La semana pasada, se conoció el convenio entre la empresa de origen Continental Armadores de Pesca S.A. (CONARPESA) y el Consorcio de Gestión del Puerto de Coronel Rosales (Punta Alta). Según se anunció, las inversiones totales alcanzarían los 350 millones de dólares.
Redacción
Según se conoció, el acuerdo marco, consta de una primera etapa de obras e inversiones cercanas a los 150 millones de dólares, donde la firma construirá naves (galpones) para almacenamiento de insumos, repuestos, oficinas para la firma, red de incendio, playones de hormigón para vinculación con el muelle, cisternas y sistema de alumbrado.
CONARPESA, es un holding de origen español, que desde al menos cuatro décadas opera en nuestro país alrededor de la actividad pesquera. La firma de la familia Álvarez, tuvo por varias décadas radicación y operatoria desde el enclave marítimo de Puerto Madryn, comenzando como exportador de productos del Mar Argentino hacia España, para luego transformarse en uno de los actores determinantes del sector.
El grupo, hoy en manos de los hijos del fundador, los hermanos Álvarez castellano, posee una abultada historia en el ambiente pesquero y principalmente en la provincia del Chubut, dado su establecimiento y aceitados vínculos desde mediados de la década del ’90. El grupo, solo en España, supo tener una red de más de 20 empresas relacionadas a la explotación y exportación de pescados, mariscos y moluscos hacia la península.
En los últimos años, y particularmente luego de 2020, la firma ha tenido una serie de conflictos con las autoridades de las provincia de Chubut, y las municipales de Puerto Madryn; como con distintos actores ligados la actividad pesquera. Tal es así que ha cerrado plantas, levantado temporariamente flotas relacionadas a la captura del langostino; más una sucesión de idas y vueltas propias de una empresa líder en la actividad y con espalda suficiente para especular sobre sus asientos operativos.
De hecho, CONARPESA mantiene presencia en puertos de Rawson, Puerto Madryn,Caleta Paula y San Julián. Opera un flota propia compuesta por 12 buques tangoneros congeladores, 8 fresqueros costeros y 2 fresqueros de altura. Los tangoneros se especializan en la pesca de langostino y su inmediato procesamiento en plantas de a bordo.
Su presidente, Fernando Álvarez Castellano – que hasta posee un barco de la flota que lleva su nombre – manifestó la permanente intención del grupo en invertir en el país. De allí que según se informó, de aquí a fin de año, la firma se dedicará a la construcción de las instalaciones mencionadas, de cara a establecer en Punta Alta un punto de atraque para reparaciones navales, cerca de la zona de pesca.
Pasados pocos días del inicio temporada de zafra del langostino y dados los diferentes conflictos que acontecieron alrededor de la anterior prospección licencias de pesca, operatoria en muelles en todo el litoral marítimo, la empresa se aseguraría en el enclave en Puerto Rosales, un centro de atraque que resulta estratégico para su operatoria.
Según se informó, en un segunda etapa de inversiones CONARPESA realizaría obras destinadas al movimiento de pescado, con cámaras de frío y exportación.
Desde las autoridades del Consorcio de Gestión del Puerto de Coronel Rosales, se iniciaron gestiones de obras para mejorar el acceso al sector donde la firma realizará sus operaciones y pavimentación del muelle; al mismo tiempo que se abocan a la replanificación del espacio que administra el organismo. La zona sur del puerto y el galpón número 2, fueron otorgadas a CONARPESA por diez años, por lo que sólo quedarían disponibles para otras actividades el área de oficinas y otro espacio destinado a “otra inversión privada en la que estamos trabajando”, manifestaron las autoridades del Consorcio.
Es decir, las obras de pavimentación y acondicionamiento estarán a cargo del Consorcio mediante fondos provinciales y para lo cual se anunció que se contrató a una empresa de construcciones viales radicada en bahía Blanca. El grueso de la infraestructura operativa será abonado por los contribuyentes bonaerenses, para explotación de una empresa extranjera.
Los contraargumentos son tan conocidos como repetidos: primero; la mano de obra que vaya a ocuparse, debe ser local. En la situación actual de desempleo y precariedad laboral, que CONARPESA ofrezca algo más de un centenar de puestos de trabajo en una comunidad chica como Punta Alta, es difícil de refutar a causa de la urgencia. Segundo, que la infraestructura instalada luego terminada la concesión, queda a disponibilidad del Consorcio. Como siempre, habrá que ver qué calidad de construcción y qué complejidad tendrá dicha infraestructura.
En definitiva, dado lo escaso del monto de inversión – a razón de 35 millones de dólares anuales -, es difícil comprender cómo la provincia de Buenos Aires no asume por si misma el proyecto. Además de asumir parte de los costos de las obras, tiene un astillero disponible y casi inactivo para encargar las obras navales. Si Río Santiago hace las LICA’s para la Armada, puede también hacer los pesqueros; no serán buques de gran porte, pero algo es algo y la fábrica vuelve a activarse.
Sin embargo, es evidente que el sistema de referencia que detentan las autoridades provinciales, no contempla la posibilidad de que las actividades estratégicas para la nación o para la provincia en este caso, sean llevadas adelante por el Estado.
Otra macana más. Esperemos que los puestos de trabajo que se generen, sean estables y con sueldos dignos. Que al menos para ese puñado de familias es sufrimiento se detenga.
Fuente: Consorcio de Gestión de Puerto Rosales / Argenports / VíaPaís