Días pasados, en las principales localidades portuguesas miles de manifestantes participaron de distintas protestas exigiendo la intervención estatal para poner un freno a la especulación, y solicitar la construcción de viviendas sociales.
Redacción
En Argentina la crisis habitacional crece sin solución de continuidad. Mientras el Congreso Nacional debate entre esquemas de parches provisorios, en otras latitudes se también se multiplican problemas similares para atender la misma crisis. La diferencia con nosotros, es la proliferación de las protestas populares.
Durante el fin de semana se supo que miles de personas salieron a las calles en Portugal para protestar contra la crisis habitacional y pedir al Estado que intervenga para controlar el precio de los alquileres.
Los portugueses “explotaron” ante el aumento del 11% registrado durante el segundo trimestre del corriente año, y del 80% en los últimos diez años. Guarismo que en nuestro país nos resultan menores.
Desde el gobierno, el primer ministro portugués, António Costa, manifestó que si bien la cuestión habitacional es un tema que ocupa a las autoridades a nivel municipal, consideró que el Estado nacional debe crear los instrumentos legales y financieros, para que las comunas puedan atender el problema.
La ministra de Vivienda, por su parte, recordó el paquete de medidas que se había implementado en febrero pasado, pero que fuera vetado por el presidente portugués en agosto y vueltas a tratar a mediados de septiembre, incluyen la suspensión de registro de nuevos alojamientos fuera de los territorios denominados “de baja densidad”, el alquiler forzoso de casas vacías desde hace más de dos años, y un límite en los montos para casas que ya están en el mercado.
Según las fuentes, la crisis habitacional comenzó a manifestarse como grave, luego de que en 2011 recurriera al endeudamiento internacional para palear su situación económica interna.
En ese marco, el gobierno luso, adoptó una serie de medidas de “estímulo” de cara a “obtener divisas” para afrontar “los compromisos de deuda” – ¿les suenan esos juegos de palabras?.
Así, Portugal dio apertura a capitales extranjeros a partir de una serie de medidas como los «visados dorados» – permisos de residencia concedidos a inversores extranjeros – y ventajas fiscales para los pensionistas extranjeros y los «nómadas digitales».
Los mencionados inversores, “dinamizaron” el mercado inmobiliario, generando la proliferación de viviendas en alquiler para turistas o estadías de corta duración.
Los manifestantes, argumentaron que ante la situación creada por la coyuntura, las medidas adoptadas por el Gobierno portugués, “son diminutas”. Según las organizaciones populares que participaron de las protestas, el índice de construcción de viviendas destinadas a los sectores medios y bajos, no supera en 2%, cuando en Países Bajos es del 30%.
Además explicaron, que los salarios medios están por debajo que el precio promedio de los alquileres habitacionales, a lo cual exigieron una “intervención reguladora del Estado», para frena r la situación mientras se comienza con la construcción de nuevas unidades habitacionales.
Fuente: Europa Press / Télam