Fabricantes nacionales exponen la preocupante situación del sector, ante la caída de ventas y el aumento de importaciones masivas por debajo de los costos operativos locales. La solución que proponen solicitando quita de impuestos y obligaciones patronales, aumentaría la crisis en el mediano plazo.
Redacción
De cara al 17 de agosto, jornada en la que se celebrará el Día del Niño en Argentina, los representantes de la cadena del juguete expresaron preocupación ante la situación que atraviesan tanto el país como el sector, a la vez que difundieron algunos pasos a seguir para intentar aumentar ventas y recuperar parte del terreno perdido ante la importación masiva de juguetes.
La cadena está integrada por 180 unidades productivas -entre pymes y emprendimientos locales- que generan cerca de 8.000 empleos.
Según datos de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), en el primer semestre de 2025 las importaciones crecieron un 79% en valor y 108,7% en volumen respecto al mismo período de 2024. Es decir, entraron al país 10.500 toneladas de juguetes por un total de 58,3 millones de dólares según valor de embarque. A lo que deben sumarse costos de fletes, seguros, tasas y aranceles, previo a su ingreso a nuestro mercado interno.
Haciendo una síntesis esquemática, Argentina produce juguetes a un costo de 3 dólares por kilo de materia prima utilizada, a lo que deben sumarse -de mínima- una cantidad similar todos los demás tópicos (instalaciones, energía, sueldos, logística, empaque, ensamblado, etc, etc), sin tener en cuenta los márgenes de rentabilidad del fabricante. La importación masiva, arroja el dato global de ingreso al mercado nacional de 6 dólares por kilo de juguete terminado y listo para comercializar.
La CAIJ informó además, que se duplicaron las empresas importadoras: de 265 que estaban registradas en 2024, se elevaron a 501 durante el primer semestre de 2025. Un dato preocupante que completa lo mencionado en el párrafo anterior, es que 139 empresas están importando juguetes a valores inferiores a U$S 3 por kilo. La Cámara define esto como “competencia desleal”, aunque se trata de una clara operación de dumping alentada desde el propio Estado Nacional.
El panorama configura los dos años consecutivos de caída en las ventas nacionales, más allá de una lenta recuperación del consumo que tiene leve impacto en distribuidores y comerciantes finales, traccionada por las importaciones de bajo costo. La caída de los puestos de trabajo en el sector y en proveedores locales es estrepitosa.
A esto se suma la seguridad de los niños, ya que habrían desaparecido los controles de materiales y componentes con los cuales se confeccionan los artículos que viene de afuera. La Cámara brega por promover el consumo responsable, con juguetes certificados y seguros, adquiridos en comercios habilitados, para evitar productos de baja calidad o sin controles.
La CAIJ sostiene que la industria argentina es competitiva en juegos de mesa, didácticos, masas, pelotas o triciclos, y que su participación en el mercado local -actualmente del 30%-, podría incrementarse si se redujeran cargas impositivas, costos laborales no salariales y se mejorara la logística. Es decir, el sector no sale del mismo laberinto que lo atrapa: en lugar de pedir protección para la actividad, solicita permiso para incrementar su desmembramiento desregulando la cadena hacia adentro y haciendo crecer a los intermediarios hacia afuera.
De cara al próximo Día del Niño, la Cámara del Juguete apuesta a las acciones promocionales como la Noche de las Jugueterías, prevista para el 8 de agosto, con descuentos especiales en tiendas físicas y online.
Fuente: INDEC / CAIJ / Motor Económico / Archivo Chasqui Federal.