Trump anunció medidas proteccionistas para la industria siderúrgica de su país. El principal comprador de acero mundial, estaba llevando a la quiebra a las empresas locales. La OMC repudió el acto. Pero Argentina se debate entre el grito y el silencio.
Redacción
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la aplicación de aranceles del 25 por ciento para la importación de acero y del 10 por ciento para el ingreso de aluminio. Si bien la medida todavía no es oficial, ya despertó reacciones y especulaciones, principalmente desde China y la Unión Europea, pero también en Argentina.
Estados Unidos justificó la medida apelando a un supuesto “riesgo para la Seguridad Nacional”. La legislación del país del norte, establece que ciertos productos son vitales para la seguridad nacional, y por lo tanto el Estado puede aplicar medidas de protección industrial y comercial.
En Argentina, afecta directamente a Tenaris para el caso del acero y a Aluar para el caso del aluminio. En cuanto al acero, durante 2017, Estados Unidos importó desde nuestro país 200.000 toneladas de tubos sin costura por un monto de 200 millones de dólares. Respecto del aluminio, Aluar vendió a ese país productos por 450 millones de dólares.
La preocupación en Casa Rosada, pasa porque si se suman las pérdidas acaecidas por el biodiesel, las exportaciones a Estados Unidos disminuirán en 700 millones dólares. Si se ponen esos datos en perspectiva de cara al final del año, y tomando como otro factor como la sequía, que afectará a las cosechas de maíz y soja y por ende, a los saldos exportables de nuestro país.
Por tanto, al disminuir los ingresos provenientes del comercio exterior, las especulaciones no cesan de manifestarse. Para el gobierno argentino, dejar de vender acero y aluminio a un gran comprador como Estados Unidos, no sería el único problema. El principal escollo parece ser que Argentina inicia una carrera para conseguir mercados, en competencia directa con los gigantes mundiales del rubro: Rusia, China, Ucrania y Turquía entre otros.
A los ojos de investigadores de la Universidad Nacional de Quilmes, como Carlos Bianco, “Macri debería iniciar una acción en la Organización Mundial Comercio (OMC), porque es ilegal lo que está haciendo Estados Unidos”.
Trump por su parte, sostiene que la OMC “ha sido terrible para los Estados Unidos”; apuntando específicamente las principales críticas a los términos de intercambio con los que China continua avanzando en el comercio mundial. Según la Asociación Global del Acero, en 2017 la producción mundial de ese rubro llegó a los casi 1.700 millones de toneladas, de las cuales China participó del 50 por ciento. El país asiático produce siete veces el acero que fabrica Europa, en donde el principal actor es Alemania, con 43 millones de toneladas. Estados Unidos produjo en ese período 82 millones de toneladas; Brasil, 34 millones y la Argentina, un total de casi 4.500.000 toneladas.
Existe una tercera variante para la siderurgia nacional que no implica aceptar las condiciones de Trump y someterse a las pautas de la OMC: volcar el excedente exportable de acero y aluminio hacia el mercado interno y con precios atados al peso, no al dólar. Sería una oportunidad propicia para la industria naval de cara al comercio exterior; y a nivel de defensa nacional.
Al parecer, el Gobierno de Mauricio Macri no estaría interesado.
Fuente: Diario BAE / Motor Económico