SENASA homenajeó ala cadena aviar, publicando un informe de situación, los mercados disponibles, y describió cómo se pudo superar en pocos meses, la crisis atravesada con la “gripe aviar” hasta agosto de 2023.
Redacción
Con motivo de conmemorar el “Día Nacional de la Avicultura”, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) publicó un informe donde divulgó una serie de datos que caracterizan la situación actual de la actividad. Asimismo, el documento explica cómo la cadena pudo superar las dificultades de índole sanitaria atravesadas durante 2022 y 2023, para luego reincorporarse al mercado internacional.
SENASA dice que el casi el 90% de la actividad avícola del país se concentra en las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, el resto se distribuye en Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Río Negro, Chubut, Salta, Jujuy y Tucumán. Destacó también que nuestro país es uno de los principales productores y exportadores aviares en todo el mundo.
En lo que va de 2024, SENASA certificó 114.883 toneladas de productos y subproductos de origen aviar para exportación desde 42 plantas avícolas habilitadas por el organismo. Los principales destinos en cuanto a volumen fueron Vietnam (21.480 toneladas), Arabia Saudita (14.700 toneladas) y Sudáfrica (14.450 toneladas). Mientras que los principales productos certificados fueron cortes (88.218 toneladas), harinas e hidrolizados (17.627 toneladas) y menudencias/menudos (5373 toneladas).
La situación sanitaria
Gracias al trabajo y la infraestructura de ENASA en todo el país, Argentina pudo superar en un lapso corto de tiempo, una crisis en la situación sanitaria de la cadena en nuestro, lo cual permitió la restitución del comercio con diferentes destinos y la apertura de nuevos mercados.
Recordemos que Argentina sufrió a causa de factores externos, un importante brote de la denominada “gripe aviar” altamente patógena que comenzó a mostrar indicios sobre finales de 2022 y que fue abordada, tratada y superada para agosto del año pasado. Tal es así, que nuestro país adquirió el los estatus sanitarios internacionales como “libre de influenza aviar (IA) y de enfermedad de Newcastle (ENC)”.
Esta condición y consideración por parte de las referencias sanitarias que regulan los mercados externos, permitió que nuestro país exporte productos aviares a más de 100 destinos, incluidos algunos de los mercados más exigentes, como Emiratos Árabes Unidos (EAU), Arabia Saudita, Sudáfrica, Brasil, Vietnam y Hong Kong (China).
Los técnicos de SENASA describen en el documento que dicho estatus pudo alcanzarse rápidamente a partir de que el organismo implementara un sistema de vigilancia epidemiológica, que permite obtener información oportuna, confiable y actualizada sobre el comportamiento de eventos sanitarios que involucran a poblaciones animales – como las aves – y los factores que las condicionan.
Con esa información, el organismo puede prever o detectar cualquier novedad y orientar las medidas para la prevención y el control de las enfermedades, así como también elaborar estrategias destinadas a mejorar la salud de las especies susceptibles.
Para alcanzar esta información existen diferentes maneras: a través de una vigilancia pasiva, en la cual intervienen actores externos al organismo y lo notifican por sospecha de enfermedad o signos clínicos compatibles con la misma; o por medio de una búsqueda dirigida y sistemática de determinada enfermedad, conocida como vigilancia activa, que la efectúan agentes del propio SENASA.
El dispositivo de trabajo permite al servicio veterinario oficial demostrar la ausencia de enfermedades de alto impacto productivo y comercial, y renovar anualmente la condición de país libre a partir de inspecciones y certificaciones. En el caso específico de la cadena aviar, y ante un eventual hallazgo de IA o ENC, este sistema posibilita la detección temprana y su contención mediante una respuesta rápida.
Por último, es importante que el productor se acerque al SENASA ante una eventual sospecha de enfermedad. Algunos de los síntomas que son compatibles con la IA y ENC, son: dificultades respiratorias, digestivas y nerviosas, elevada mortandad y alteraciones en los parámetros productivos, como pueden ser la disminución de la postura de huevo, el consumo de agua y de alimento sin justificación evidente.
Fuente: SENASA