Los anarco–libertarios y sus cómplices políticos neoliberales, así como los tecnócratas que operan al servicio de ellos, entre una catarata de gruesas falsedades conceptuales, suelen recurrir al artilugio verbal de afirmar que están aplicando medidas económicas “nuevas”, “diferentes”, y de un encuadre doctrinal “superador”, lo cual dicen como una segura “solución” a alcanzar en el muy largo plazo; siendo todo un conjunto de gruesas falsedades.
Por Carlos Andrés Ortíz*
Omiten mencionar que el mismo tipo de medidas socio – económicas destructivas, concentradoras de la riqueza a costa del deterioro de los salarios y enanizadoras de la economía argentina, fueron aplicadas con igual saña, pero no con tan brutalmente rápida perpetración, por “la fusiladora” desde 1955; por Alsogaray impuesto a presión por el establishment para destruir el desarrollo industrial impulsado por el desarrollismo de Frondizi; por Krieger Vasena extranjerizando la economía en los años de Onganía; por el infame “proceso” que nos metió a presión en el apátrida neoliberalismo; por los noventistas que profundizaron la destrucción neoliberal; y casi calcado lo actual a lo perpetrado en el macrismo endeudador e industricida.
O sea, nada nuevas las medidas libertarias, solo que ahora perpetradas con desparpajo total, reconociendo explícitamente que buscan destruir al Estado, o sea a la Nación Argentina.
¡Y pese a haberlo dicho, siendo corroborable por las perversamente nefastas medidas aplicadas, muchos parecen no haberse dado cuenta aun!
Tampoco son ideas nuevas, las de los ultra conservadores de la Escuela Austríaca de la Economía, pues son casi un calco del liberalismo teórico dieciochesco, que como tal no se aplicó en ninguna nación con sentido de grandeza, como todas las potencias industriales, que las “predican” para otros, nunca para ellas mismas. Pero la panoplia de gruesas mentiras es muy amplia, dichas todas con una desfachatez propia de quienes se creen dueños absolutos del poder.
Entre otras falsedades, el anarco libertario dijo que Argentina fue la primera potencia mundial, antes de 1916 (fecha que odia, pues marca el comienzo de la democracia de elecciones con votos secretos, por fuera del poder tiránico de las patronales oligárquicas).
Falso que hayamos sido ni siquiera una gran potencia, pues éramos pobres y subdesarrollados. Falso que éramos un país rico, pues la miseria era generalizada. Había una minoría muy rica y ahíta de poder total, en una estructura semi feudal. Y salvo la Capital Federal, que concentraba las inversiones estatales, el enorme territorio estaba sumido en el subdesarrollo, con carencias acentuadas de infraestructura, con dolorosos indicadores de analfabetismo casi total, y con pobres servicios de salud pública.
La implementación del servicio militar obligatorio, permitió conocer fehacientemente las carencias acentuadas de salud, muy generalizadas.
Ese artilugio de prometer “grandes soluciones” a muy largo plazo; como dijo el presidente, autoasumido destructor del Estado Argentino, que entre los muchos dislates ya habituales, prometió que “en treinta años seremos como Alemania”, omitió que con contundente simplicidad eso fue refutado por Keynes hace más de 80 años, cuando contestando argumentos similares, dijo “en el largo plazo estaremos todos muertos”, lo que equivale a decir que en el largo plazo, nadie recordará las groseras improvisaciones que hoy se dicen para tapar las negativas incongruencias de las políticas socio económicas actuales, las que en verdad buscan adrede la destrucción generalizada del Estado, y con ello de la Nación Argentina.
Como ya se fundamentó en anteriores análisis, resulta muy claro que los anarco libertarios y sus cómplices neoliberales y tecnócratas a su servicio, operan para involucionarnos mediante la Doctrina del Shock (explicada por Naomí Klein en su libro homónimo), los que de mínima buscan volver a aquella hoy inviable economía primarizada del siglo XIX, de un contexto socio económico semi feudal (añorado por los siempre retrógrados oligarcas camperos); pero de máxima el objetivo es perpetrar el desguace territorial y la disolución de la Nación Argentina.
Todas las medidas que a la fuerza están implementando, tienen fuertes e insensibles caracteres industricidas: empobrecedores de la gran mayoría de nuestro pueblo, con casi impagables tarifas de los servicios públicos esenciales y deterioro acelerado del poder adquisitivo de los salarios, mientras provocan acelerados procesos de despidos y cierres de empresas; operando para acentuar la descomunal deuda externa preexistente, la cual llegó a niveles casi impagables con el accionar conjunto de los hoy ministros Caputo (macro endeudador) y Sturzenegger (implementador de la timba financiera oficial), que provocaron ingresos de dólares golondrinas para volcarse a pesos, para especular con tasas de intereses muy altas, y después dolarizar y fugarlo al exterior, en operatorias escandalosas, avalado todo eso por el FMI, con el cual nos volvieron a endeudar y someter.
Anestesian al pueblo distrayéndolo con el abominable caso del niño Loan y el fútbol, mientras intimidan con brutales represiones a las manifestaciones en las calles, y los muy colonizados mentales evidencian no solo no darse cuenta, sino avalar todos los estropicios en base a odios muy profundos e irracionales instalados y constantemente acentuados por los medios y otras acciones.
Sucede que el común de la gente solo se “desinforma” por los medios de comunicación tradicionales (diarios y TV), dentro de los que predominan los medios concentrados al servicio del establishment (el poder corporativo establecido, el cual tiene vinculaciones con los epicentros del mega poder transnacional); a lo que se agregan las múltiples y por lo general nada documentadas opiniones volcadas a las redes sociales, estas últimas masivamente contaminadas por trols y otros odiadores seriales.
Dentro de ese amplio espectro poblacional con mayoría poco o deficientemente formada e informada, muy pocos evalúan en base a datos actuales e históricos bien basados.
Y las gruesas confusiones conceptuales son funcionales a las ya claras acciones conducentes a la disolución nacional; todo lo cual urge revertir.
*Analista de Temas Económicos y Geopolíticos. Artículo publicado el pasado 6 de julio.
Fuente: Publicado en el portal del autor (caoenergia.blogspot.com)