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La empresa norteamericana ARC Energy tiene todas las de ganar para quedarse con IMPSA sin comprar acciones. Aparentemente, la idea es recibir el paquete accionario en condición de “cesión” a cambio de inversiones y reestructuración de la deuda con los acreedores.

Redacción

Repasemos brevemente la historia de esta firma antes de entrar de lleno el las novedades. Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima (IMPSA), fue fundada en 1907 por Enrique Epaminondas Pescarmona. En 2021, el Estado Nacional argentino y el Gobierno de la provincia de Mendoza, adquirieron la mayoría de su paquete accionario, con el objeto de controlar la firma y salvarla de la crisis financiera que atravesaba.

Oportunamente, en Estado nacional desembolsó 1.300 millones de pesos, y el mendocino otros 500 de cara a controlar y recuperar la firma. Al cambio de la época, tal suma implicaba alrededor de 15 millones de dólares. Se asegura por otra parte que el desembolso terminó cercano a los U$S 20 millones para el salvataje financiero que devino en la estatización: 72% a favor del Estado Nacional y 12% a favor de la provincia de Mendoza. El restante 16% quedó en manos de la familia Pescarmona y bancos accionistas.

Durante 2023 la empresa fue puesta en venta. En Mendoza se conocen desde hace aproximadamente un año diversos interesados a adquirir la empresa, aunque todos los números estarían puestos en una firma norteamericana.

Al respecto, surgieron novedades. Mendoza cedería sin cargo su porción del paquete accionario. Según la fuente, el Ejecutivo mendocino necesitaba el aval de la Legislatura para que se autorice la venta. Sin embargo, no habrá transacción comercial, sino cesión sin cargo a favor de la empresa norteamericana ARC Energy.

Según la información corporativa divulgada por la firma, su actividad principal declarada sería similar a la de IMPSA: el desarrollo y montaje de equipos para las industrias hidrocarburíferas y energéticas. Asimismo, en los últimos años, se habría volcado hacia el diseño y fabricación de hornos de crecimiento de zafiro y otras tecnologías a escala para las industrias de semiconductores y LED.

Supuestamente los términos del acuerdo justificarían estas decisiones, dado que los norteamericanos estarían dispuestos a “inyectar” 30 millones de dólares que necesita IMPSA para recobrar su actividad; al tiempo que se haría cargo de renegociar el pasivo con los distintos acreedores.

Entre otros, tales actores van desde el banco Mundial y el BID; hasta el propio Banco Nación, y el Banco de Galicia y el BNDES de Brasil. La deuda a renegociar rondaría según la información publicada, los 570 millones de dólares.

Pasivo diecinueve veces más grande que el dinero que estaría dispuesto a invertir ARC; cosa que explica el pedido de prórroga para la formalización de oferta por parte de la firma, que tanto Mendoza como el Estado Nacional estuvieron de acuerdo en concederle.

Por otra parte, ARC Energy habría cambiado la estrategia de oferta por una de “no-oferta” que habría “caído muy bien” en los acreedores externos. Esa “no oferta” consiste en un “programa de capitalización”.

En criollo, ARC ya no ofrece dinero a cambio de acciones, sino que pondría la guita para reestructurar parte de la deuda, y dinamizar capital de trabajo (inversión para reactivación).

Y entonces, ¿cómo sigue? Es un tanto confuso.

Por un lado, Mendoza cedería sus acciones (el 12% del paquete total), pero debe esperar el aval de la Legislatura. Por su parte, el Estado Nacional, aceptaría la “capitalización” a cambio de la voluntad de la empresa norteamericana de reestructurar la deuda con los acreedores.

Pero… ¿y qué ganan los yanquis? Varias cosas.

Por un lado, la continuidad de los contratos de obra y la conducción estratégica del eslabón a nivel nacional y en tanto proveedor principal de infraestructuras también estratégicas en materia de energía.

Por otro lado, la imposibilidad que “se meta” un competidor interno (CNEA, INVAP, CNAE, FM) o externo -China-, para planificar aplicación y desarrollo de tecnología a través de IMPSA.

Por si misma, ARC Energy es un eslabón débil. Pero interactuando en una región que promete alta circulación de negocios interrelacionados entre las actividades mineras y energéticas desde Jujuy a Neuquén, la firma se posa en el centro de gravitación llenado un espacio que podrían cubrir “terceros”.

El pueblo argentino, a través de la virtual pérdida de IMPSA, cede un vector estratégico que podría ser motor de impulso soberano en el caso que la empresa continuara con conducción estatal mayoritaria. Dicho rol sería inesperado para la actual línea de la Rosada; de la misma manera que lo es para el gobierno de Cornejo.

Pase lo que pase, las cosas se definirían a partir del 15 de septiembre. Una cosa está clara: IMPSA no tendrá conducción estatal en el futuro inmediato. Quedará para los norteamericanos o para otro foráneo que venga.

Fuente: Sitio Andino / AgendAr

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