Flujos físicos de energía, la nueva medición de INDEC

Se trata de un apartado derivado del Sistema de Cuentas Ambientales y Económicas (SCAE). Según el organismo, es un “marco conceptual multipropósito” que busca complementar con la dimensión ambiental el Sistema de Cuentas Nacionales (SCN) a fin de medir el impacto de la actividad económica sobre los recursos naturales y el ambiente. El documento abarca los años 2018 a 2021.

Redacción

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) publicó por primera vez el informe sobre “Flujos físicos de energía”. El organismo explicó que el mismo permite un monitoreo de la oferta y utilización de la energía, lo que asociado a datos macroeconómicos devela intensidad y productividad.

El informe de INDEC argumenta que el trabajo está sujeto al análisis de cuánta energía se ofertó y demandó para sustentar la oferta y demanda global de la economía, qué actividades productivas son más intensivas en energía, cuánta energía se extrae del ambiente, cuánta se reutiliza y cuánta vuelve como residuo, entre otros aspectos.

El punto de partida del trabajo fue la determinación del conjunto de la energía involucrada en el flujo entre el ambiente y la economía, lo que se denomina “oferta energética total” medida en miles de tonelada equivalente de petróleo o KTEP. Este valor considera el flujo de la energía que circula dentro de la economía (155.380,6 kTEP) e incorpora, además, la energía que se obtiene del ambiente (78.080,6 kTEP de insumos naturales) y la porción de ésta que vuelve al ambiente en forma de residuos (6.664,8 kTEP).

Es importante aclarar que la serie de años presentada por el instituto estadístico abarca el período 2018-2021, y corresponde a la misma serie publicada para los cuadros de oferta y utilización del Sistema de Cuentas Nacionales.

De los insumos energéticos extraídos del ambiente, la Argentina recurrió al 93,6% de recursos como el petróleo, el gas y el carbón. En segundo lugar, se obtiene energía de fuentes renovables, como la hídrica, eólica o la solar (4,5%) y por último, el 2,0% de la energía proviene de los recursos basados en biomasa: insumos vegetales como soja, maíz y caña. El 2,8% del total de la energía ofrecida vuelve al ambiente en forma de pérdidas durante los procesos de extracción y de distribución.

Si bien los fósiles son mayoría, con las renovables se genera el 4,5% de la energía argentina. 

Ahora bien, el dato relevante del trabajo del INDEC sobre el destino de los recursos energéticos, se precisó que el 82,8% de la energía que ingresa a la economía es utilizada por las actividades productivas. En tanto, el 13,8 % refiere al consumo de productos energéticos por parte de los hogares, adquiridos u obtenidos de proveedores de energía, mientras que el 3,7% son recursos destinados a exportación.

Pero no todas las actividades económicas demandan la misma cantidad de energía para producir, sino que las tres actividades de mayor a menor consumo son los servicios de electricidad, gas y agua; Industrias manufactureras; Transporte, almacenamiento y comunicaciones, las que en conjunto son responsables por el 89,2% del consumo intermedio.

En mucha menor medida le siguen la Explotación de minas y canteras; Agricultura, ganadería, caza y silvicultura; Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores, motocicletas, y efectos personales y enseres domésticos; Administración pública y defensa y Planes de seguridad social de afiliación obligatoria.

En un análisis de los principales productos energéticos consumidos por actividad, la Industria manufacturera recurre en un 60,1% a petróleo; en Transporte 76% es gasoil; en Agricultura, ganadería, caza y silvicultura 93,6% también gasoil; y en Construcción 44,5% gas.

En cuanto a la demanda de los hogares el gas es también la principal fuente de energía (38,6%), seguida por la nafta (29,5%), la electricidad (24,9%) y el gasoil (7,0%). Del total de productos energéticos exportados, un 61,2% corresponde a petróleo, seguido de un 16,0% de biodiesel y 14,6% de transporte y distribución de gas.

La principal fuente de energía que se utiliza en los hogares argentinos es el gas.

A partir de estos primeros datos sobre la utilización del recurso energético, el trabajo aporta otros indicadores como los de productividad e intensidad, los cuales son importantes para evaluar la eficiencia energética de una actividad o una economía, y pueden calcularse a partir de las cuentas de flujos físicos de energía. En este caso se determinó que la productividad energética es 4,6 del PIB sobre la suma del consumo intermedio y el consumo final de los hogares; en tanto que la Intensidad energética resultante es de 0,2 por la suma del consumo intermedio y el consumo final de los hogares sobre el PIB.

Según INDEC, estos números serán la base de referencia para las futuras mediciones, lo que resulta por demás relevante ya que el indicador de productividad es útil para medir cuán eficiente es una economía en el uso de sus recursos energéticos, dado que relaciona todo lo que se produce en un país a lo largo de un año con la energía requerida para alcanzar ese nivel de producción.

El paradigma aplicado por INDEC es propio de los tiempos que corren en Argentina. Explica que, si una economía produce más que en períodos anteriores con la misma cantidad de energía, o bien, si produce lo mismo pero con menor cantidad de recursos energéticos, estaría siendo más productiva y, por ende, más eficiente en el uso de estos. Por el contrario, si una economía alcanzó el mismo nivel de producto que en años anteriores, pero necesitó más energía para lograrlo, el uso energético fue más intensivo.

Dice el organismo entonces, que “lo deseable”, en términos de eficiencia energética, es que la economía de un país evidencie indicadores altos en productividad y bajos en intensidad.

Fuente: INDEC / Mejor Energía