El Gobierno de Estados Unidos ratificó este lunes que no invitará a Cuba, Nicaragua y Venezuela a la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará durante el mes de junio en Los Ángeles.
Redacción
Previo al comunicado, el presidente mexicano, López Obrador, había solicitado en la conversación telefónica que mantuvo con Biden, que ningún país del continente fuera excluido de esa cita.
Brian Nichols, el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno estadounidense, manifestó que esos países “no respetan la Carta Democrática Interamericana, por lo tanto no espero su presencia”; en una clara muestra de soberbia discriminatoria.
Desde organismos y agrupamientos regionales, manifestaron su disconformidad ante lo expresado por Estados Unidos. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) llamó el pasado lunes a celebrar una Cumbre de las Américas sin excluir a ninguna nación.
Desde el denominado “Grupo de Puebla”, que reúne a ex-presidentes latinoamericanos y líderes políticos regionales, expresaron en un comunicado que dejar por fuera a estos países que han sufrido “los costos sociales del impacto depredador del virus del COVID-19” no tienen ningún sentido, si a fin de cuentas se analizará como tema central de la Cumbre el manejo de la pandemia y el cambio climático en la región.
En este marco, desde CELAC se comunicó que resulta “indispensable que superemos las divisiones ideológicas y nos enfoquemos en la búsqueda de coincidencias”, debido a las graves consecuencias que la pandemia del coronavirus ha dejado en la región. La Cumpbre de las Américas, “representa una gran oportunidad para construir un espacio de encuentro en el que participen todos los países del hemisferio de modo abierto e inclusivo, bajo el objetivo unificador de concertar acciones conjuntas”.
Suponemos que Estados Unidos no cambiará de actitud y si lo hace, no lo hará por presión continental, sino por conveniencia de negocios. Llegará el momento donde América Latina tendrá que volver a su esencia y encaramarse ante el mundo como un “todo”, y planificar política en consecuencia. Sus pueblos así lo demandan.

Fuente: Nodal / Tiempo Argentino