En el Día de la Soberanía Nacional que rememora la gesta del Paraná, se entrega el Paraná. El Gobierno Nacional, lanzó la licitación para la nueva privatización de la “Vía Navegable Fluvial” (mal llamada “hidrovía”) por 30 años. Las ofertas tienen plazo de presentación al 29 de enero del próximo año.
Redacción
El Gobierno nacional, a través de la Jefatura de Gabinete, anunció la convocatoria a licitación para los servicios de dragado y balizamiento en la “Vía Navegable Fluvial”; el río Paraná. Nuevamente, la mal llamada “hidrovía” sería entregada al capital privado por 30 años; cosa que el conglomerado oligopólico agroexportador festeja a cuatro manos.
Desde el Ejecutivo Nacional “venden” el anuncio como una “decisión estratégica para el país”. Lo cual es real: es estratégica pero en perjuicio del país.
Más del 90% del comercio exterior argentino se canaliza por la cuenca del Plata; sumándose el flujo de mercaderías de Paraguay, Bolivia y también Brasil.
Tanto en los anuncios como en el Boletín Oficial, el Gobierno manifestó respecto de la medida que “el objetivo es impulsar el desarrollo económico y comercial del país, mejorando la eficiencia y competitividad de la vía fluvial”. Por lo tanto, desde la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, el Ejecutivo Nacional lanzó el llamado a licitación para la privatización de la Vía Navegable Troncal, por una duración de 30 años”. La convocatoria para la presentación de ofertas, culminaría el próximo 29 de enero de 2025.
Desde la Jefatura de Gabinete, Guillermo Francos, anunció que los objetivos del proceso licitatorio que comienza consisten en “modernizar la gestión de la vía fluvial, incorporar tecnologías como radares y sistemas satelitales, y renovar la señalización para una navegación más segura”. Prometió asimismo para las empresas exportadoras menores costos operativos, ahorro de tiempo, y nuevos canales secundarios con sus respectivas zonas de fondeo y sobrepasos.
Desde el oligopolio exportador, el que se mostró más entusiasta fue el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, quién manifestó: “la hidrovía es la autopista del comercio exterior argentino: es por donde pasa más del 90% de las exportaciones argentinas para llegar a más de 120 mercados en el mundo. Si no tenemos la hidrovía de manera competitiva, claramente estamos aislados del mundo”.
El proyecto y la expectativa de los intereses foráneos es que la cuenca se adapte a las condiciones actuales y por venir del mercado de fletes internacionales: buques más grandes, con mayor necesidad de profundidad. Es decir, de los actuales 34 pies de profundidad (10,2 mts) requeridos, se iría a 44 (13,2 mts).
No hay que ser un sabiendo y conocedor de los siete mares para darse cuenta de las ventajas que tendrían las firmas extranjeras con estas condiciones: mayor capacidad de carga y menos cantidad de fletes, a menor costo y mayor margen de ganancia; al tiempo que podrán realizar travesías en menor tiempo.
El pasivo que quedará en Argentina sería en principio: la destrucción del equilibrio ambiental de la cuenca -ya de por sí muy afectada-; desarticulación total del sistema de puertos fluviales con el litoral marítimo, cosa que será perjudicial para los enclaves de Bahía Blanca y Quequén fundamentalmente; mayor concentración de la propiedad a mediano plazo en el sector agrario interno, dadas las nuevas condiciones de costos comerciales que adoptarán las exportadoras; quién tenga espalda aguantará el embate, y los que no, tenderán a desaparecer.
En el Día de la Soberanía Nacional que rememora la gesta del Paraná, se entrega el Paraná.
Fuente: PEN / B.O. / CIARA-CEC / Archivo