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Orejeando la baraja

Arabia Saudita comenzó a tener una serie de movimientos diplomáticos y políticos que lo acercan más a China que a Estados Unidos. Estos se han puesto nerviosos, y sus aliados tradicionales tiene demasiados problemas para atender sus berrinches. Los chinos mientras tanto, con esa eterna sonrisa de 28 para el envido, mira desde el costado.

Redacción

Tal vez Estados Unidos esté pasando la ambulancia a Arabia Saudita, o tal vez pidiendo la escupidera. Por lo relevado y consultado con fuentes con más y mejor información que nosotros al respecto, cualquiera de las dos posibilidades es factible.

Estados Unidos viene perdiendo la posición dominante frente a China en el juego poleas global. Si bien no hay una suerte echada al respecto – o al menos no parece -, los aliados estratégicos en cada continente o región importante, no son los países con mayor poder de influencia en ellos.

Arabia Saudita por su parte, viene tomando algunas decisiones regionales de cara a “empatizar” mejor con sus vecinos. Esto molesta bastante a los yanquis que preferirían la perduración del status quo en Asia Occidental la mayor cantidad de tiempo posible.

Tal es así, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunió ayer con el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman. Según partes de agencias internacionales, las alarmas que sonaron en Washington respecto de los árabes, fueron los acercamientos de estos con Siria e Irán.

Sucede que ambos países son vecinos de Arabia, comparten zona de frontera, recursos estratégicos y corredores logísticos. Es hasta lógico que al menos acuerden temas comunes. Máxime, cuando en el seno de la OPEP, los árabes están tomando decisiones propias respecto del suministro de petróleo crudo al mercado internacional.

Eso pone en jaque no sólo el equilibrio que Estados Unidos pretende en la región, sino directamente deja expuestas las propias reservas estadounidenses de crudo. Recuerden que el conflicto en Ucrania, alteró la lógica de los suministros energéticos, y desde entonces está transcurriendo un “reacomodamiento”.

Además, Siria e Irán son dos históricos enemigos de Estados Unidos y de Israel. Si Arabia da estos pasos, significa que está fuerte y obtiene cierto respaldo regional a pesar de su intervención en Yemen.

Para completar el cuadro, el príncipe hizo buenas migas con Maduro. Arabia y Venezuela dos las dos referencias más importantes de la OPEP en materia de reservas. Tras cartón, los saudíes están en conversaciones para asociar a Rusia a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y reanudar las relaciones con Irán.

Todo ese marco, que se escurre entre los dedos yanquis tiene un moñito que corona el paquete: la realineación de los países árabes, las cercanías políticas con Rusia, y por ende cierto beneplácito de la India, son todos bienvenidos por China.

En fin, los árabes recalculan y los yanquis se inquietan. La OTAN ya no tiene en apariencia, la gravitación internacional de hace unos años. Se espesa el caldo y los chinos sonríen.

Fuente: Prensa Latina / Al Mayadeen / AP

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1 Comment

  1. pablo olano dice:

    CUANDO LOS YANQUIS PIERDEN SU LUGAR ESTRATEGICO EN ASIA ,MIRAN SU PATIO TRASAERO Y SE TRANQUILIZAN!

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