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Se reproduce seguidamente, un artículo publicado por el portal Zona Militar respecto de la decisión del Ejecutivo Nacional de suspender los contratos de ejecución de los proyectos Pampa y la renovación de los Pucará. Posteriormente y en referencia a la misma nota, agregamos el comentario de Daniel Arias para el portal AgendAr.

Redacción*

La presentación del Informe N° 140 de la Jefatura de Gabinete de Ministros al Congreso de la Nación aportó diversas novedades sobre el presente y futuro de la Fuerzas Armadas Argentinas. Una de las preguntas formuladas por los legisladores estuvo centrada en la actualidad y prospectivas del programa IA-63 Pampa de la Fuerza Aérea Argentina, como de la entrega de nuevas aeronaves por parte de la Fabrica Argentina de Aviones Brigadier San Martin (FAdeA).

Al respecto, yendo directo al grano, la pregunta N° 1661 del informe aborda esta cuestión al solicitar “… cuál es plan que tiene el Ministerio de Defensa respecto a la continuidad de los programas de producción de la Fábrica Militar de Aviones (FADEA), en particular los productos IA-63, Pampa III, Bloque II e IA-100 Malvina”. La respuesta emanada del informe arrojo un manto de dudas sobre el presente del IA-63 Pampa y su futuro inmediato.

En este sentido, la Jefatura de Gabinete de Ministros detalló parte de la actual situación que atraviesa FAdeA con la asunción de un nuevo directorio y la realización de una auditoria sobre el estado de la firma cordobesa. Esta última arrojó las siguientes conclusiones, expresando que: “La auditoría, realizada por Deloitte & Co. S.A., concluye que existe un desequilibrio financiero toda vez que el cumplimiento de las entregas pendientes requiere la compra de materiales y la provisión de horas por un valor que, se ha estimado, supera los cobros pendientes”.

Añadiendo: “el Directorio concluye que existe muy escasa probabilidad de obtener los fondos presupuestarios para la ejecución de los citados contratos, con excepción de hitos que a la fecha de su asunción evidencian un alto grado de avance, tal como la entrega de la aeronave Pampa SN 1036 – finalmente entregada en junio de 2024– o el desarrollo del prototipo y la adecuación del BOM (Bill of Materials) de la aeronave Pucará, hitos que también se finalizaron en julio 2024”.

Esto último señalado hace referencia a la última entrega de aeronaves para equipar a la Fuerza Aérea Argentina registrada en el pasado mes de junio, la cual consistió en las aeronaves IA-63 Pampa III Bloque II matriculados A711 y A712, tratándose de una aeronave de nueva factura y otra modernizada en las instalaciones, siendo destinados X Brigada Aérea con asiento en Río Gallegos, provincia de Santa Cruz.

Como señaláramos en dicha ocasión, esta entrega forma parte del contrato plurianual formalizado en el año 2021, el cual comprende los siguientes trabajos y estructuras: “… Av 1034 a la Av 1039; La conversión de tres IA-63 Pampa II a Pampa III Bloque II; La Certificación de la versión Pampa III Bloque II, para lo cual se realizará la campaña con los EX-03 y EX-04; la adquisición y entrega de Estaciones de Planificación a la empresa israelí Elbit, compra que incluye una Estación de Planificación de Misión Fija y dos Estaciones Móviles de Planificación de Misión. FAdeA realizará la certificación; y la adquisición del 35% de materiales para la fabricación de tres IA-63 Pampa III Bloque II”.

Regresando al informe, la respuesta de la Jefatura de Gabinete de Ministros aclara que: “Por todo lo expuesto, el Directorio considera que no podrá dar cumplimiento a los mencionados contratos por carecer la Empresa – en las condiciones recibidas al asumir estas autoridades -, de los recursos suficientes para ello. Como consecuencia, se encuentran temporariamente suspendidas las ejecuciones de los contratos referenciados, salvo en lo referido a los hitos ya citados por su bajo nivel de inversión pendiente”.

Sin mayores datos aportada en el Informe N°140, la actual situación de cara a cumplimiento del contrato mencionado del año 2021 es incierta, a la espera de mayores datos de como FAdeA podrá dar cumplimiento para finalizar las entregas de IA-63 Pampa III Bloque II a la Fuerza Aérea Argentina.

Comentario AgendARPor Daniel E. Arias

Nuevamente, matan la fabricación de Pampas Block 3 clase 2 nuevos, y la actualización a ese estándar de la veintena operativa de Block 2.

Pero además liquidan por 5ta vez la actualización de los 20 últimos Pucará intactos al standard Fénix. Ésta lo vuelve un avión de patrulla armada con hora de vuelo barata, gran autonomía y sensores avanzados, algo que no existe en el mercado mundial.

En lugar de aprovechar esta oportunidad, van a chatarrear la flota remanente de Pucas de ataque a tierra. Hoy están en hangar porque tienen turbinas Astazou pasadas de años.

Hasta 2023, la idea era al menos remotorizar estos Pucas con la misma turbina Pratt & Withney PT-6 que se usa en los Pampa, de modo de poder hacer compras conjuntas para ambos aviones y así conseguir mejor precio y disponibilidad de motores en FAdeA. Lógica simple y fordista de producción.

Ahora quedan eliminados por una aparente decisión administrativa de cagatintas, siempre cubiertos bajo el paraguas de una consultora yanqui, y siempre la misma, los tres últimos desarrollos de la fábrica desde los ’70 hasta hoy: el Pucará, el Pampa y el proyecto de drones SARA.

Desgraciadamente el Pampa en su última versión, un avión colosal por sus capacidades, es difícil de defender de tanta puñalada cercana porque está muy dolarizado, y de yapa, sujeto a vetos de la OTAN. Su pecado original fue nacer con un 100% de componentes importados, lo cual fue un obstáculo formidable para poder fabricarlo en series más o menos aceptables, de 12 aviones/año. El total de componentes de un Pampa anda por 20.000 aviopartes, de las cuales entre 2011 y 2015 se logró la provisión nacional de no más de 3000, un 15%, y no de las más complejas y caras.

Es más, el avión se hizo aún más dependiente de la buena voluntad de terceros cuando se fue llenando de aviónica Elbit. Que es excelente, pero una parte demasiado fundamental -y nada barata- de la actualización Pampa III block 2. Ya en ocasión de la posible exportación de 3 Pampas a la Bolivia de Evo Morales, la cancillería israelí tocó silbato, vetó la venta por considerar a Morales un antisemita (¿?) y amenazó con cortar el abastecimiento de componentes electrónicos e informáticos a FAdeA.

Desde la guerra por las islas demasiado famosas, la OTAN hará cualquier cosa con tal de que no volvamos a fabricar aviones militares, y tampoco aviones a secas. Se la hicimos demasiado fácil. Pero en consecuencia, el Pampa ni se construye adentro ni se vende afuera.

Lectores, matar el Pampa y además el Puca es medio siglo de trabajo argentino experto tirado a la basura, incluidos 220 Pucas pedidos por una decena de países a los que ni se les contestó. Paradójicamente, el Puca fue el mayor éxito de fabricación de la historia de la fábrica cordobesa (110 aviones) y de pedidos de exterior.

El Puca es un avión casi totalmente nacional, no un proyecto «off the shelf» como el Pampa. Y siempre fue demasiado buen avión para limitarse a su rol inicial de COIN, es decir de avión de contrainsurgencia. Tampoco es el avión ideal para CAS, porque la infantería enemiga regular, incluso la más pobre, puede tener misiles lanzables desde el hombro, o MANPADS, dicho en miliqués-otanés.

Esto hace forzoso buscarle aplicaciones no previstas a este avión de gran autonomía y enorme resistencia mecánica. Remotorizado y con los radares de INVAP y el pod óptico e infrarrojo de FixView, ambas empresas argentinas, se llegó al Puca Fénix. Este avión podría ser una patrulla armada para todo tiempo y todo terreno. Hoy mismo, si estuviera disponible, generaría centenares de pedidos. Con un data link que lo conecte a otros activos militares terrestres y marinos, es un AWACS de mediana altura y para bajos presupuestos, y de yapa, con armamento propio.

Eso es algo que sencillamente no existe en el mercado mundial de armas aéreas.

¿Puedo ser sincero? La larga lista de cipayos, zapallos y cretinos que viene boicoteando este proyecto está adentro del país. Venía de antes, pero no faltó durante ningún gobierno civil desde 1983, y en buena medida opera dentro de la propia Fuerza Aérea. A los pilotos militares, el trabajo de patrulla, al parecer tan poco heroico, los aburre, y a la cúpula le gusta más importar aviones de prestaciones un poco inferiores y con cero industria argentina, como en su momento el Tucano y luego el Texan II. Eso deja buenas jubilaciones.

Hay un último y cuarto programa, el del entrenador primario argentino IA-100 Malvina, también discontinuado desde 2016, y retomado penosamente y sin plata durante el gobierno de Alberto Fernández.

Para este gobierno, queda despejado el campo de toda enojosa fabricación nacional: se avecina un futuro venturoso en importación de chatarra voladora de la OTAN de total inutilidad bélica. Como anticipo de lo que se viene, los 24 F-16 de 44 años de decrepitud, y de yapa, sin armas de combate. Se acaban de comprar a Dinamarca. Iban a ser 44, pero afortunadamente para la Argentina y para mal de Ucrania, 19 fueron a dar a ese país.

Alguno de ellos mató al Cnl. Oleksy Mes en su primer despegue.

Buenos únicamente para desfile. Pero con precauciones.

*Título de la nota en Zona Militar “Informe N° 140 de la Jefatura de Gabinete – El presente y futuro de FAdeA y los IA-63 Pampa de la Fuerza Aérea Argentina”. Título de reproducción en el portal AgendAr con comentario de Daniel Arias: “Matan el futuro de FAdeA: los Pampa y la actualización de los Pucará”.

Fuente: AgendAr / Zona Militar

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