadas.
De esta forma, la operación convierte a Bunge en una firma que a nivel internacional, integra definitivamente la producción de materias primas, elaboración de alimentos, forraje (alimentos para animales) y aceites.
En el mismo sentido, la multinacional se convertirá en la mayor firma exportadora con posición dominante en el esquema de producción interna y comercio exterior que opera en Argentina. Hasta el momento, no hubo comunicación de acciones concretas por parte del Gobierno Nacional, desde ninguna de las carteras que podrían intervenir para limitar las condiciones monopólicas en el país.
Sucede que, por ejemplo, Bunge controla entre otras cosas, instalaciones portuarias y terminales de exportación – como las de la ex Junta Nacional de Granos – en los puertos marítimos de Quequén y Bahía Blanca, además de los enclaves en la cuenca del Paraná. Por su parte, Viterra, además de sus instalaciones en Timbúes – Santa Fe, forma parte del mismo conglomerado empresario-exportador con Oleaginosa Moreno; otor actor importante en el complejo oleaginoso.
Según los datos a 2022 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y del INDEC, entre los complejos cerealero, oleaginoso y subproductos de ambos, Bunge y Viterra en conjunto exportaron 20.864.696 toneladas. El total exportado por el país de esos tres segmentos el año pasado fue de 89.196.170 toneladas.
Por lo tanto, la multinacional norteamericana concentrará por sí sola, prácticamente la cuarta parte de las exportaciones del sector. Otros analistas, hablan del 68% de las ventas externas. En realidad, lo que hacen es sumar porcentajes arbitrariamente.
La ahora más grande, Bunge, concentró el 18% de las exportaciones de cereales, el 18% de las oleaginosas, y el 34% de los subproductos. Claramente, si se integran en una sola cuenta volumen medida en toneladas, el porcentaje real ronda el 23,5%de total de exportaciones d ellos productos mencionados.
¿El lector se estará preguntando de cuánta plata se tratan todas esas toneladas? A los precios consignados por la estadística oficial, Bunge y Viterra exportaron en 2022 aproximadamente por 13.875 millones de dólares.
Es decir, Bunge paga la operación de compra internacional y cubre la deuda asumida en la transacción, con una campaña y media de operaciones en nuestro país.
Así las cosas y por el momento, desde el Gobierno Nacional, no están haciendo ni el ruido al respecto. Ojalá forme parte de una falla profesional de nuestra parte. Pero hasta el momento, ni el “superministro” casi presidente y ahora anotado para la interna presidencial, Sergio Massa; ni el ministro del Interior, productor agropecuario y tomero oficial de Mekorot, Eduardo De Pedro; ni el ministro de Justicia – que no ve la hora de rajarse – Martín Soria, han emitido acción oficial sobre el asunto.
Fuente: Bunge y Cía. / SAGyPN / INDEC