La Ilustración Oscura. El acuerdo EEUU – Europa. La importancia de los BRICS +. Las guerras y los pensadores. China, fastidiada con Israel. Irán, alerta. Monedas desconocidas. Russiagate y Epstein. ¡Se toman en serio la soberanía!
Por Gabriel Fernández*
Gracias a las marchas y contramarchas impulsadas por el presidente norteamericano y a los daños autoinfligidos por los gobiernos europeos, el panorama mundial se ha tornado opaco. La difícil aprehensión de sus ejes desdibuja la imagen y perjudica la comprensión del rumbo que están adoptando los acontecimientos. Si hay un elemento que resulta complejo desentrañar es el acuerdo dispuesto entre ambos espacios, y suscripto por el (cada vez más estentóreo) Donald Trump y la (cada vez más vapuleada) titular de la Comisión del Viejo Continente, Ursula von der Leyden.
¿En qué consiste? Bruselas admitió que el grueso de sus exportaciones —automóviles, acero, aluminio, aceite de oliva, bebidas, productos agrícolas— queden bajo un régimen de arancel fijo del 15 por ciento. Como contraparte, los productos estadounidenses ingresarán a la Unión Europea libres de gravámenes. También Se incluyeron compromisos de compra energética por más de 700.000 millones, así como la perspectiva de algunas inversiones no muy bien definidas. Ciertas producciones —aeronaves y genéricos— quedaron fuera de lista. Como originalmente Trump había amenazado con una carga del 30 por ciento, hoy se presenta como un gran negociador.
A simple vista es una rendición europea en una guerra no declarada. Al emplear la lupa, esa observación se refrenda. Como podía esperarse, un tsunami desligado de Kamchatka avanza en la región y Von der Leyden, amigos y socios, lo tienen que afrontar muy mal posicionados; apenas protegidos por livianos patitos salvavidas de plástico. El pacto, caracterizado por analistas y corrientes como político estratégico, más allá de su ostensible dimensión económica, parece una nueva versión del Plan Marshall a través del cual los Estados Unidos fingieron ayudar a sus aliados y terminaron extrayendo divisas, recursos, productos.
Apunta la investigadora Carmen Parejo Rendón que “la subordinación no es nueva, sino que, desde la Segunda Guerra Mundial, Europa ha orbitado alrededor de Washington. Dada la ´amenaza compartida´, las clases dominantes occidentales, a través de la OTAN y la OCDE, consolidaron una arquitectura que supeditó el desarrollo europeo a los intereses del capital estadounidense. El miedo real no era a una inverosímil ´invasión soviética´, sino a que los pueblos —inspirados por la resistencia partisana o el socialismo yugoslavo— eligieran caminos de transformación social. El precio: soberanía a cambio de ´protección´, pero solo para la oligarquía de los imperios europeos y frente a sus propios pueblos”.
La directora de La Comuna y columnista de RT, explicó que “Tras la caída del Muro, hubo momentos en que Europa insinuó un camino propio. El rechazo franco-alemán a la invasión de Irak o los discursos sobre un ´ejército europeo´ pueden ser interpretados como señales de autonomía, en el marco de los propios cálculos estratégicos de las potencias del Viejo Mundo, después de que Saddam Hussein empezara a comerciar petróleo en euros (y modificar las reservas, vale añadir). Ahora bien, ni llegó a haber ruptura con Washington, ni mucho menos se apostó por otro orden. Porque Europa no puede mantener sus privilegios en el marco de otra lógica global: necesita preservar la existente, basada en el saqueo del Sur Global”.
Con lucidez, Parejo Rendón subrayó que “Hoy el enemigo va más allá de Moscú o Pekín: se llama multipolaridad. Y esto ayuda a entender, para aquellos que esgrimen ilusamente que en el mundo actual existen ´otros aliados comerciales posibles´, por qué la Europa realmente existente y sus instituciones no puede aceptar esas otras opciones”. Es que el sustrato del problema resulta semejante: “impedir que los pueblos del mundo —y los del propio continente— escapen al orden financiero, militar y comercial de la oligarquía. Los BRICS, mediante acuerdos entre iguales, monedas alternativas y cooperación energética, amenazan esa arquitectura. Las instituciones europeas lo saben e, incapaces de rebelarse contra sí mismas, se refugian de nuevo bajo el ala de Washington”.
Bien. La observación es correcta, pero este redactor percibe que se ausentan de la misma algunos factores clave que resulta pertinente incluir. La diferencia entre el proceso que explotó en la Gran Guerra y esta Tercera Guerra radica en el sinceramiento y profundización de la desterritorialización de todos los estados centrales, a manos de las grandes corporaciones financieras. La absorción de recursos, antes circunscripta a los países subdesarrollados, se extendió de modo incesante sobre las potencias líderes a uno y otro lado del Atlántico. En cierto modo, por mucho que abucheen a Von der Leyden y sus acólitos, el acuerdo en cuestión fue redactado en Davos y, tras su plasmación, certificado en Washington y Bruselas. Lo que viene tiene sólidos lazos con lo que caracterizó el período reciente.
Volvamos por un instante a la estudiosa: “Europa aceptó las sanciones a Rusia sin pestañear, asumiendo inflación, desindustrialización y crisis energética. Se destruyó el tejido productivo alemán, se disparó el gasto militar y se recortaron derechos sociales”. A partir del re impulso al Intercambio Desigual, los sacrificios se descargan con firmeza sobre las franjas sociales más modestas de Europa. Ni Trump ni Von der Leyen ni los CEOs que elaboran programas pagarán las consecuencias. “Las pagarán los agricultores europeos, obligados a competir con productos estadounidenses subsidiados y de estándares más laxos. Las pagarán los pequeños productores estadounidenses, aplastados por las cadenas de distribución”. En el Norte, además, ya se está disparando la inflación. “La verdadera pregunta es por qué Europa acaba por plegarse ante cada provocación. La respuesta es tan sencilla como incómoda: sus oligarquías son conscientes de que el ascenso del mundo multipolar representa una amenaza a su dominio global”.
Los guerreros victoriosos ganan primero y luego van a la guerra, mientras que los guerreros derrotados van primero a la guerra y luego tratan de ganar. (Sun Tzu)
LAS GUERRAS Y LOS PENSADORES. ¿Cómo encarar una negociación de paz con adversarios cuyo objetivo básico es la prolongación de la guerra? Es preciso plantar ese interrogante para comprender las dificultades presentes. Sucede que, dentro de una evaluación razonable, se supone que cada polo de un intercambio debe ceder algo para poder avanzar. Un tramo de territorio, algún recurso natural, cierta cantidad de dinero, zonas comerciales, algo. Por estos tiempos la necesidad de evitar acuerdos de esa naturaleza, de forzar los conflictos, impide una progresión que fomente el atemperamiento de los contrastes.
Así como años atrás buceamos en el pensar del agudo Henry C K Liu para luego adentrarnos en las indagatorias de quienes se atrevieron a elaborar una comprensión cabal del período que abarca desde fines del siglo pasado hasta la actualidad, ahora vamos a acompañar a otro desconocido en Occidente que vale la pena atisbar. Se trata Víctor Gao. Analista internacional, diplomático y docente, Gao inserta en sus estudios conceptos prácticos que iluminan situaciones de difícil aprehensión.
Pocos días atrás se difundió una entrevista producida por Al Arabiya English en la cual se pudo conocer su visión; la misma, aunque está ostensiblemente vinculada con la filosofía deslizada por el canciller chino Wang Yi, contiene un ardor hasta el presente poco registrado en el decir del coloso asiático. El pensador y funcionario advirtió a Israel y a los Estados Unidos que deben cesar toda planificación destinada a guerrear contra los protagonistas emergentes. Puso especial énfasis al mencionar a Irán: otra agresión en su contra tendrá “ramificaciones globales”.
CHINA APRIETA LAS CLAVIJAS. Gao, uno de los orientadores del Centro para China y la Globalización con sede en Pekín, condenó los ataques militares de Israel contra las instalaciones nucleares iraníes. “China deplora realmente el ataque militar de Israel contra las instalaciones nucleares dentro de Irán y lo considera como una ofensa muy seria contra un mundo de paz y seguridad, dijo. Descartó las afirmaciones israelíes de actuar en defensa propia preventiva, calificándolas de “alta hipocresía, dado el propio arsenal nuclear no declarado de Israel”.
Ante la insistencia periodística, ratificó: “Es de alta hipocresía que un país como Israel, que violó la convención internacional en posesión de armas nucleares, acusara a otro país de tratar de poseer armas nucleares”. Argumentó enseguida que las acciones de Israel no sólo minan las normas internacionales sino que “pueden desencadenar una catástrofe regional y potencialmente global”. Entonces dijo algo que llamó la atención de este narrador: “En mi mejor juicio, es como el ataque sorpresa japonés a Pearl Harbor en la Segunda Guerra Mundial”.
China, enfatizó, ve a Irán como una nación soberana con pleno derecho a defender su territorio. “Lo que Irán hizo está justificado, porque defendió su propia soberanía e integridad territorial”, precisó. Están luchando contra los agresores, continuó, para luego incluir entre los mismos a los Estados Unidos. Así, lanzó un envío de larga distancia, inesperado en el marco diplomático del Dragón: “China ha estado aquí por 5000 años. La mayoría de ese tiempo Estados Unidos no existía siquiera y aun así sobrevivimos. Y si Estados Unidos quiere intimidar a China, vamos a manejar la situación sin ellos y esperamos sobrevivir otros 5000 años”.
En esa línea, dijo que “China siempre se beneficia protegiendo la paz y la estabilidad en cualquier parte del mundo. Es hora de detener a Israel”. Y objetó al gobernante de ese país: “nadie debería permitir que el primer ministro Benjamín Netanyahu intentara salvar su propia piel política de la justicia en casa y la justicia en La Haya lanzando una guerra de agresión. No podrá escapar del alcance de la ley”. Apuntó, además, que los Estados Unidos forman parte del problema y “juegan un papel encubierto en las escaladas”.
HASTA EL ÚLTIMO ISRAELÍ. Pero ¿a qué viene todo esto? Bueno, pese al vigor mostrado por la República Islámica de Irán en la Guerra de los 12 días, algunos informantes confiables afirman que la nación ocupante tiene previsto retomar ataques en la región. Desde ya que lo sigue haciendo sobre Gaza, mientras avanza en Cisjordania; pero las corporaciones se sintonizaron en modo ucronazi y parecen impulsar la necesidad de fomentar combates hasta el último israelí. ´
Cuando Israel lanzó su secuencia de ataques el 13 de junio pasado, emitió una serie de mensajes disparatados sobre el programa nuclear del rival, sugiriendo que Irán se estaba acercando velozmente a un punto de no retorno en su búsqueda por obtener armas nucleares y que los bombardeos resultaban necesarios para evitar ese resultado. La especie, reproducida por los medios afines fue, empero, desmentida por varias de las agencias de inteligencia norteamericanas.
Ahora, las versiones han vuelto a circular. Mientras arrecia la caracterización de terrorista contra la República Islámica, se despliegan los anticipos acerca de la decisión de Israel, que cuenta con el disciplinamiento del presidente Donald Trump -obtenido en las dos semanas recientes por corporaciones que de todos modos no le perdonan la inquietud generada- para poder retomar la iniciativa. Un empuje forzado, que da cuenta de la valoración con que subrayan esos capitales el día a día.
El analista mexicano Alfredo Jalife Rahme, sostuvo que el panorama ha ingresado en un estado de «pausa estratégica», pero el conflicto continúa. En una reciente intervención, Jalife desglosó la compleja fotografía de Asia occidental, advirtiendo que la guerra entre Irán e Israel «no ha terminado, solo están en pausa estratégica». Su análisis, que incluyó referencias más allá de la región, reveló una reorganización de los polos de poder global y profundas dificultades económicas, especialmente en los Estados Unidos.
La escalada de 12 días, según Jalife, fue un episodio lleno de complejidades y desinformación que explican la pausa. A pesar de los intentos, Israel no logró sus objetivos de debilitar la nación islámica. “Irán, aunque sin bombas nucleares, demostró capacidades militares significativas. Los misiles hipersónicos iraníes, como el Fataj y el Hiir, marcaron diferencias sobre los Estados Unidos y los cielos de Israel mientras los F-35 israelíes operaban contra Irán”. Esta «primera guerra global de la desinformación» también reveló la «verdadera bomba nuclear» de Irán: su capacidad de cerrar el Estrecho de Ormuz.
Un cisne negro en este conflicto fue el inesperado acercamiento entre Pakistán e Irán, apuntó Jalife. Pakistán, que posee alrededor de 190 bombas nucleares, respondió a las amenazas israelíes sobre la «opción Sansón» (el uso de armas nucleares si su existencia está en juego). La visita del jefe del Estado Mayor de Pakistán, Asim Munir, a Trump, oculta por los medios atlantistas, fue interpretada como una señal de que Pakistán se sumaría si la situación lo requiriera.
(La “Opción Sansón” es un plan secreto del Ejército de Israel que consistiría en:
1. Usar armas nucleares como último recurso si el país está a punto de ser destruido o invadido.
2. Aplicar la lógica de “si caemos, todos caen”, inspirada en el relato bíblico de Sansón (que mató a sus enemigos junto consigo mismo).
3. Lanzar un ataque masivo contra enemigos y ciudades clave de Medio Oriente, incluso si eso significa devastación regional).
En simultáneo, explicó el pensador, China ha prometido entregar aviones JC-10 a Irán, y Rusia ha reafirmado su compromiso de suministrar a la potencia persa lo que necesite, evidenciando el juego de los grandes actores en la región.
Más allá de Medio Oriente, Jalife subrayó una tendencia: el resto del mundo busca «acabar con el hegemón», los Estados Unidos, aplicando una estrategia de «overstretch» o sobreextensión. La administración Trump, vista como un «Talleyrand» que busca «controlar los daños» de un país «derrotado» tras experiencias como la salida de Afganistán, enfrenta un panorama interno desafiante. La grave crisis económica del Norte, su inmensa deuda y los 2.000 billones de dólares en derivados financieros constituyen un «talón de Aquiles».
En un planteo que este periodista estima aventurado -aunque comparte las consideraciones antedichas- el analista citado se inclina por una «hipótesis del mundo tripolar»: Estados Unidos junto a Europa, Rusia, y China. Indica que China lleva ventaja en 57 de 64 tecnologías críticas de impacto, y que Rusia es reconocida como la primera potencia militar mundial, superando a los norteamericanos en misiles hipersónicos y cantidad de bombas nucleares. ¿Dónde está el desacuerdo con el autor de estas Fuentes? En la ausencia de los BRICS + en el diagnóstico. Aunque no las equiparen, brindan volumen a las dos potencias emergentes.
“Mientras Rusia y China parecen esperar la implosión interna norteamericana, los planes de Trump, con iniciativas como el «Big Beautiful Bill» para la expulsión migratoria, son interpretados como un proyecto «supremacista de los White Anglo-Saxon Protestant (WASP)”. Finalmente, a pesar del control de los medios de comunicación y propaganda por parte de los Estados Unidos e Israel, según Jalife la narrativa se está perdiendo, en especial por la situación en Gaza, que ha «flagelado el alma de Occidente». Gran observación de un gran conocedor del planeta.
LA ILUSTRACIÓN OSCURA. En cuanto a lo que viene: es posible que se intensifique la difusión por vías alternativas de la llamada Ilustración Oscura, una suerte de contracara hiper elitista de la versión idealizada de la Ilustración (izquierda, nacionalismos populares). La vertiente contiene conceptos políticos aristocratizantes, monárquicos y dictatoriales, al tiempo que sugiere entronizar mega empresas al frente de las naciones. Nada de impuestos, restricción del Estado hacia sus zonas represivas, estableciendo diferencias de raza y, por supuesto, económicas, ya que “el poder corporativo capitalista debe ser la fuerza organizadora de la sociedad”. La idea sienta bien en numerosos cuadros directivos de firmas especulativas, tiene anclaje parcial en Silicon Valley y contactos con algunas fuerzas caracterizadas como nueva derecha.
El espacio en cuestión ha sido bautizado como movimiento neo reaccionario (NRx). Algunos de sus inspiradores son Curtis Yarvin, Nick Land, Peter Thiel, Steve Bannon, Michael Anton. Es ostensible que más allá de la pompa con que envuelven el planteo, todos confluyen en la eliminación de la democracia para facilitar el despliegue de un neoliberalismo muy acentuado. Cuando se recorren algunos textos, puede comprenderse que proponen dictaduras empresariales destinadas a canalizar recursos sociales hacia las corporaciones. En verdad, es una vieja idea que América latina conoce bien.
Los argumentos se basan en la importancia de evitar el “despilfarro” -al igual que los liberales cercanos, se refieren de ese modo a las inversiones– y en la falsificación de los proyectos populares al identificarlos con una variante del neo progresismo sin admitir que este se trata, también, de liberalismo. Desde ya que insisten en calificar al Estado como enemigo de la Libertad, aunque no logran elaborar una mirada que explique por qué pretenden emplearlo para sojuzgar a la sociedad. La ultra concentración de poder, evalúan algunos teóricos de esta matriz, deberá llevar a un transhumanismo en el cual solo ciertas elites tendrán acceso a las nuevas tecnologías (sobre todo a la Inteligencia Artificial).
Es preciso ser francos: estos bosquejos son una tontería. Han sido superados por tantos pueblos en los dos siglos precedentes. El intento por plasmarlos en políticas concretas llevaría a un baño de sangre alocado y a la disolución de la humanidad; pero también, a confrontaciones formidables entre las mismas elites. Sin embargo, integran un trazo de estas Fuentes porque, tras el impulso belicista reciente -las contiendas en Eurasia y Asia occidental son parcelas en la gran guerra del atlantismo contra los BRICS +– y en sintonía con algunos éxitos políticos -Milei en la Argentina, cómo negarlo- estos darks se perciben grandes y están listos para cualquier intento. Es decir, configuran riesgo.
Y a la luz de algunos resultados electorales, se han mostrado bien capaces de aprovechar los esquemas democráticos para reptar hacia el control de los resortes administrativos que les faciliten un avance. ¿A qué se debe, entonces, la cualificación burlona en el párrafo precedente? ¿Otra vez ignorando el potencial del adversario? Este narrador estima que el volumen adquirido por algunas variantes de la tendencia lóbrega brota de la fascinación con la cual sus elementales preceptos son absorbidos por las fuerzas populares. Fuerzas que desconocen a Arturo Jauretche, han jubilado a Carlos Marx, y por tanto se recuestan sobre nuevos teóricos europeos carentes de las herramientas necesarias para disipar tinieblas. Admiran a Xi Jingpin y a Vladimir Putin, pero desdeñan el andamiaje que los sostiene.
¿CÓMO DIJO? Apasionante, ¿no? Vale insertar un puñado de informaciones y así redondear el panorama. Por caso ¿en qué andan los especialistas multipolares que analizan limitaciones para la influencia mundial del dólar? Como se ha explicado en textos previos, el cambio rápido de un esquema monetario por otro no está en sus planes. Por otro lado, el ebrio andar de la Unión Europea ha damnificado lo que fue un proyecto concreto: el euro. ¿Entonces? Hay que prestar atención a la evolución de las monedas de las naciones petroleras del Golfo Pérsico. Esas que de habitual, ni se mencionan.
También: aunque silencioso, el desarrollo de Corea del Norte persiste sin freno. Pocas horas atrás, Kim Yo-hong, hermana del líder supremo Kim Jong-un, anticipó que su país no renunciará al programa de armas nucleares que ha delineado. Con filo, explicó que la nueva realidad internacional habilita esa continuidad y permite a Pionyang ignorar las amenazas de los Estados Unidos para que modifique el proceso. “La situación cambió desde las cumbres de los países en el pasado y ya ningún planteo futuro podría detener nuestro desarrollo atómico”. Es evidente que los viajes en su tren blindado le ayudan a encender sus ideas.
Asimismo, vale indicar al lector que intente ubicar cada escándalo en su sitio para entender razones y perfilar derivaciones. La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, viene desclasificando los documentos relacionados con la operación Russiagate contra Trump. Desde el momento en que aireó las carpetas -por así decir- la comunidad de Inteligencia empezó a lanzar ruido mediático sobre el Caso Epstein. Quien redacta, asentado en una oportuna alerta formulada por el politólogo Alexander J. Coley desde la nación norteña, no abre juicio acerca de protagonistas ni responsabilidades, pero si pone de relieve que la secuencia implica un contra ataque. De allí que se haya advertido, en los párrafos iniciales, que no exculparán el revuelo causado por la alharaca trumpiana.
Finalmente. El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, advirtió a los funcionarios chinos que las continuas compras de petróleo ruso sancionado darían lugar a grandes aranceles. Al término de dos días de conversaciones comerciales entre norteamericanos y chinos en Estocolmo, también expresó el descontento de su país por las continuas compras asiáticas de petróleo iraní, y sus ventas por más de US$15.000 millones en bienes de tecnología de doble uso a Rusia que han reforzado la guerra de Moscú frente a Kiev.
Los funcionarios de Pekín respondieron que China es una nación soberana con necesidades energéticas, y que las compras de petróleo se basarán en las políticas internas del país.
Bessent reflexionó un instante y admitió: “Los chinos se toman su soberanía muy en serio”.
Este cierre da para sonreír mientras se degusta el mate.
(*) Área Periodística Radio Gráfica / Director La Señal Medios / Sindical Federal
Fuente: Radio Gráfica