El Sindicato de Trabajadores Argentinos de Salto Grande denuncia una deuda millonaria que el estado nacional mantiene con CTM Salto Grande. La situación de la binacional argentino-uruguaya enciende la alarma sobre el sistema de generación y su importancia estratégica.
Redacción
Varias crónicas, comentarios y denuncias coinciden en un aspecto clave para el esquema eléctrico argentino. La facturación de la represa de Salto Grande, genera varias veces más de lo que cuesta mantenerla funcionando. Sin embargo, se le pagan 2 dólares el megavatio/hora generado, mientras que el valor promedio de mercado ronda los 90 dólares.
Según las denuncias, ni siquiera estaría recibiendo los U$S 2. El Sindicato de Trabajadores Argentinos de Salto Grande afirma que existe una deuda millonaria que el Estado Nacional mantiene con la empresa. Sergio Benítez, titular del gremio dijo a medios entrerrianos que “no podríamos asegurar que se trata de una desfinanciación, pero tiene todas las características. Esto puede afectar la operatividad de todo el complejo y del sistema eléctrico en general porque Salto Grande no solo es proveedor de energía, sino que, lo más significativo, es la única hidroeléctrica que regula la frecuencia eléctrica”.
Para quién no esté familiarizado con la función clave que cumple la firma binacional denominada Comisión Técnica Mixta de Salto Grande (CTM), los dos últimos incidentes graves que protagonizó el sistema eléctrico nacional – el Día del Padre de 2019 y el pasado 1 de marzo -, fueron subsanados desde Salto Grande, por acción de la Central hidroeléctrica y las 4 subestaciones que componen un cuadrilátero de casi 450 km de línea. Desde allí se pudo estabilizar y levantar el sistema eléctrico a más de medio país, incluso en la República Oriental del Uruguay.
CTM Salto Grande, está a cargo del Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande desde su construcción durante la segunda mitad de la década del ’70. La represa está ubicada sobre el río Uruguay, 15 kilómetros al norte de las ciudades de Concordia (Argentina) y Salto (Uruguay). Al tratarse de una represa binacional la energía de Salto Grande se divide por partes iguales para ambos países, aunque el volumen de energía que llega a cada territorio no representa la misma proporción. Es decir, la generación de CTM cubre un promedio del 7% de la energía consumida por Argentina y el 53% de la demanda energética uruguaya.
Así, el 50% de la energía generada por la represa es entregada a CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima), al precio que establece la Secretaría de Energía de la Nación, y ENARSA es la encargada de canalizar los pagos. Según las distintas fuentes, hasta los primeros días del mes en curso, la deuda del Estado Nacional, superaba los 1.400 millones de pesos.
Por tanto, CTM opera bajo “ajuste” indirecto: redujo gastos operativos del personal, compra de repuestos, insumos, materiales y contratación de servicios para el mantenimiento de la central, las subestaciones y el cuadrilátero en toda su dimensión. Esto afecta a los proveedores de energía urbana e industrial; y de ocurrir un nuevo evento de escala nacional, la empresa que va quedando paulatinamente sin la misma capacidad de respuesta.
Algunas sospechas sobre desfinanciamiento intencionado se acrecientan a partir de los anuncios oficiales del Gobierno Nacional. Al tiempo que la cartera energética informa que existen 54 obras de transporte y distribución eléctrica en marcha que se encuentran ejecutándose en el marco del Plan Federal de Transporte Eléctrico, se deja caer una de las fuentes más importantes de generación regulación del sistema.
Se dice por otro lado, que tras cuatro décadas de funcionamiento, existiría un plan de extendimiento de vida útil, puesta en valor y renovación del equipamiento. Se habla de un plan de 500 millones de dólares que debe consensuarse con el Gobierno uruguayo. La reestructuración debe obedecer a una serie de etapas de trabajo que abarcan varios años.
En el medio también aparecen las intenciones de provincializar la porción argentina de la central. El Senador entrerriano de Unidad Federal – Frente de Todos -, Edgardo Kueider presentó un proyecto para que la represa hidroeléctrica quede en manos de la Provincia de Entre Ríos. La iniciativa prevé que la Nación traspase la parte del complejo hidroeléctrico binacional a título gratuito.
Este “pase”, sería en reconocimiento del dominio originario de la provincia sobre el río Uruguay como recurso natural. El proyecto también aboga por el mantenimiento de la distribución de excedentes de Salto Grande a las provincias de Misiones y Corrientes. Entre los antecedes sobre los que se basa la propuesta, se citan como “experiencias positivas”, las no tan positivas de traspaso a Mendoza de la presa Los Nihuiles y la transferencia a Córdoba del complejo Río Grande. Las mismas podrán haber sido buenas en materia de negocios, pero dejan bastante que desear en materia generación y conflictos territoriales desatados.
Sin embargo, la propuesta de provincialización, vendría a contraponerse a un supuesto intento – o consideración – por parte del Poder Ejecutivo, de someter a privatización la parte argentina del complejo.
Qué es lo que va a suceder con CTM Salto Grande todavía es una incógnita. Pero algo puede preverse según todos los trascendidos: ninguno de ellos plantea la vuelta al amalgamiento y conducción unificada del sistema de generación eléctrica de base argentino.
Los problemas ya no sólo pasan por las tarifas domiciliarias, los cortes y las caídas de líneas y potencia. Además de la pérdida de calidad de vida de la población por un servicio deficiente por parte de las distribuidoras, el sector generador está atravesando una crisis que puede desatarse en consecuencias peores: la caída de la generación de base repercute directamente en la industria y el trabajo nacional.
En años donde se vencen las principales concesiones hidroeléctricas, y donde supuestamente, se incrementará la potencia y el flujo generado a partir de varias fuentes de generación, no es de extrañar que todos los sectores quieran meter manos y pies en el plato: quien controle la generación, controlará un insumo estratégico fundamental; la energía.
Fuentes: Análisis Digital /El Heraldo / APFDigital / CNDigital