Los chinos no son tan buenos y solidarios como parecen. Son chinos, no tontos. Tirando de la piola ferroviaria y recurriendo a trabajos de colegas, analizamos parte de lo que se viene con los BRICS.
Redacción
Días atrás fue publicada una nota en nel portal TN.com, que confirmaría la secuencia, los argumentos y una serie de datos que desde esta Redacción venimos aportando respecto de las importaciones ferroviarias que comenzaron masivamente hace algo más de una década.
En algo coincidimos plenamente con el colega que firma la nota, Agustín Barletti: funcionarios de los gobiernos de Cristina Fernández, Mauricio Macri y Alberto Fernández no dejaron nunca de jactarse de los prestamos abundantes, rápidos y autocentrados provenientes de China. Todos para ser aplicados a la infraestructura ferroviaria.
Tal como afirma Barletti, y fundamentalmente luego de la “Tragedia de Once” en febrero de 2012, China a pasado a ser el “financista de emergencia”. Así, luego de que el Estado Nacional recobrara la línea Sarmiento del tren metropolitano, puso en marcha la renovación – “modernización” – del sistema tanto de pasajeros como de carga.
Allí fue donde el “financista de emergencia” contribuyó a la “rápida reacción”, a través del convenio entre el Ministerio de Transporte y la Corporación Nacional de Importación y Exportación de Maquinaria y Equipo de China (CMC). Consistió en un préstamo de USD 2.400 millones, financiados principalmente por el Industrial and Commercial Bank of China Limited (ICBC) y respaldado por la aseguradora Sinosure.
Acá preste atención porque el colega se encargó de juntar algunos datos duros que vienen bien para tomar dimensión de lo que fue aquel proceso. “En 2020 – escribe Barletti – el empréstito se amplió con otros U$S 4.695 millones para intervenir 3.384 kilómetros de vías del sistema ferroviario de carga en 13 provincias, además de USD 490 millones para la adquisición de material rodante”. En junio de este año – tal publicáramos en nuestras páginas oportunamente – se anunció que la firma China Railway International Group CO. LTD. (CRIG) participaría junto a Trenes Argentinos Infraestructura en la modernización y electrificación del Belgrano Norte.
Párrafos más adelante, el colega afirma una serie de argumentos que no podemos chequear – “tasas de interés mucho más altas que las del mercado, numerosas cláusulas secretas” -. El artículo no menciona a qué “mercado” se refiere, ni tampoco el número y contenido de las “cláusulas secretas”. Nosotros no tenemos acceso a esos contratos.
Es sabido, porque abunda la bibliografía disponible sobre acuerdos diplomático-comerciales entre nuestro país y otras naciones del mundo, que existe una usanza a establecer cláusulas secretas justificadas con variopintos argumentos: defensa nacional, secreto empresario, know how, protección de información estratégica, etc. Lo negativo es que, salvo en esos términos secretos, que los acuerdos no se difundan o se hagan anuncios lavados al respecto, y de los cuales el pueblo ignora o no sabe dónde buscarlos.
También queda a las claras otra cosa, porque el mismo Gobierno chino así lo expresa en materia ferroviaria y en diversos gestos de su política exterior: los fondos que ellos proporcionan para financiar la reconstrucción del ferrocarril no pueden utilizarse en reflotar la industria ferroviaria a tope, ni tampoco comprar trenes en otros países.
Los acuerdos con China que financia China son “lleve en mano”. Ellos pasan a determinar tecnología, material de vía y obra, material rodante (vagones, locomotoras) y repuestos. En criollo – y como dice Barletti -, el gigante asiático está financiando su propia industria ferroviaria, fabricando para terceros países; en este caso, Argentina.
Otro ejemplo de la entrega de nuestro plano ferroviario, es lo que hemos desarrollado sobre el “tren del litio” en Jujuy, y que la nota de referencia menciona al pasar. China nos adorna con guita que habrá que devolverles, pero la presta para construir su propia logística y sistema de abastecimiento.
Las empresas del gigante asiático Gotion High Tech y Tianqi Lithium – ambas abocadas a la cadena del mineral – invirtieron 1.300 millones de dólares en el desarrollo del famoso “tren del litio”; más la financiación por 2.100 millones de dólares para la compra de vagones y material de vía y obra para Trenes Argentinos Cargas a fábricas chinas. ¿Quién puso ese último toco? El China Development Bank.
Cuando alguien se sorprenda del avance chino en el mundo, hágale leer esta nota. Lo sucedido en Argentina en materia ferroviaria y de grandes obras de infraestructura, con dinero del gigante asiático, se replica en una parte del continente asiática, África y por supuesto Nuestra América.
China presta dinero a los países para obras que realizarán las empresas chinas, con materiales, insumos y manufacturas producidas en China. Al mismo tiempo esas inversiones son funcionales a las redes logístico-comerciales de abastecimiento y provisión internacional que la propia China necesita para sostener y agrandar su propio desarrollo.
Para Argentina el ingreso a los BRICS es más de esto. La otra cara de la misma moneda que proponen para nuestro país Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Europea.
Es hora de pedir el deseo de una patria soberana y revolear esa moneda a la miércoles.
Fuente: TN.com (Nota de opinión de Agustín Barletti) / Archivo Chasqui Federal Noticias