Describir otra vez la caótica situación que atraviesa a la hermana nación caribeña, sería redundante. Todos los resortes y puntales están desbastados por años de crisis, saqueo, y desastres naturales, ambientales y sanitarios. En el camino, el Gobierno aprueba un presupuesto “poco realista” basado en la deuda externa y la ayuda internacional, mientras las multinacionales succionan para sí misma esos recursos.

Redacción

El Gobierno de Haití aprobó el presupuesto anual fijado en 267.500 millones de gourdes (unos 1.815 millones de dólares). Según la Dirección General de Impuestos (DGI), el 78 % de los medios procederán de recursos internos; y de ellos el 61,3 % corresponderán a los ingresos corrientes, mientras que el 0,5 por ciento a la anulación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.

Las autoridades esperan que los recursos aduaneros alcancen los 90.350 millones de gourdes (unos 614 millones de dólares), sin embargo, durante el primer trimestre fiscal las aduanas recaudaron 16.500 millones de gourdes (poco más de 112 millones de dólares).

Desde la DGI argumentó que la ley de finanzas forma parte de un Marco Presupuestario y de Gasto de medio plazo orientado a la aplicación de programas sociales del gobierno para atenuar los efectos de la inflación entre los más necesitados, luchar contra la inseguridad alimentaria y crear condiciones para la aplicación de reformas. También se proponen aplicar el Plan Integral de Recuperación de la Península Sur, proyecto que busca relanzar los departamentos meridionales profundamente afectados por el terremoto del 2021 que dejó más de 2.200 fallecidos.

Varios referentes familiarizados con la economía haitiana, calificaron al presupuesto y al plan de “ambicioso o poco realista”, teniendo en cuenta las condiciones reales del país. El Gobierno prevé movilizar 164 mil millones de gourdes (casi 1.115 millones de dólares) en los recursos internos, un aumento del 36% con respecto al anterior ejercicio fiscal.

Afirman además, que la DGI debe recaudar 73 mil millones de gourdes (cerca de 496 millones de dólares) durante el ejercicio fiscal, en relación con los 61 mil millones (unos 414,7 millones de dólares) ingresados el pasado ciclo. Monto que depende de las actividades económicas y funcionamiento de las empresas en un momento de riesgo político y social que desbasta a la isla.

Por otra parte señalan, que las previsiones gubernamentales de recaudar 21.400 millones de gourdes (145,5 millones de dólares) de los productos petrolíferos, sólo podrían concretarse si se mantiene la tendencia a la baja de ese rubro en el mercado internacional.

Respecto del tema petrolero, el Gobierno de Haití anunció la llegada de 225 mil barriles de productos petrolíferos, mientras el país sufre una crisis prolongada de los combustibles que alimenta al mercado informal. Según la Oficina de Monetización de Programas de Ayuda al Desarrollo – entidad estatal que gestiona el sector -, antes del fin de semana, las terminales de Thor y Varreux serán abastecidas con 135 mil barriles de naftas y 120 mil de gasoil.

El cargamento arriba cuando aún no se estabilizó la distribución de combustible tras una larga crisis de desabastecimiento que empeoró con el bloqueo de las pandillas a la principal terminal petrolera situada en esta capital. Si bien las fuerzas de seguridad recuperaron el control y se mantienen las importaciones, muchas estaciones de servicio de la ciudad de Puerto Príncipe y el resto del país, están cerradas o registran largas filas. Informan también que aquellas que prestan servicios pueden vender el combustible hasta un 40% más que el precio oficial con la excusa de que las empresas petroleras exigen el pago de los hidrocarburos en dólares.

Por otro lado, la operatividad extorsiva de las grandes compañías petroleras que importan el combustible, reclaman a las estaciones que abonen en divisas los productos por la falta de dólares en el sistema bancario, lo cual empujó a muchos surtidores a cesar las operaciones. La maniobra está claramente orientada a aumentar nuevamente los precios de los insumos, mientras el Gobierno mantiene el silencio. Como era de esperar, en el mercado informal, los precios duplican el establecido y la situación es más grave en las provincias donde los costos son aún mayores.

Fuente: Prensa Latina