Fuentes Seguras. Shanghai se fortalece, Irán se detiene a reflexionar Bolivia argentiniza su interna y Francia sorprende
9 julio, 2024
Desfiles
9 julio, 2024
ver todo

Desde Latinoamérica, el análisis sobre las elecciones francesas no debe realizarse bajo el paraguas ideológico «derecha-izquierda», categorías de consumo interno europeo que, extrapoladas a nuestro territorio-tiempo-historia en Suramérica, sólo conducen a conclusiones equivocadas.  

Por Luis Moro*

Ante todo, Francia es un país imperialista. 

Ninguna de las alternativas electorales francesas cuestionaba esa perspectiva histórica, que es central para nosotros, los latinoamericanos. Los socialistas, verdes y demás progresismos europeos son cómplices desde tiempos inmemoriales del desastre producido en África. Sin retroceder tanto en el tiempo, recordemos a Sarkozy e Hillary Clinton avalando la invasión colonial a Libia para apropiarse de los recursos naturales que el malo de Khadaffi había nacionalizado en beneficio palpable de su pueblo.  

Esa izquierda liberal de las metrópolis también avala el saqueo en nuestro suelo, hoy. ¿Acaso el triunfante laborismo inglés devolverá Malvinas? La usurpación colonial de la OTAN es una cruda realidad. Sus disputas partidarias internas no cambian su «destino manifiesto’. Dentro de sus fronteras expresan bellos ideales, que son financiados con la explotación de las periferias. Sus problemas con Marine Le Pen (que por cierto no dio señales de dejar atrás el colonialismo en Guyana u otras posesiones ultramarinas) no nos atañen, y es un deber ético señalar esas contradicciones, rebelarnos, con proyectos propios que apunten a la recuperación de las soberanías. 

La «izquierda» francesa que ganó las elecciones afirma en su programa que seguirá en la OTAN, librando guerras de conquista: haciéndole el juego a Macron, que no es otra cosa que un fiel representante de las élites financieras globales que hoy intentan desatar la guerra total contra Rusia, en un tablero que tal vez sea la manifestación de un primer paso hacia el enfrentamiento con China. 

Un escenario multipolar donde la construcción de nuevas hegemonías que reemplacen el orden de Yalta y Postdam, asoma indefinido y caótico. 

Nuevamente la disyuntiva argentina, como espacio de la todavía nación inconclusa latinoamericana, no es «democracia o facismo», categorías obsoletas, como izquierda y derecha. La disyuntiva para nosotros, los pueblos del sur sometidos, sigue siendo imperialismo o antiimperialismo. Defendernos del expansionismo voraz del capitalismo central. 

Patria desde el humanismo y la hermandad, o colonia de los depredadores, los perversos e inmorales.  

Lo demás son imposturas. Pour la galerie

*Periodista santafesino. Entre otros trabajos, lleva adelante el canal de Youtube “Punto de Partida”, del cual esta Redacción recomienda especialmente su seguimiento. El artículo fue publicado en el día de ayer, 8 de julio de 2024.

Fuente: Portal del autor de la red social Facebook.

Invitame un café en cafecito.app

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *