En las áreas del Gobierno Nacional, ENARSA y afines, el legendario buque trasatlántico no se hundió, se prendió fuego. Y consta en el Boletín Oficial. Paciencia con esta nota….
Redacción
Usted no se enoje. Nosotros vamos a tratar de contarle cómo viene la mano, pero prométanos que no va a revolear el aparato con el cual está leyendo esto.
¿Vio que Argentina está entre los países con las mayores reservas de gas del mundo, pero al mismo tiempo tenemos que importar gas? Bueno… siempre puede ser peor.
Durante el pasado verano, cosa de asegurarse, y por recomendación de los cráneos que integran “los equipos”, conocedores del mercado y lungos sabedores de cómo lidiar con las empresas multinacionales que le venden GNL a la Argentina y al mismo tiempo exportan hidrocarburos desde nuestro país hacia el mundo, el Gobierno compró y pagó por adelantado 30 buques a un precio fijo.
El monto promedio pagado fue de 20 dólares por millón de BTU; y un total de la operación de alrededor de 1.330 millones de dólares. Según la información oficial que circuló durante el pasado mes de febrero, los cargamentos fueron adquiridos a tres empresas: la inglesa British Petroleum (BP) Gas Marketing Ltd.; la francesa Total Energies Gas & Power Ltd.; y la firma de origen angloholandes Vitol SA. Las dos primeras explotan hidrocarburos argentinos en la Cuenca Austral y Vaca Muerta.
Sucedió, sin embargo, que “la mano invisible del mercado” que nuestros “equipos de expertos”, no vieron venir que el precio promedio internacional del GNL, en 120 días pasó de 20 a 8 dólares.
Desde la semana pasada, se desparramaron las excusas sobre que “con el diario del lunes cualquiera puede hablar”. Sin embargo, en aquel momento (primera quincena de febrero), la posibilidad de que los precios descendieran era una posibilidad bastante factible.
Los negociadores de ENARSA y de la cartera de Energía, argumentaron para excusarse, que el precio promedio del GNL 90 días antes de los acuerdos oscilaba en los 40 dólares con picos que llegaron a 50. Que en el momento que vieron que dicho valor disminuía a 20, no dudaron en hacer la oferta y concretar, ya que había un sector del “mercado” que aseguraba que el precio volvería a subir. Sin embargo, el invierno europeo no fue tan frío, y no se consumieron las reservas previstas.
Otras opiniones que participan de ese mercado, aseguraban en aquel momento que para la primera quincena de febrero Europa contaba con más de la mitad de las reservas sin tocar. Por lo tanto, era probable que la demanda fuese a disminuir, habría GNL disponible, y los precios ya estaban a la baja.
Pero agregaron un dato, que es sabido para el mundo de la energía y todos sus operadores. Europa posee un sistema de acceso público a la información de generación y consumo energético, denominada GIS. Dado que, por normativa del bloque, lo que esta dicta es concebida como información oficial por las empresas, una parte de los factores que componen los precios del GNL a nivel mundial, es lo que marca esa plataforma.
Ergo, los encargados de la compra – pensando bien – no tenían ni la más pálida idea de cómo funciona el mercado energético internacional. Es por ello, que intentando esquivar aumentos del 100%, terminan perdiendo casi el 200%. Encima en dólares; que no hay ahora; y que no había en febrero tampoco.
¿Qué hicieron desde ENARSA? Intentar renegociar el precio fijado por adelantado, pero sin éxito. Las multinacionales dijeron: “ustedes no quisieron esperar, tienen que pagar”. Pero como en toda negociación, quien mantiene la posición dominante, siempre intenta dejar la puerta un poco abierta. Si revienta al deudor, no hay pago de ninguna clase, y todos pierden.
Por lo tanto, BP, Vitol y Total, accedieron a renegociar un nuevo sistema de pago por parte de Argentina: en lugar de mantener el cronograma de cuotas pactado en febrero; el dinero de cada embarque – por el precio de febrero – se abonará 4 días antes que llegue a nuestros puertos gasíferos. Es decir, Bahía o Escobar.
Para cerrar, y sin el más mínimo ánimo de sembrar cizaña, la Redacción se pregunta: si desde mucho antes que el mes de febrero la BP y la Total chupan gas en la cuenca Austral; sabiendo que nosotros también debíamos comprarles a estas mismas empresas; y no teniendo muy en claro cómo funciona el asunto de los precios externos; la indiada del Chasqui se pregunta:
¿No era más fácil sentarlos acá en Argentina y hacer un acuerdo que también involucre su explotación en nuestro sur? El “mercado”, ¿nos toma por pelotudos? O, ¿hay algo que no nos pueden contar? Porque el GNL se compró a 20 pero en realidad salía 8.
¿Cómo le van a cobrar a la familia argentina? ¿En función a los 8, o tenemos que pagar la cagada de los 20?
Fuente: Secretaría de Energía / ENARSA