Accidentalmente, un movimiento de transferencia de cargas que forma parte de la cadena forestal, más una inauguración de instalaciones en una Zona Franca brasilera sobre la margen del río Uruguay, nos recordó los vulnerable que está el sistema productivo nacional ante quienes manejan los resortes del comercio internacional. Mire…
Redacción
Mientras Corrientes está conmocionada por el caso Loan – cosa que o es para menos, pero no entraremos en ese asunto -, se conocieron en los últimos días, una serie de anuncios que también dan cuenta de la situación productiva y logística de esa provincia.
Por un lado, la difusión de un principio de reactivación del movimiento de cargas para el puerto de la ciudad de Corrientes, a partir de la llegada procedente de río abajo de cerca de 200 contenedores que están destinados a la empresa forestal austríaca radicada en la provincia, AconTimber.
La misma posee su planta en Virasoro, y desde hace unos meses comenzó a explotar la mayor unidad productiva del rubro en el país, exportando sus productos en contenedores desde el puerto de Rosario. Pero, previo a su traspaso a buques, dicha mercadería realiza un derrotero logístico de cabotaje, a través de consolidar cargas en el puerto de Posadas, y desde allí, navegar río abajo.
Se estima que la descarga de contenedores vacíos en Corrientes, forma parte de una etapa de transferencia, donde luego serían trasladados por tierra hacia el puerto de la Capital misionera.
Esta operación llamó nuestra atención, a partir de la cercanía que Virasoro tiene de la localidad de Santo Tomé – sobre el río Uruguay -, que a su vez es fronteriza con la ciudad brasileña de Sao Borja. Allí, días atrás se anunció un convenio e inauguración de instalaciones de una Zona Franca, cuyas principales actividades serían la de recibir carga del polo tecnológico industrial de Manaos – ubicado en el Estado de Amazonia -, con la doble pretensión de asistir y reforzar la vulnerable situación en materia de cargas y suministros para el estado de Rio Grande do Sul a causa de las recientes inundaciones; y por otro, tener mayor proximidad y facilidad de maniobra con puertos exportadores de la región, además de poder acceder a menor costo a los mercados internos de Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay.
El lector puede pensar en “qué tiene que ver una cosa con la otra”; y la respuesta es: “en principio y a primera vista, nada”. Sin embargo, en el mencionado acto, estuvieron presentes autoridades provinciales y municipales de Santo Tomé.
Acá no se trata solamente de acompañar el evento por mera simpatía vecinal y de hermandad entre pueblos. La Zona Franca mencionada, además de ser una extensión del Complejo Manaos, está comunicada por el puente binacional que une ambas localidades, donde del lado argentino se encuentra emplazada una importante playa de cargas y maniobras.
Nada es casual, ocurre que la provincia de Corrientes – como sus pares del NEA, están emplazadas en el corazón sudamericano de mayor planificación logística, dado que es donde se entrecruzan cinco de los diez corredores bioceánicos proyectados para la región por la iniciativa comercial norteamericana IIRSA; y de la cual la propia China ha manifestado interés en participar, a partir de la financiación de diversas obras en los países de la región.
El lector puede seguir preguntándose sobre la relación entre ambos temas. La respuesta está en cómo los capitales privados operan y estructuran los territorios a partir de los movimientos de mercadería, sin prácticamente la participación estatal.
Si pensamos en la vuelta que dan los contenedores vacíos desde Rosario hasta Corrientes, para luego ir por tierra hasta Posadas a esperar carga desde Virasoro, y desde allí “bajar” el Paraná por barcaza desde Posadas hasta Rosario nuevamente para ser cargados a un buque con destino europeo, podemos inferir que hay algo “que no cierra”.
Si a esto, le sumamos que entre Virasoro y Santo Tomé – Sao Borja hay sólo 85 kilómetros, donde hay disponible una Zona Franca en la cual consolidar carga y salir al litoral marítimo vía Brasil; o bien, bajar por vía fluvial o carretera hacia Nueva Palmira, es otro movimiento logístico donde Argentina se queda prácticamente “afuera”.
¿Podrían dichas cargas canalizarse a través del Puerto de Concepción del Uruguay? Como poder; se puede. El asunto es que rompe con el posible orden de producción, agregado de valor y consolidación de cargas en el propio territorio de cercanía donde la materia prima – madera en este caso – se produce.
En ningún momento, trascendió que la multinacional maderera fuese a canalizar operaciones con el recorrido descripto aquí. Pero dado los factores contextuales, la ocasión fabrica la oportunidad. Si lo que manda es la política empresaria y sus costos; y no la política aplicada al sistema productivo desde el Estado, el escenario planteado es más que posible.
Argentina está llena de ejemplos como este. Sólo alcanza con poner la lupa en el trabajo regional y cómo lo producido se mueve hacia los distintos mercados.
Imagine si será importante el asunto, que los brasileros se armaron una Zona Franca a 2.900 kilómetros lineales del centro de fabricación.
Las cosas nos pasan por delante de los ojos…
Fuente: El Litoral / El Libertador