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Dólar pesquero, saqueo chino, logística inglesa, tráfico norteamericano e inteligencia extranjera sobre los recursos naturales marítimos. Elementos de solamente un puñado de calamidades que ocurren en nuestro Atlántico Sur.

Redacción

Mientras el empresariado pesquero de bandera nacional se reúne con el superministro casi presidente, Sergio Massa, en busca de un tipo de cambio específico para la actividad de cara a la exportación de las capturas por hacer, y la importación de insumos y repuestos para el alistamiento de los buques, la flota de poteros atraviesa la última semana de preparativos de cara a la zafra del calamar illex.

El próximo lunes, 2 de enero se habilitará la zona al Sur del paralelo 49°; mientras la flota testigo que opera ya desde el 15 de diciembre por fuera de la milla 201, lo hace en el paralelo 45° al 46°. Ahí es donde se concentrará el mayor esfuerzo de pesca.

Sin embargo, durante la última semana hubo repercusiones interesantes en el sector, y acontecimientos de tipo geopolítico a los que desde el sector empresario y gubernamental prefieren evitar.

Por un lado lo dicho: las dificultades expresadas por los armadores de cara a la zafra de calamar, de no poder completar el alistamiento de los buques en forma óptima. Las quejas van desde la dificultad de importación para reposición de poteras, lámparas de profundidad y elementos de pesca; hasta los precios de abastecimiento de víveres y combustibles (270 mil litros por buque).

De allí las diferentes pequeñas presiones y reclamos hacia el Gobierno nacional para obtener algunas concesiones respecto de tipo de cambio específico, bajas o quitas impositivas, agilización de importaciones, y demás pininos que vienen solicitando todos los sectores de la producción.

Pero hay algo que en esas mesas no se discute o eso parece. La invasión que sufre nuestro territorio marítimo, por buques de diverso tipo que atraviesan el Atlántico y el Pacífico para confluir en nuestro mar Argentino y operar casi a sus anchas.

Así, desde mediados de mes, las flotas china y coreana van tomando posición en zona de pesca del calamar illex por fuera de la milla 200. Tanto por el Beagle y Cabo de Hornos, como por el sur de África previo cruce del Índico, acompañan a dichas flotas buques de transporte de carga refrigerada (los denominados reefers) hacia los cuales los pesqueros hacen trasbordo de pesca en altamar; como también buques abastecedores de combustible que operan logísticamente desde Montevideo.

Ya con apoyo logístico en Malvinas, la flota noruega que captura krill, arrasa con la especie a media agua, y es procesado inmediatamente, para el preparado de cápsulas de aceite rico en omega 3 y derivados para la industria farmacéutica. Con el residuo, elaboran alimentos balanceados para la “granjas” flotantes de acuicultura salmonera; industria que Noruega integra de cabo a rabo con enclaves en todo el mundo.

Por otra parte, se encuentra el permanente tránsito de buques containeros y petroleros que desde el Pacífico realizan la ruta de puertos Buenos Aires, Santos, Río de Janeiro; sin contar que estamos atravesando la época de los cruceros turísticos de, cuya navegación se realiza entre los canales fueguinos, islas Malvinas y la península Antártica.

Una autopista marítima facilita la movilidad del saqueo, exploración y libre tránsito que se realiza en nuestro Atlántico Sur, y sobre el cual Argentina no posee control, vigilancia y mucho menos relevamiento exhaustivo. La energía está puesta en dejar hacer y dejar pasar.

Fuente: MEconN / Marine Traffic / Pescare

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