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La baja del impuesto a las importaciones para este sector, no tendría el efecto que promociona el Gobierno nacional. La debilidad de la actividad frente al producto terminado importado; con el virtuosismo interno de la cadena si de la pondera como industria liviana de base con preferencia en el mercado nacional.

Redacción

Con la implementación de la reducción de la alícuota del impuesto PAIS, los distintos sectores afectados se han manifestado públicamente en fusión de sus dinámicas internas. En términos generales, el porcentaje volverá al 7,5%, tras haber pasado al 17,5% durante los primeros días de la actual gestión nacional.

Esto implica que la baja de la alícuota supone un menor costo de importación de insumos para las empresas. Desde el gobierno se postula que ello se traduciría en una baja de precios en el mercado interno; aunque pude tener dos consecuencias inmediatas. La primera es casi de libro, ya que esa baja de precios o de costo de importaciones, podría derivar en la importación de bienes terminados. Por otro lado, puede suceder que no se dé la baja de precios, ya que las empresas – en el marco de la recesión económica – aprovechen la coyuntura de un supuesto mayor margen para cancelar deudas por servicios, proveedores internos, cubrir costos financieros; o bien intentar capturar un poco de rentabilidad.

De allí que los análisis “serios” – aquellos que además de la combinación e interpretación técnica de las distintas variables, ponen en la balanza la verdadera dinámica de las distintas actividades – dudan que la medida fiscal tenga efectos positivos reales y concretos en la mayoría de los sectores afectados.

Un informe de la semana pasada publicado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), la carga tributaria del impuesto PAIS en el precio de venta final con IVA puede ser de 2%, 4% y 6% para ciertos bienes nacionales que utilizan insumos importados, dependiendo la estructura de costos. En el caso que la incidencia sea del 2%, la reducción del tributo implicaría una baja de precios del 1,14%. Es decir, un producto que cuesta $1.000 podría pasar a valer $11,4 menos. Si el peso sobre el precio que paga el consumidor es del 6%, la disminución sería del 3,4% o $34.

Varios empresarios del sector textil explican la situación de una forma muy sencilla: desde la Fundación ProTejer por ejemplo, plantean que por un lado la medida debería conllevar un proceso integral de reducción de impuestos, tasas; y por otro lado una línea de gestión que fomente aportes hacia la producción industrial nacional, al tiempo que se realice una revisión de la pérdida de competitividad del sector dada por la inflación de costos y la relación en el tipo de cambio que desfasa la producción nacional.

Desde el sector explican que las consecuencias hasta fines de julio, habían significado un desplome de las ventas al 40 o 50% en comparación con el mismo periodo de 2023; lo que transitivamente se traslada al proceso de producción en una significativa pérdida de empleos: 5.000 despidos y 10.000 suspensiones.

La coherencia interna de la actividad es simple: un producto terminando de íntegra confección argentina integra en toda su cadena de valor de 10 a 15 pequeñas y medianas unidades económicas desde la producción de la fibra hasta el mostrador de venta.

Por lo tanto, la caída de ventas en el eslabón terminal final – el local de venta de indumentaria -, progresivamente va repercutiendo en el resto de la cadena. Asimismo, la importación de bienes terminados, sólo abastece a los últimos eslabones (fraccionamientos, distribución y venta final), y el resto queda cesante.

Por otra parte, los empresarios textiles realizan una explicación más sencilla aún que la anterior, para dar cuenta de la calidad de la cadena de nuestro país. Aseguran que, en materia de indumentaria y calzado, Argentina está en condiciones de competir con la confección, la calidad, y la tecnología de cualquier país. Lo que no pueden en un contexto de apertura externa de mercados es compulsar con el precio sin que se recienta la cadena.

Entonces, ¿qué le solicitan al gobierno? Algo elemental: o evitan el ingreso de producto importado terminado a precio por debajo del costo argentino; o bien, promocionan a una reducción general de impuestos, tarifas y servicios para poder competir en condiciones equitativas con el producto extranjero.

No hay mucha vuelta.

Fuente: IARAF / ProTejer / Infotextil

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