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Chanchadas de la Patria Importadora

A partir de los informes sobre importaciones mensuales y anuales que distintas dependencias del Estado Nacional publican periódicamente, se puede advertir que hay sectores de la producción agropecuaria que ni siquiera están dispuestos a “cuidar” a la cadena de valor de la que forman parte.

Redacción

Uno de los rubros sobre los que se incrementaron las importaciones es el de la carne porcina. Producto que Argentina genera en forma abundante y en casi todos los rincones del país. Además, dado el precio de exportación que la carne vacuna mantiene en el mostrador desde hace al menos un lustro, parte del consumo habitual del bovino se volcó al cerdo como una manera de sustituirlo. Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, entre 2016 y 2021, el consumo interno per cápita de cerdo pasó de 12,35 a 15,89 kilos por año.

Argentina también exporta carne porcina al mundo, principalmente a China (en mayor medida), Hong Kong, Sudáfrica y Rusia. Sin embargo, nuestro país pasó de exportar 25.400 toneladas en 2019; 41.340 en 2020; y 30.120 en 2021.

Esta variación tan pronunciada de un año a otro puede explicarse fácilmente: por precio y calidad el cerdo argentino era codiciado en el resto del mundo y principalmente en el gigante asiático. Además, China atravesó la denominada “gripe porcina” lo que le dificultó el consumo de su producción interna y salió a buscar afuera. Por otra parte, hasta fines de 2019, los precios del maíz y la soja no habían comenzado con el repunte de los siguientes dos años, con lo cual abarataba los costos.

La caída abrupta del consumo interno y global por la pandemia, más el encarecimiento de lso fletes internacionales; más la suba del valor de los principales commodities, incrementó los costos de producción, pero al mismo tiempo hacia exceso de cabezas de cerdo sin poder colocar en los mercados exteriores.

Eso también tendría que haber implicado una caída de los precios internos de carne de cerdo en el mostrador, pero al menos en Argentina eso no ocurrió: la tonelada de carne se fijó en un criterio comparado con el precio de la soja y el maíz, que rondaba en el US$ 1,65. Al mismo tiempo, Brasil cotizó la carne a US$ 0,80, y comenzó a inundar el mercado interno nacional de carne de cerdo a mitad de precio. De esta manera, un contenedor con carga refrigerada de 25 toneladas, posee un costo de US$ 20 mil, contra cerca de US$ 41.250 que costaría ese volumen de carne de cerdo argentina.

La información emanada de AFIP, dice varios de esos importadores son productores de embutidos, aunque también esa carne llega directo al mostrador. Según se informó, en diciembre de 2021 entraron al país cerca de 5.500 toneladas (220 contenedores refrigerados) y por un total de 14.346.353 dólares. En enero de 2022, las importaciones rondaron las 5.900 toneladas. Brasil aumentó unos centavos su costo, pero la diferencia aún es de US$ 0,32 por cada kilo.

No es necesario ser un experto en porcinos para adivinar que esta dinámica, está estrangulando a la cadena. Los precios de producción de un cerdo están cada vez más caros porque sus insumos no paran de subir. El costo de los fletes también aumenta porque está fijado en relación. Sin embargo, y según informan productores del sector, los matarifes y frigoríficos tiran el precio a la baja, para buscar su rentabilidad en esa diferencia, ya que han resignado la venta en escala.

El Ministerio mientras tanto, nada. Dedicado a contener y abastecer a los productores de bovinos. Las vacas pagan más que los chanchos

Fuente: MAGyP / AFIP

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