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La industria electrónica en caída

El 79% de las empresas del sector electrónico sufrieron una reducción de su actividad durante el segundo trimestre de 2024. Con una baja de su producción del 36% en promedio, el empleo también se ve afectado por la recesión que se siente en la economía, según un informe de CADIEEL.

Por Matías Alonso
La Cámara de Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), presentó un informe sobre la situación económica de su sector, en el que detalla que el 79% de las empresas sufrieron una reducción de su actividad durante el segundo trimestre de 2024. Estas firmas tuvieron, en promedio, una reducción de su producción del 36%. Esto afecta, entre otras cosas, al empleo, aunque siempre es una variable que los empresarios pymes intentan mantener. Según el mismo reporte, el 63% de las empresas mantuvieron su staff, el 25% sufrieron despidos y solo un 12% contrató nuevo personal.

En cuanto a las expectativas para el próximo trimestre, un 38% de los empresarios de CADIEEL piensa que no habrá cambios en la evolución de la economía, un 37% piensa que habrá una recuperación y un 25% cree que la caída será mayor.

El presidente de CADIEEL, y también presidente de la empresa de sistemas de iluminación sustentables Trivialtech, José Tamborenea, manifestó que, “por primera vez tenemos una ocupación de fábrica menor al 20% en algunas empresas. Eso no había pasado nunca en nuestro sector y son valores que están por debajo de lo que pasaba en la pandemia. También tenemos un treinta y pico de las empresas que se mantienen entre el 20 y el 40% de la ocupación de fábrica y un 38% que están entre el 40 y el 60% de capacidad operativa. Son promedios muy bajos para poder trabajar”.

Las ventas del sector se vieron afectadas por tres problemas principales: La dificultad de costos para exportar con un precio del dólar poco competitivo, la falta de obra pública nacional que afecta a los sectores de iluminación, y energía de baja tensión principalmente, y el freno de la construcción privada, que afecta a estos dos últimos sectores pero también a la venta de electrodomésticos de línea blanca que se compran para equipar esos edificios.

«La gente tiene que tener salarios más altos para que pueda comprar cosas y debería haber más empleo. Eso no se da en un proceso de ajuste y con menos mercado interno», dice Tamborenea.

“Todos nuestros clientes tienen números para abajo, todos los rubros cayeron. Antes, a vos te enfriaban el mercado nacional porque metían una devaluación pero te mejoraban los costos para exportar, o viceversa. Es la primera vez que estamos caros en dólares, con un Impuesto País que te mata, y un sector interno que no tiene obra pública. No se hacen hospitales, colegios, cárceles, y los municipios tienen pocos recursos para iluminación pública”, contó con preocupación Tamborenea.

El Impuesto País se instauró en 2019 para gravar la compra de dólares para ahorro, y luego se extendió también a los dólares que se usaban para importaciones de bienes y servicios. Entonces, era de 7,5 % y se planeaba aplicar de forma temporal hasta fines de 2024. Apenas asumió Javier Milei, lo aumentó al 17,5 % y lo extendió también al giro de dividendos. La semana pasada se anunció que en septiembre volvería a ser del 7,5% y que no se va a mandar una ley para extender su aplicación, por lo que a fines de este año debería caer. 

Sobre el tema, Tamborenea dice: “Si sacan el Impuesto País, como anunciaron, nos podría ayudar pero muy poquito porque tenemos costos muy altos, como en fletes. Estamos con costos muy altos en energía, crecieron mucho los costos operativos de transporte en general y esto impactó muy duro en la matriz de costo industrial. Nuestra preocupación es que esto se reactive y que esa reactivación la pueda capturar la industria nacional, que es la que da empleo formal, paga impuestos y demás”.

Otra medida importante tomada por el Gobierno que podría llegar a afectar al sector es el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones, conocido como RIGI. La ley que creó este sistema permite muchos beneficios para empresas del exterior que hagan inversiones de más de 200 millones de dólares. Entre estos beneficios, inicialmente se les permitía importar todos los bienes de capital que fueran necesarios sin impuestos ni obligación de cubrir una parte con proveedores locales, y también la posibilidad de entrada y salida de dólares sin los controles de cambio que deben afrontar las empresas locales.

CADIEEL pudo trabajar con los legisladores para que insertaran algunos cambios en el proyecto. “El RIGI es un mercado que no existía y que ahora va a existir. Logramos hacer algunos cambios en la ley, por ejemplo, que no se puede aplicar a toda la economía, sino en algunos rubros, y también logramos que haya una integración de la cadena de valor del 20%, no es lo ideal pero es mejor que cero. Ya tampoco es compulsiva, cada provincia tiene que adherir o hacer su propio proyecto. Ahora estamos participando en la reglamentación. El país necesita inversiones, necesita el RIGI, tenemos que dar beneficios para que vengan pero obviamente con la industria nacional adentro, con trabajo argentino. Esas inversiones son de plazo muy largo, que van entrando poco a poco y lleva tiempo la recuperación de ese valor”, dijo Tamborenea.

Hoy también se está trabajando en conjunto con otras cámaras y con la UIA para hacer un proyecto de Ley Pyme, que brinde un marco de beneficios para las empresas locales pero de momento iría en contra del objetivo de déficit fiscal cero planteado por el Gobierno, por lo que las negociaciones no están avanzadas.

Según Tamborenea, hay algunas medidas que el Gobierno está tomando que podrían generar algún grado de reactivación y otras que podrían aplicarse: “Una medida que se está tomando es la de dar créditos, y es importante porque las tarifas de electricidad subieron 300%, más que la inflación, y todavía va a subir otro 300%, y por eso sería bueno que las empresas y personas mejoraran sus instalaciones apuntando a la eficiencia energética, y sin embargo todavía no se está haciendo porque hay muy poca plata en la calle. El crédito podría ayudar. Pero la gente tiene que tener salarios más altos para que pueda comprar cosas y debería haber más empleo. Eso no se da en un proceso de ajuste y con menos mercado interno. Además, los costos de flete son muy importantes y tenemos un país muy grande, tenemos que volver a tener trenes. Nos está pasando que vienen inversores de afuera y les gusta un desarrollo tecnológico que se hace acá, deciden invertir pero piden que la fábrica se monte en Uruguay, Chile o Brasil, porque no es conveniente hacer la inversión acá por más de que todos los que hagan el trabajo sean argentinos”.

Fuente: Agencia TSS

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