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La nueva industria Brasil

El lanzamiento en septiembre de la nueva fase del NIB es importante porque aborda la transformación digital de la industria que es transversal a todos sus segmentos.

Por José Dirceu*

Las metas y objetivos parecen consistentes y la actualización de la Nueva Industria Brasil (NIB), la política industrial del tercer gobierno de Lula, articulada con el nuevo Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC) y el Plan de Transformación Ecológica, tiene todo para recomponer y modernizar nuestra industria, aumentar su productividad y competitividad en el mercado exterior, priorizar la densificación de las cadenas productivas que traen ventajas comparativas al país e inviertan en tecnologías que reduzcan nuestra dependencia y nos formen para generar empleos más competitivos.

La gran barrera para el desarrollo de políticas que tienen todo para ser virtuosa son las altas tasas de interés que sigue practicando el Banco Central, sin ninguna causa racional que las justifique, excepto el apetito del mercado financiero que hoy ejerce un enorme poder en relación con las instituciones del Estado. Y las altas tasas de interés, como sabemos, inhiben las inversiones.

Incluso con este escenario poco emocionante, el lanzamiento en setiembre de esta nueva etapa de la Nueva Industria Brasil, que es importante porque se ocupa de la transformación digital de la industria que es transversal a todos sus segmentos, se anunciaron inversiones totales de 186.600 millones de reales.

De este total, 10.900 millones de reales serán aportados por el gobierno, a través de Finep, BNDES, BNB, Embrapii y Basa. Ya 42 .600 millones de reales están en ejecución en los años 2023/2024 y los otros  58,7 mil millones serán desembolsados en los próximos dos años.

El sector privado aportará 85.700 millones de reales en transformación digital, distribuidos de manera que las empresas de los sectores eléctrico y electrónico, semiconductores, empresas que invierten en investigación, desarrollo e innovación de sus productos y soluciones desarrolladas en el país, y la Amazon estadounidense, una de las mayores empresas de almacenamiento de datos del mundo y que opera en comercio electrónico, streaming e inteligencia artificial.

El objetivo del programa de transformación digital es que para 2026, el 25% de la industria brasileña haya adoptado al menos tres de las importantes tecnologías digitales para mejorar la productividad y la competitividad, como los servicios en la nube,  big data, robots de servicio, internet de las cosas e inteligencia artificial. Para 3033, el objetivo es cubrir el 50% de la industria.

Paralelamente al trabajo de evangelización de la industria, que vienes siendo realizado por instituciones como Senai/Senac, ABDi y Embrapii, que atendió dentro del plan Brasil+Productivo, 33.500 empresas el año pasado y servirá a otro contingente similar este año, a costa de 1.500 millones de reales, fueron lanzadas para el desarrollo de proyectos de fábricas inteligentes.

Cadenas productivas

Nombrada misión 4 de la Nueva Industria Brasil, la transformación digital también se centra en fortalecer las cadenas de producción ya mapeadas y en las que el país puede tener ventajas comparativas (es reducir la dependencia externa, por la expectativa de crecimiento del mercado, oportunidades en América Latina, para el empleo de mano de obra más calificada y un aumento en el salario promedio, etc.).

Entre ellos se encuentran las industrias de semiconductores (chips y diseño en casa), robots industriales (manipuladores móviles, gemelos digitales, robots humanoides) y productos y servicios digitales avanzados (servicios de computación en la nube, plataformas digitales, industria audiovisual e industria de juegos).

Es importante señalar que la transformación digital es uno de los cuatro ejes que el Plan+ Producción se suma a la Nueva Industria Brasil, para aumentar la innovación y la digitalización de la industria en busca de una mayor competitividad y desarrollo de nuevos sectores. Los otros tres ejes son más producción (producir con más calidad y reducción de costos), más exportación (mejorar la inserción externa de la industria brasileña con un enfoque en aumentar las exportaciones de mayor valor agregado) y más ecológicas (descarbonización de la industria para aumentar la contribución de Brasil a la lucha contra la crisis climática y generar empleos de calidad).

Todavía falta una mayor articulación entre el gobierno y la industria, las entidades obreras y la sociedad civil para transformar esta y otras misiones, que benefician a todos, en causas comunes que mueven a los diversos sectores de la sociedad en defensa de sus intereses. Pero sólo construiremos consensos si el gobierno logra domar la tasa de interés.

*Fue ministro de la Casa Civil en el primer gobierno de Lula.

Fuente: CLAE

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