Reproducimos el reportaje realizado a Stella Calloni*, realizado por la Universidad Nacional de Luján y el Observatorio Geohistórico adherido a CLACSO, en el marco del ciclo de debates denominado “Diálogos sobre Ucrania”. Entre los participantes entrevistadores y moderadores**, se abordan una serie de temas de alcance geopolítico de gran importancia para comprender el presente de nuestro continente.
Redacción
“Este es un momento de unirnos, pero la unidad debe tener un objetivo en común” – Por Stella Calloni
Omar Gejo: Si bien la propuesta es Diálogos sobre Ucrania, imaginamos que usted tiene cosas para decirnos que, seguramente, va más allá de Ucrania. Así que queremos que disponga de amplia libertad para exponer.
Stella Calloni: Frente a una temática tan variada, no hablo desde la academia sino, en general, desde una experiencia de trabajo y de vida.
El momento que estamos viviendo es un momento único que, cuando menos, el orden mundial establecido se ha resquebrajado y estamos entrando en una nueva etapa. Lo estamos viendo en los hechos, como nunca antes expresada, simbólica y concretamente, la decadencia de la sede imperial: Estado Unidos. Esto es visible, incluso, por los propios presidentes que tiene, tanto de los republicanos como de los demócratas, y las posturas que toman que, si tuvieran un poco de ética, deberían retirarse del conflicto ucraniano si se tiene en cuenta, además, la familia del actual presidente se ha enriquecido como representantes de uno de los laboratorios que allí operan.
Esto último no es menor y vemos el grado de tratar de desconocer la realidad. No se ha hecho nada por estudiar el tema de estos laboratorios que son una amenaza para el mundo entero donde sea que estén. Imagínense lo que fue para el propio pueblo ucraniano enterarse de que tenían estos laboratorios funcionando en todo el país donde hubo pruebas con seres humanos. La comunidad internacional no se movió porque han establecido una censura aunque saben que esto está sucediendo.
Otra cosa curiosa que sucede es que algunos militares de Estados Unidos están advirtiendo que se está entrando en una especie de suicidio colectivo europeo porque no es la guerra ruso- ucraniana sino la anticipación que tuvo el presidente de Rusia y grandes estrategas. Estos coroneles norteamericanos observan que no van a ganar la guerra y esto va en contra de aquello que creyeron cuando se declararon ganadores de la Segunda Guerra Mundial, cuando no lo son, dando la posibilidad de pensar que eran dioses y que iban a poner al mundo bajo su control. Vemos así que detrás de toda esta situación hay muchas historias.
En el caso argentino, debo lamentar muchísimo y me sorprende que no se haya aplicado una neutralidad en el principio de este conflicto y que estemos envolviéndonos en un tema que es muy destructivo para nosotros y para el mundo. Hay que estudiar mucho el tema de Ucrania. Para ponerles un ejemplo, el tema Crimea que siempre fue ruso, desde los zares hasta la Revolución, por lo que tiene una población rusa mayoritaria. En este sentido, es como el caso de Ucrania.
¿Quién agregó a Ucrania partes territoriales muy fuertes? Fue Kravchuk. Pero esto no era la historia profunda de Ucrania y de Rusia porque Kravchuk era un ucraniano y cuando estaban delegando en ciertos Estados rusos cada una de las responsabilidades que iban a asumir en la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; hubo territorios que fueron favorecidos porque el presidente de Rusia de ese momento era un ucraniano. Kravchuk es también quien estuvo metido y comprometido en el envío de esos misiles para la defensa que no tenían ninguna posibilidad ofensiva e incendiaron a Cuba. Todo está ligado con todo.
Lo advierten los grandes dirigentes políticos del mundo: la política es siempre internacional o es siempre de cabotaje. Esto lo decía el mismo Perón pero hoy, nosotros lo estamos tomando como política de cabotaje y nunca más puede existir sino estamos confundiéndonos nosotros y al mundo agregando más caos y confusión de la que hay. Por eso es importante saber datos de la realidad y acostumbrarnos a manejar esos datos; más aún la academia donde a nosotros, desde nuestra situación, sólo nos queda el camino de la descolonización en todos los aspectos: cultura, educación, economía… Es nuestra única forma de liberación en este siglo XXI: descolonizarnos y esto nos lleva a luchar frente a otros que son los medios de comunicación masiva.
Salto de una cosa a la otra para ubicarnos en este momento. ¿Qué están haciendo los medios de comunicación masivos en el mundo? Apropiados por el poder hegemónico de una manera brutal, y más profundamente desde la aplicación del modelo neoliberal, sin anestesia en muchos lugares del mundo. Estos medios fueron apropiados y transformaron a la información en un arma de guerra. Nosotros tenemos muy precisados que los pueblos del mundo tienen derecho a una información veraz que se está violando y destruyendo la ética periodística, el camino de la verdad, recolonizándolos culturalmente por medio de la desinformación y de sus entretenimientos. Todos vamos y repetimos lo mismo, transformándonos en una sociedad dormida, que no sabe nada.
¿Por qué nosotros tenemos que interesarnos en el tema de Ucrania? Porque es nuestro espejo. Ahí debemos mirar el futuro que tenemos por delante. ¿Por qué surge esto de Ucrania? Viene desde mucho antes. Obviamente que la guerra comenzó en 2014 cuando se hace el golpe de estado con batallones nazis armados, dentro de Ucrania. Luego se hicieron esas elecciones escandalosas donde ganó este cómico Zelenski y empezó una persecución que nunca nadie la ha contado y los que quisieron contarla fueron censurados.
Llegamos a un momento en que todo esto se expresa claramente: Estados Unidos no ganó la Segunda Guerra Mundial sino que Alemania se rindió ante Rusia y mientras tanto Rusia liberó a un montón de esos países europeos del nazismo que son los mismos que hoy están obedeciendo, como países colonizados, una orden que es un suicidio para Europa. Si no sabemos esto, hay que ponerse a estudiar y cuando lo hagan, verán que la invasión a Rusia se estaba preparando desde hace tiempo porque cuando Rusia triunfa en la Segunda Guerra Mundial se decide quitarle, ante el mundo y con un gran aparato de desinformación, ese mérito y crearon a ese aliado que viene de Estados Unido en la última parte de la Guerra.
Todo eso nos lleva a la necesidad de estudiar la Segunda Guerra Mundial, a estudiar cómo realmente terminó. En este sentido, cómo nació la OTAN es otro tema a repensar porque nació de una mentira. Los servicios secretos de Estados Unidos en cuyo seno hay gran presencia de los servicios de información de Gran Bretaña y esto es así porque el imperio británico tenía una historia que el norteamericano no la tuvo. Así tenemos que del mismo modo que usó la desinformación para cambiar la verdad sobre el triunfo en la Segunda Guerra Mundial, hoy vemos una censura mundial no solo de los medios de comunicación sino también de la cultura. Esta censura, encima, es tolerada por el mundo “civilizado” y es una tragedia porque no están diciendo que la información dejó de ser información para ser un arma de guerra: es el primer misil que se dispara y eso se demostró en la guerra en Irán, en Afganistán, en Palestina.
Hay mucho que investigar desde muchos aspectos y para eso están los académicos que en este momento los necesitamos mucho y que, a veces, el uso cotidiano de algunos sociólogos y politólogos en cualquier conversación que se dediquen al periodismo, hace que no se pueda realizar una investigación de fondo, que tiene demasiadas aristas. Una persona sola no puede tomar todas esas aristas, un sociólogo o politólogo tampoco puede. Necesitamos el trabajo colectivo porque estaríamos entendiendo de qué se trata este momento.
El hecho es que la OTAN fue creada por una mentira. Le dijeron al pueblo europeo, que estaba tratando de ascender de aquella trágica historia con los países destruidos, que Rusia iba a querer invadir todo Europa cuando en realidad Rusia se estaba reconstruyendo, cargando con más de treinta millones de muertos, veintidós millones de soldados, ciudades destruidas… ¿Cuál es el planteo por el que empieza esta situación en Rusia ahora? Que en medio de la recuperación de lo que quedaba de Rusia, se gestaron fundaciones y organizaciones no gubernamentales en un aparato de guerra que se denominan ‘golpes blandos’ que se instalan en una sociedad determinada para ponerla en las calles, llevar a una juventud y convencieron a Europa de crear una organización de defensa en las fronteras europeas. Para eso nació la OTAN.
Guadi Calvo: Quiero preguntarte, ¿qué mundos se pueden abrir a partir de la resolución de la contraofensiva rusa frente a la OTAN en territorio ucraniano? ¿A qué mundo nos vamos a enfrentar?
Stella Calloni: Creo que en este momento ya nos estamos enfrentando a algo muy nuevo. Se acabó la unilateralidad de Estados Unidos en el sentido de que venían avanzando por nuestros países de América Latina con un proyecto de recolonización, la nueva aplicación de las guerras coloniales en Oriente que fueron de ocupación.
Sabemos cuál fue el momento de Estados Unidos porque no había potencia que lo enfrentara, era hegemónico y se pasa a esta situación de la emergencia de China. Hay que comparar la historia milenaria del pueblo chino para saber cómo de parecer que había un silencio absoluto, terminó por emerger como una montaña. Ese estudio es extraordinario y algunos politólogos norteamericanos lo hicieron y advirtieron: ‘no despierten a los gigantes’ pero siguieron expandiéndose.
¿Dónde hubo un punto de inflexión? Cuando se dieron cuenta que la Federación Rusa empezaba a recuperar, con la figura de Putin, el orgullo de ser rusos, la identidad perdida, la cultura. Se trató de una Rusia nueva que tomaba todas las cosas del pasado incluyendo desde la política de los zares. En este sentido, cuando se escucha a sus líderes, cancilleres, se ve la formación de esos personajes.
El mundo cambia cuando se aparecen dos potencias, cuando Siria solicita la ayuda de Rusia porque está siendo invadida por los mercenarios de la OTAN que habían creado unos ejércitos secretos, originalmente pensados para eliminar a la Izquierda de Europa, valiéndose de recursos que quedaron del nazismo y que pretendían dividir en cuatro al antiguo territorio soviético. No pudieron hacerlo y cuando vieron que Rusia y China se acercaban, les surge un imprevisto porque no lo habían pensado en esa magnitud. Todos los consejeros que analizaban la política decían que había que democratizar el mundo a su manera, que el mundo quede bajo control norteamericano, con la OTAN se refuerzan los ejércitos. Todo quedó armado pero resulta que las cosas no son así de fáciles y ya el mundo empezó a cambiar en ese mismo momento de resurgimiento de la Federación Rusa.
El otro día Putin dijo algo muy inteligente: ‘después de esto, no se va a volver a la normalidad. No hay regreso’. Empezó otro mundo donde, además, si contamos los países que están apoyando y que no cumplieron con las imposiciones de Estados Unidos, son los que han llevado a la situación dramática porque es Estados Unidos peleando, no es Rusia. Todo eso hace que Europa no pueda comprar gas, ni trigo. Llevaron a una situación tan límite que es imposible volver atrás.
Esto reacomoda a Europa, impensado hasta hace un tiempo. En este contexto, América Latina es importante, mucho más porque es un territorio insurrecto en este momento, porque si sumas las insurrecciones populares que hay, da un número como nunca antes. Entonces, lo que quiero decir es que este orden mundial que nos habían propuesto está agonizando. Por eso, los militares de mayor experiencia en Estados Unidos, están diciendo que sólo podría pararse esta situación económica mundial si Europa decide seguir teniendo sus relaciones con Rusia porque nosotros no podemos proveer de recursos o va a ser tan caro que va a ser invivible.
Creo que algo nuevo ya está surgiendo y, de hecho, los pueblos que apoyaron fueron unos cuarenta que siguieron negociando con Rusia a pesar de los mandatos. Entre estos estaba India, donde intentaron hacer renunciar al Primer Ministro pero la población de esos países junto con Rusia representa a más de 60% de la población mundial; los que están con Estados Unidos son menos. Todo ese mundo está fuera del control absoluto que solía mantener Estados Unidos pero éstos están tratando de meterse en África a sacar los últimos recursos de allí y formaron organizaciones que crearon contradicciones.
Esto de las contradicciones es algo que también tenemos que estudiar. Estados Unidos está creando contradicciones en el mundo al abrirse y desenmascarar toda su política porque están obligados ante la ofensiva rusa. Se muestran como son: censura, persecución, apoyando dictaduras, destruyendo gobiernos populares porque ellos necesitan recolonizar a través de presidentes que representen sus intereses y necesidades, obedientes a los estamentos norteamericanos. La recolonización que vino sobre nosotros es brutal pero es tardía: hemos sufrido tanto en todo el siglo XX y lo que va del XXI con la presencia de Estados Unidos y la dependencia consecuente.
El único país independiente es Cuba, chiquita y resistiendo. El resto somos dependientes. La CELAC, el MERCOSUR, la UNASUR, la Comunidad Andina… Hubo una unidad que no existía en América Latina que era una unidad en la diversidad con sus asimetrías. Hubo una unidad que comenzó con la CELAC, que nosotros vimos como algo muy esperanzador porque era una unidad emancipadora que no era solamente económica sino también cultural: que pudiéramos tener un banco del sur, unas fuerzas armadas unidas para enfrentar a la OEA.
Notamos la injerencia brutal que tenemos en las elecciones, en la construcción de las coaliciones de la derecha. Ya no son las derechas nacionales sino que dependen de los fondos que les den desde afuera y de las coaliciones que ellos arman corrompiendo a algunos dirigentes de partidos más tradicionales.
Omar Gejo: Usted era niña durante la Segunda Guerra Mundial, con lo cual convivió con esa experiencia dramática que una vez superada, el mundo olvidó la posibilidad de un nuevo conflicto. Lo que se llamó Guerra Fría fue una especie de conflicto atenuado pero el mundo académico esbozó algunas teorías de que era imposible un conflicto abierto por el control del mundo. Se hablaba de una racionalidad que podía impedir el salto al vacío de una tercera guerra mundial.
Hoy estamos hablando de que estamos en una transición a un nuevo orden y cuando se hace un poco de historia; las transiciones fueron prologadas por hechos de violencia: guerras, grandes matanzas. ¿Usted cree posible el derrocamiento del viejo orden sin alcanzar ese umbral de violencia?
Stella Calloni: Todo esto que decís es muy importante. Las transiciones son violentas y en estos casos mucho más porque son de grandes intereses, ambiciones. El mundo se va a quebrar pero sin violencia es imposible.
Hablar de una nueva guerra mundial es más difícil porque la cantidad de armas, algunas que todavía no conocemos, está más distribuida y se ha igualado el poder nuclear. Si estudiamos cómo se roza el umbral de una nueva guerra mundial con lo que está pasando en Ucrania, es increíble. Hemos estado al borde porque, además, nunca sabremos si hay una persona cuerda al mando de los botones que hay que apretar en estos casos. Es un momento muy peligroso para la humanidad porque hay que tener en cuenta también los castigos impuestos por Estados Unidos a Rusia.
A mí me llama la atención, en estos días, la posición de algunos militares de Estados Unidos advirtiendo que no se pasen las líneas porque no tienen todo en sus manos. El proyecto en Ucrania era invadirla y generar una gran matanza en el Donetsk, un genocidio, mientras en Kiev se llevó adelante la supresión de todos los partidos políticos opositores y se instalaron ejércitos nazis, herederos de la ‘Gestapo’ ucraniana.
Estamos viendo la reaparición del fascismo en el mundo: en el lenguaje, en símbolos. En nuestro propio país sucede y estamos viéndolo aparecer, burdo pero no por eso menos peligroso. Pero la construcción de un ejército nazi no lo habíamos vuelto a ver y, lamentablemente, cuenta con una gran cantidad de mercenarios del ISIS, colombianos, británicos comandados por Estados Unidos, Israel y Gran Bretaña.
Con el tema de Ucrania estamos muy cerca de tocar cualquier límite, en cualquier momento. En ese caso, los primeros que deben pensar cómo seguir son los propios europeos que quedaron en la encerrona. Si hay una respuesta rusa, que ha dicho que no va a usarla, los que están en riesgo son los europeos por esos misiles y bombas que instalaron en Ucrania y en minutos podían alcanzar Moscú. Todo va a ir a Europa y nuevamente queda envuelta en un problema bélico que, como en otras oportunidades, no toca a Estados Unidos.
Pero esta guerra no es la misma que la Segunda Guerra Mundial: nuevas tecnologías, nuevas armas. Todos están hablando de que no sabemos en qué momento va a volar el mundo porque nadie se salva, en ese caso. Hay que evitar esta situación, pero lo que se está haciendo es atizar el fuego. Esto viene de negar el reconocimiento a éstas repúblicas que formaban parte de la Unión Soviética y fueron colonizadas por Estados Unidos instalándose en sus fronteras, usadas para apuntar a Rusia. Esto fue denunciado por Rusia. ¿Cuántas veces fue Putin a hablar con los alemanes o con los franceses para hacer un gran acuerdo de seguridad?
Guadi Calvo: Se ve que Estados Unidos se acerca a una severa crisis de orden interno a lo que se suma una crisis económica a nivel mundial y una militar. ¿Cómo ves los juegos cada vez más agresivos que está haciendo Estados Unidos respecto de Taiwán desafiando el poder chino allí?
Stella Calloni: Ahí el problema es la tremenda insolvencia del gobierno de Biden porque, como dicen ellos mismos: ‘esto que él propone es de otros tiempos’. Fíjense ustedes que quienes están trabajando en las políticas sobre América Latina son políticos que mantienen el terrorismo que se aplicó contra Cuba y están aconsejando con esas ideas que ya no encajan por viejas y burdas. Están mostrando un envejecimiento y eso está trayendo contradicciones de sectores dentro de Estados Unidos que advierten que no se pudo evitar la recesión y que, además, los castigos impuestos a los demás, están volviéndose hacia ellos. Están en un abismo del que no pueden salir porque el fundamentalismo es ciego.
Se sorprendieron cuando vieron que China había tenido una carrera espacial silenciosa y ellos se enteraron cuando aparecieron chinos en el lado oscuro de la luna. Están ignorando lo que es China y Biden es un personaje muy débil y manejable. Tanto es así que hasta Trump le está diciendo que no hay que meterse en esos sitios. Esto muestra que Estados Unidos tiene una parte de la población que ya no maneja y no pudo ver que no era el momento de impulsar la invasión a Ucrania porque incluso Trump se había reunido con Putin, con Corea del Norte.
El problema es que la terquedad en la aplicación de métodos que ya no funcionan, se lleva muchas vidas. Cuando ataca alguien con una ofensiva bien preparada es diferente a cuando lo hacen desde el fundamentalismo que aplican el fascismo en todas sus formas. Taiwán es para Estados Unidos un bagaje gravísimo donde se les están advirtiendo que no pasen los límites porque la situación se tornará inmanejable.
Convertir todo esto en un tema de estudio es esencial. Cada uno de nosotros puede tener ideas pero lo tenemos que leer entre todos. Cómo se convierte todo esto en una teoría, en un ensayo, es como nunca antes una acción política necesaria. Recuerden con los estudios de la Operación Cóndor cómo todo el mundo se encasilló en ganarle al otro y no ganamos nada. Si todos los investigadores estuviéramos trabajando juntos, sería extraordinario el resultado. Hoy también estamos trabajando de manera aislada, lo vemos en las redes sociales con el tema de Ucrania: a miles de notas y termina siendo una confusión total para la población por lo repetitivo, en algunos casos, y también porque terminan no sabiendo a quién creer. Tenemos que ser inteligentes y ver los movimientos para construir junto a nuevos pensamientos e ideas sino quedamos afuera de la discusión. Es un gran desafío.
Omar Gejo: América Latina ha sido siempre la retaguardia del imperialismo: la Guerra de Corea llevó a que Estados Unidos interviniera con dictaduras militares a mediados de los ’50, Argentina lo ha padecido, y durante la Guerra de Vietnam vino otra oleada de dictaduras de intervenciones militares. Es decir, cuando ellos se están jugando algo importante, por lejos que sea, colocan a su retaguardia férreamente dominada.
Si consideramos su situación actual de estrés internacional, eso que usted Stella plantea sobre el ciclo insurreccional en América Latina sería nuestra mejor ayuda para derrotar al imperialismo. Por eso quisiera escucharte sobre la realidad mexicana que, en última instancia es hablar del período de AMLO, de la realidad brasileña que va a marchar a una compulsa electoral y, por supuesto, sobre nuestra realidad nacional.
Stella Calloni: Sobre México, la verdad es que no nos ocupamos de difundir información sobre su situación. Estamos en la ignorancia total, excepto que pasen cosas muy graves. Sólo hay núcleos de estudio en las universidades, pero si no tiene salida estamos trabajando con una población mayoritariamente desinformada, manipulada.
¿Qué le pasó a México desde los años ’60? Quedaban muchos rasgos de la Revolución Mexicana, incluso en el ejército que no querían recibir armas de Estados Unidos porque sabían que con las armas también llegan los ‘asesores’. Entonces, en México, el PRI empezó a deteriorarse con el paso del tiempo y había, dentro del PRI, diferentes sectores de derecha que fueron acaparando los espacios del centro y de la izquierda. Esto se ve en la elección de un presidente, tan poco presidenciable, como Fox que es increíble que haya llegado a ese lugar porque era un Bolsonaro con otro estilo.
Luego tenemos que reconocer que lo peor vino con el tema de Calderón, que no ganó las elecciones porque el ganador fue López Obrador en 2006 por ese porcentaje milimétrico. Calderón asumió una continuidad con lo hecho en Colombia: el Plan Mérida y por primera vez en la historia de México, las fuerzas armadas llegan bajo la dirección del Pentágono y salen a las calles supuestamente para combatir al narcotráfico. Pero el narcotráfico no se combate con tanques ni armas de guerra. Así, las Fuerzas Armadas mexicanas se convirtieron en un ejército de ocupación. Fíjense que desde el 2006, año en que se firmó ese tratado con Estados Unidos del Plan Mérida, hasta el 2012 hubo más de cien mil muertos y más de cuarenta mil desaparecidos a lo que hay que agregar los migrantes asesinados porque, además, las matanzas formaron parte de un entrenamiento paramilitar: era torturar por torturar. Pasaron cosas en México que nunca se han dicho y se están escribiendo en este momento.
El hecho de que metieran al ejército adentro fue feroz y todavía están porque es muy difícil sacarlos. Entonces, después de asumir fraudulentamente dos veces, dejaron una destrucción enorme y López Obrador lo que ha hecho es lo que nadie había hecho: recorrer poblado por poblado de México. Ahí tuvo una relación muy directa con sus bases que ya lo inició cuando le quitaron la gobernación y demostró cómo había perdido fraudulentamente. Así que cuando asume, se instaló un gobierno muy popular que, hasta hoy, a pesar de todos los ataques de la prensa que son brutales, permite que en todas las elecciones que haya, gane el pueblo. Es el mero pueblo mexicano.
Hay intelectuales que están en contra de López Obrador. Una elite intelectual heredera de esa mano del PRI que era muy buena manejando la esfera intelectual y periodística a través de la concesión de favores y lujos. En medio de ello llega López Obrador que es muy parecido, en sus formas, a Evo Morales: habla lento y tranquilo, sabe que está nadando en piscina con tiburones y se da cuenta que hay que revigorizar la cultura mexicana.
La propuesta de López Obrador tiene ese enfoque profundo y lo tiene que ir haciendo lentamente porque le pasa como a todos los gobiernos que elegimos en América Latina: los gobiernos populares asumen, pero sin poder militar, ni policial, ni mediático. Agregado a eso que los documentos de Estados Unidos de los años ’90 hablaban de la intervención de todas las estructuras judiciales de América Latina porque sacaban la cuenta de que, si manejaban a las fuerzas de seguridad, más que los ejércitos nacionales, controlan más armamento. Tenían que pensar en el conflicto social que vendría, esperaban lo que está pasando ahora: las insurrecciones que se desarrollan en América Latina. Pero los pueblos tirados a la calle paralizan la posibilidad de represión porque se trata de multitudes.
Esto es lo que pasa ahora, está templando el poder mexicano porque ese mismo pueblo que arrojó presidentes por no cumplir con la voluntad popular. Entonces, México ha ido retomando lo mejor de su política exterior. La relación con el pueblo es una cosa nueva. El presidente es descendiente, por una parte, indígena y tiene mucho de la educación de esos pueblos. Esa riqueza cultural que ya tenía México del periodo de los aztecas, es impactante y él la está recuperando, pero tiene que ser muy lento.
Por eso a nosotros nos han condenado a elegir cada cuatro años. Nosotros no somos Europa, todavía nos tenemos que independizar. No nos cabe una democracia de cuatro años porque todo lo que hiciste, los destruye el otro cuando asume y estamos presos de una metodología que no es nuestra, no la inventamos nosotros y no la elegimos. Hay que discutir las democracias que queremos porque la principal tarea que tenemos es la independencia, recuperar la soberanía nacional, porque sin eso la democracia está vacía.
Estados Unidos tiene asegurados el petróleo, el litio, los minerales. ¿Cómo aparecieron las minerías en nuestros territorios? Quieren asegurarse eso y nosotros tenemos que prepararnos porque es duro. Lo estamos viendo. ¿Dónde viste en América Latina que los paramilitares hicieran un paro? Colombia.
López Obrador ha sido muy firme respecto de Estados Unidos, encabezando la idea de mejorar las relaciones con Cuba porque el pueblo mexicano es muy amigo y vive soñando con su Revolución. Uno escucha campesinos y todo eso está en su cabeza, es esperanzador. Sin embargo, pensar en la frontera que tiene con Estados Unidos es terrible, observar lo que pasa con la migración y la condición en la que estaban las poblaciones mexicanas. Lo importante es que en este momento tenemos a México alineado con América Latina, donde puede refugiarse América Central.
En Colombia tenemos una situación crítica y hay que prepararse para una solidaridad activa. ¿Han visto el lugar donde Estados Unidos ha plantado el Comando? Es un nuevo Comando Sur lo que tiene Colombia. No vamos a creer que el ejército norteamericano se va a ir rápidamente. Enfrenta un camino muy difícil Colombia, pero por primera vez el pueblo colombiano, como un día pasó en Chile, se levantó y no salió de las calles porque no es que el pueblo no quiere ir a votar, sino que en el interior están ocupados por los paramilitares y están aterrados. Hay ocho millones de refugiados internos, es una situación compleja.
Lo que tenemos que saber nosotros es que hay un pueblo decidido a que no pueden seguir viviendo como lo hicieron hasta ahora y se esperanzó muchísimo con los acuerdos de paz que nunca pudieron ponerse en práctica porque tenían una legislación que implicaba un nuevo acuerdo social, un cambio radical y las elites colombianas no lo soportan. Tienen una vicepresidenta negra donde hay un racismo espantoso, cosa de lo que acá tampoco hablamos.
Debemos apoyar a Colombia que ha recuperado su vieja esencia en las calles, en las luchas de las bananeras. Hay mucha historia que también es una historia de terror porque Colombia es el país con el mayor número de desaparecidos de América Latina y con la mayor cantidad de muertos de todo el bicentenario de nuestras repúblicas. Hago rápidamente este recorrido para destacar que lo cierto es que, siendo un Estado bioceánico con fronteras en Amazonas y Caribe, es un lugar estratégico y por eso acaba de ponerla como el socio global más importante en Latinoamérica de la OTAN.
Por otra parte, tenemos a Brasil. Hay dos revistas interesantes de ser consultadas: Patria Latina y Diálogos del Sur, éste último dirigido por un viejo luchador, Paulo Cannnabrava, con la presencia de muchas figuras de la intelectualidad brasileña que es muy prolífica como la intelectualidad colombiana.
Imagínense a Brasil bajo el poder de Bolsonaro. Casi todos los cargos están ocupados por militares. ¿Se acuerdan cuando decíamos que las Fuerzas Armadas brasileñas son nacionalistas? Esa era la diferencia que trazábamos con la dictadura argentina pero el camino de los últimos años ha hecho que Estados Unidos haya llegado a poner como subsecretario del Comando Sur a un general brasileño. Es la primera vez que hay un latinoamericano en el Comando Sur, pero todos no están contentos porque hubo muchos militares que estaban en desacuerdo con que Estados Unidos se quedara con la Base de Alcántara, única base espacial latinoamericana.
La fuerza de Lula empezó a crecer, quizás disminuyeron esos veinte millones de personas que sacó de la pobreza, sin dudas. Recordemos que Lula surgió como dirigente metalúrgico y, como Evo Morales, emanan de la propia experiencia de la lucha. Lula estuvo al frente de los metalúrgicos durante la dictadura y Evo representa el primer momento en que los pueblos indígenas están a la vanguardia de la lucha de la guerra por el agua y la defensa del gas. Ambos líderes surgen de la experiencia luminosa, de las calles y eso es un aprendizaje que ninguna universidad les podría haber dado. Por eso, hay que valorar a todos estos personajes que surgieron en este período histórico y los tenemos que estudiar cómo los dirigentes que son ahora.
Dilma, acosada por tantas cosas, empiezan a descubrir que tenían espías por todos lados. De hecho, el despacho de Lula estaba lleno de micrófonos. Ellos estaban confundidos porque su situación es diferente a la del resto de los países por su condición de potencia. Sin embargo, tuvieron a aquellos extraordinarios sociólogos como Darcy Ribeiro, Celso Furtado o Fernando Cardoso donde vemos que hay una insistencia con la teoría de la dependencia que nos sigue sirviendo para hoy en día.
Lula ha vuelto con mucha fuerza y se producen manifestaciones muy fuertes. El movimiento social más fuerte de América Latina es el de los “sin tierra” porque no es que tiene cien mil personas sino más de cuatro millones de personas así que eso arma una situación muy especial porque frente a esto hay un Bolsonaro que no quiere irse. ¿Qué va a pasar? Estaban seguros los uribistas que por un lado o por el otro, formando otros grupos políticos, iban a poder llegar al poder gubernamental. Lula está plantado con una cantidad de votos, aunque seguramente van a intentar muchas cosas.
Hace un tiempo entrevisté a Celso Furtado y me decía: ‘Brasil no es un país, son cuatro Estados dentro de un país. Es una potencia que todavía no se registra como potencia por su propia desunión’. El nordeste brasileño es un mundo que respecto del sur es totalmente diferente. Así que el aprendizaje para nosotros es que desde la insurrección del pueblo chileno o el pueblo boliviano enfrentando al golpe encabezado por la OEA: estas son las lecciones que debe aprender América Latina. Chávez tardó 48 horas en enfrentar un golpe dirigido por Estados Unidos, donde había sectores militares ganados, e hizo surgir un sector militar que había entendido las cosas de otra manera.
¿Cómo unimos todas estas experiencias? No hay que contarlas, hay que unirlas porque de cada una sacamos aprendizaje. Yo hubiera querido tener más posibilidades porque pude conocer cada uno de estos países, pero lo que me interesaba era conocer su población porque ahí vemos la hermandad que tenemos, pero todos sometidos a una explotación escandalosa de nuestros pueblos y riquezas. Este maravilloso territorio, la patria grande, venimos de Simón Bolívar contestando a la Doctrina Monroe de 1823: ‘la unidad de América Latina porque contra esto no podemos luchar’.
¿Qué está pasando hoy? Insurrección en Puerto Rico en este momento, en el desolado Haití, en Perú con el mismo problema de Colombia. A nosotros nos falta dirigencia porque en estos tiempos hay un imperio avasallante que viene por nosotros sabiendo que, si no nos someten y caemos en sus manos definitivamente, van a hacerlo como sea y lo están intentando con estas fundaciones, las ONG, en los movimientos sociales. En Argentina, yo estoy de acuerdo en que el Estado es quien debe controlar los subsidios porque es una tentación muy grande y se toman a los pueblos de rehenes. Estoy segura de que la ambigüedad de cualquiera de nuestros dirigentes en estos momentos que el imperio está aleteando, es lo peor que nos puede suceder. La ambigüedad termina destruyendo.
Este es un momento de unirnos, pero la unidad debe tener un objetivo en común. No puede ser solamente electoral. La gente no puede creer que un país como el nuestro y un gobierno como el que tenemos puede decir: ‘no pagamos la deuda’. Le llevó 24 horas a Rodríguez Saá salirse del cargo en aquel año clave para nosotros, 2001. Entonces, si vos no conseguís un 80% de tu población para mantener tu posición, no podés hacerlo porque te cuelgan en la plaza pública. Hemos permitido el regreso de los peores elementos de la derecha que ni siquiera podemos decir que tienen algo parecido a las viejas oligarquías porque los de hoy son tan brutales, tan ignorantes y mediocres que, combinados con el dinero del imperio, son peligrosísimos.
¿Cómo puede ser que en Argentina estemos terminando este período democrático sin saber qué acuerdo de seguridad firmó Macri, Aguad y Bullrich ni tampoco con quién? Esos acuerdos son todos agresivos a nuestra soberanía nacional pero no la hemos sacado ni le hemos dicho al pueblo. Entonces nosotros estamos enfrentando una gran desinformación popular con estos medios. Podría haber sido diferente si hubiéramos recuperado la Ley de Medios que fue la creación más democrática de las leyes argentinas porque fue trabajada durante dos décadas por las universidades y los sindicatos. En el mundo la vieron como algo perfecto, pero no fuimos capaces de recuperar esa gran defensa contra los monopolios de la mentira.
Entonces, tenemos tareas urgentes que no son las del discurso ni la del chisme político porque nos hemos transformado en chismosos y estamos reproduciendo los chismes que distraen a la población de sus verdaderos problemas. Terminemos con la banalidad de la política que es la mejor forma que tiene el colonialismo. Tenemos una tarea enorme, compañeros y son las universidades las que tienen en sus manos muchísimo por hacer. También los sindicatos y hay que recuperar la verdadera esencia del sindicalismo, la forma de militar con jóvenes en las villas, con los trabajadores del interior. Hay que recuperar esa mística, la que tuvo Chávez con su población, reestudiar al peronismo para rescatar los avances de esos tiempos. Esa es nuestra identidad: no puede haber lógica entre ser el país de la reforma universitaria a cerrar veintiocho profesorados sólo en Capital.
Martín Martinelli: ¿Cómo ves la integración de regiones de Oriente, que constantemente son avasalladas para desunirlas, y las reacciones que esto provoca en Nuestra América y sus propias posibilidades de integración interna y respecto de otras regiones?
Stella Calloni: Estamos viviendo una revisión básica porque empiezan a moverse muchas fuerzas como respuesta a que China tiene mucha presencia en África y la Federación Rusa también. Colaboran en muchas cosas para que África tenga una salida diferente y todo se está removiendo; por eso el imperio está tan desesperado y se dan cuenta que cada vez tienen menos posibilidades. En este sentido, hay que ver el rol importante que juega Grecia porque es ese mundo conectado con Europa como también lo es el caso marroquí y muchos más. ¿Por qué está estallando todo? Parece despacito pero un día te vas a encontrar con una marea que no vas a poder contener.
El hecho de que lo mediático esté contra estas movilizaciones es importante tenerlo en cuenta. En América Latina están tratando de dividir al movimiento indígena, por ejemplo. Estamos recuperando parte de lo que fue la CELAC y sobre esto hay que tener en cuenta momentos clave de nuestra relación con Estados Unidos: uno fue en 2005 cuando los que integraban el Mercado Común del Sur le dijeron que no al ALCA junto al ex presidente Néstor Kirchner. Esto fue un hito en la historia de América Latina: se le dijo que no a un presidente de Estados Unidos y Bush se subió a sus buques mientras se llevaba adelante una cumbre de los pueblos. ¿Se dan cuenta los escenarios de respuestas que hemos dado y no los contabilizamos?
En este momento estamos reconstruyendo y creo que estamos en una posición mejor en este caos. Hemos acabado con el Grupo de Lima. Se van dando pasos: el hecho de que la CELAC se presente en esta Cumbre de las Américas y diera un golpe como aquel de 2005, aunque con otra intensidad, y fue una derrota para Biden y la OEA, que ya no sirve más, que se ven más amenazados porque cosas como el triunfo de Preto o las movilizaciones que hay en todos lados, estimulan a los demás pueblos. Sobre esto, insisto: falta dirigencia.
Guadi Calvo: Sobre lo que está pasando en Oriente Medio o en África, esos escenarios tan usados por Estados Unidos para llevar a cabo sus políticas de conquistas ya no territoriales sino lo que hay debajo: sus recursos. Es el gran pecado de África, ser un continente extremadamente rico. Stella ya mencionó que Estados Unidos está retornando a África y lo vemos de manera práctica y efectiva con el anuncio de Biden de volver con las tropas a Somalía. Mientras Trump había retirado tropas, los demócratas vuelven.
Si ampliamos el espectro vamos a ver el largo conflicto en Etiopía donde, casualmente, está muy cerca del lugar donde China está construyendo una represa en el Nilo Blanco que va a alimentar de electricidad no solamente a los cien millones de etíopes, sino que les va a dar la posibilidad de vender energía a otros países.
El fracaso de Francia en Malí es otro ejemplo y se ve en que, después de casi doce años de su presencia en el norte para combatir al supuesto terrorismo islámico, se retira derrotada tras ver que no solamente no puede eliminar la presencia a grupos vinculados al Dash o Al Qaeda, sino que esos grupos que ocupaban un lugar muy concreto en el norte de Malí se expandieron a Níger, a Burkina Faso y, desde ahí, están alcanzando el Golfo de Guinea.
Si fuésemos hilando las 54 naciones africanas, vamos a ir encontrando que donde hay presencia de China, surge el supuesto terrorismo islámico o se llevan adelante golpes de estado así como también el surgimiento de conflictos entre naciones como el actual entre República Democrática del Congo y Ruanda donde, más allá de alguna invasión de territorio de uno al otro, se están disputando grandes extensiones de coltán que es un mineral fundamental para nuestra época desde donde salen elementos para la construcción de telefonía celular, autos inteligentes, etc.
Vamos viendo cómo Estados Unidos o sus sicarios sea Francia o Reino Unido han vuelto a clavar los dientes profundos en África y donde se genera movimiento de intentos de liberación o desmarcamiento de las metrópolis, como sucede en Mali o Burkina Faso, los grupos terroristas recuperan muy fuertemente sus posiciones y avanzan generando matanzas y conquistas de territorios. A los viejos en estas cosas, nos da cierta idea de que detrás de estos grupos están operando los servicios de inteligencia occidentales.
El mundo, como explicó Stella, está en un proceso muy particular de cambio que quizás se significa mejor que en ningún lado en la cuestión ucraniana. Pero sucede en otros países donde la presencia de Estados Unidos y algunos de sus socios es muy fuerte y creo que vamos a encontrar muchas más crisis donde cada vez más se va a estar jugando el destino de las grandes naciones occidentales frente al crecimiento imparable de China y de Rusia.
* Stella Calloni periodista y escritora argentina especializada en política internacional, cuyos trabajos de investigación se centraron en las dictaduras militares latinoamericanas y los procesos políticos relacionados.
**Guadi Calvo es Analista internacional. Periodista, escritor, especializado en Medio Oriente, Asia y África. Omar Gejo es Geógrafo. Exdecano Ciencias Sociales UNLu-UBA-Universidad Nacional de Mar del Plata. Martinelli, Martín es Doctor en Ciencias Sociales, Historiador. Universidad Nacional de Luján (Argentina).
Transcripción: Valentina Taberna.
Fuente: Cuadernos de Bitácora del 5 de octubre de 2023