Comercio exterior: las magias de los informes privados

FADA dio a conocer su informe de exportaciones agropecuarias, donde aseguran que las ventas externas crecieron un 19% en el primer semestre. El documento, marca con énfasis cuatro aspectos que mejorarían el “posicionamiento” nacional en los mercados del mundo.

Redacción

A medida que el Estado se retira de las decisiones fundamentales que hacen a la vida de la Nación, como ser el ejercicio de las actividades estratégicas fundamental de cualquier país para sí mismo y su relación con el mundo, la población pierde parámetros respecto de la importancia que dichas actividades tienen en la vida cotidiana de cualquier familia.

Trascartón, la pérdida de credibilidad del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)no colabora en cambiar la situación. Las estadísticas oficiales son fundamentales para cualquier país y fuente obligadas para cualquier medio de comunicación. Pero el cotejo entre los datos periódicamente publicados y la realidad “real”, arroja siempre una diferencia que no encuentra explicación y mucho menos defensa política de las autoridades gubernamentales. Por supuesto, nada de esto es obra de la casualidad; existe acción concreta.

En este contexto cobran demasiada relevancia las consultoras privadas y las entidades que trabajan y elaboran datos e informes que dan respuesta a los distintos sectores de la producción. Uno de los tantos casos es el de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA). Esta entidad, elabora periódicamente un Monitor de Exportaciones Agroindustriales donde trabaja con datos de 20 complejos productivos, y prepara 10 indicadores.

Según el informe para el primer semestre de 2024, FADA afirma que “las exportaciones del agro crecieron un 19% respecto al primer semestre 2023”, aunque habría trabas significativas para continuar con esa tendencia, y por ende, que se concreten inversiones y generación de empleo.

Según la fundación, el Monitor indica que el 72% de las exportaciones proviene de las cadenas de granos, 13% de economías regionales, 8% carnes, 2% lácteos y 5% otros. Afirma que Argentina ocupa el primer lugar mundial como “exportadores de jugo y aceite de limón y de aceite de soja. Somos segundos en maní, porotos y yerba y terceros maíz y harina de soja. Nuestro trigo llega a más de 25 países y en más de 80 disfrutan nuestras uvas y vinos. Nuestra carne vacuna es muy bien recibida en el mundo: estamos en las mesas de más de 50 países”.

El informe revela que las cadenas agroindustriales generan con las ventas externas 6 de cada 10 dólares que ingresan al país; y que en el primer semestre 2024 se acumularon US$ 24 mil millones.

Para FADA las “trabas para lograr un mejor posicionamiento en los mercados del mundo”, radican en la falta de acuerdos internacionales; excesiva cantidad de trámites administrativos; derechos de exportación y atraso cambiario para lograr el negocio.

Entre los principales argumentos que serían la causa de esta situación, es la escasa vinculación que Argentina posee con el mundo en materia de acuerdos comerciales con otros países, que quiten o reduzcan barreras arancelarias o sanitarias. El documento señala que así como la Unión Europea cuenta con 40 tratados, Chile con 32, China con 18, Estados Unidos con 14; nuestro país cuenta con 8 acuerdos de esa naturaleza. Es decir, la fundación agita la llama de la liberación comercial.

La segunda traba mencionada, es la burocracia en materia de comercio exterior, dada la cantidad de trámites que cada exportador debe realizar hasta consolidar la transacción. Según FADA la “agilización” -desregulación- de las transacciones motivaría que la economía crezca. Hecho que de por sí se aplicó en Argentina en varios periodos, y lo único que creció fue la concentración empresaria en las distintas actividades, la especulación y el desplazamiento hacia los márgenes del sector del trabajo.

Los Derechos de Exportación o “retenciones”, serían la tercera trava que se antepone para que las cosas mejoren. FADA afirma que tales impuestos generan efectos negativos. Es decir, menos producción, inversiones, empleo y menos desarrollo para las regiones que producen a lo largo y ancho de Argentina.

Esto tiene una gran cuota de verdad en la repercusión negativa que tales aranceles generan en el pequeño y mediano productor. Sin embargo, la quita de retenciones no sólo no solucionaría el problema, sino que ampliarían los procesos de concentración, pues las exportadoras no van a pagarle mayor cantidad de dinero al productor. La única manera en que la eliminación de las retenciones obre positivamente, sería en el reemplazo del ingreso fiscal que las mismas representan, por la facturación por el ejercicio del comercio exterior por parte de una empresa estatal. Pero eso está fuera de agenda en estos tiempos.

La cuarta trava es el tipo de cambio, que entre otras cosas el peso se devalúa a menor ritmo que el crecimiento de la inflación, lo cual deriva en la pérdida de inversiones y retracción de un mercado interno francamente dolarizado.

FADA también desarrolla un indicador de la concentración de origen, que marca dónde tiene lugar la producción de cada cadena analizada. Así, explica que “la Patagonia se caracteriza por exportar en los rubros pesqueros, peras y manzanas. En la región pampeana en su mayoría es soja, maní, girasol, maíz, trigo, cebada, carne de vaca, lácteos y carne aviar. En cuyo prevalece la cadena vitivinícola. En el NEA lo que más se exporta es el complejo forestal, té y yerba. Por último, en el NOA se especializan en limón, porotos, y garbanzos”.

Respecto de lo que se puede esperar para el segundo semestre del corriente año, la entidad vislumbra un estancamiento general en la demanda del mercado externo y con precios bajos. Sin embargo, se esperan números mejores a 2023, que se deterioraron a consecuencia de la sequía. Así, FADA estima un total por exportaciones agropecuarias que rondaría los 50 mil millones de dólares; unos 12.000 millones por encima de lo comercializado en 2023.

Fuente: FADA