Chinos bueeenos / yanquis maaaalos. Tras los anuncios vía redes sociales del “superministro” casi Presidente y casi candidato ma non tropo, Sergio Massa, es evidente que los chinos ya no saben qué hacer con la guita; o bien, hay algo que no nos están contando desde hace un largo, largo tiempo.
Por Pablo Casals
Según lo difundido en redes, China financiaría obras de infraestructura por casi 1.000 millones de dólares. “De onda” no creemos que lo hagan, pero lo que no se difunden son los términos de los acuerdos. Sabemos porque lo hemos cubierto infinidad de veces, que estos no son los únicos proyectos que el gigante asiático financia o apadrina en nuestro país.
Por otra parte, hay dos factores de índole geopolítica. Uno de ellos – llamémoslo “el legal”-, el factor decisivo que implicarían los alineamientos en torno a China – Rusia – India, con el primer país como pivote, y donde confluyen diversos alineamientos: los BRICS, la Ruta de la Seda, la Conferencia Asiática, por nombrar algunos. En torno a estos bloques confluyen o ejercen influencia sobre Nuestra América, África, y Asia Occidental, Asia Oriental y Oceanía.
Por vía directa o indirecta, China está presente en la cotidianidad de los pueblos, y con un mismo patrón de conducción: compra materias primas y financia obras de infraestructura, que garanticen o faciliten acuerdos de venta de manufacturas, tecnología, y planificación territorial. El puerto minero de Ilo en Perú, es un ejemplo más que claro. China no sólo se garantiza la cadena logística de metales y minerales, sino que también determinará las relaciones comerciales que Perú tenga con otros países desde ese enclave.
El segundo factor – “el ilegal” – son otros movimientos chinos, que vulneran la soberanía de las naciones. Un ejemplo paradigmático, es el saqueo pesquero que la flota del gigante asiático motoriza anualmente sobre el Pacífico Sur y el Atlántico Sur latinoamericanos. Alguna vez lo hemos publicado: la cancillería china considera a estas latitudes como “territorios estratégicos de abastecimiento de ultramar”, y financia abiertamente las campañas pesqueras ilegales cada año.
A propósito de esto último, es la dimensión donde los polos opuestos globales se juntan. La propaganda enuncia – a grandes rasgos por supuesto -, que hay dos grandes “alianzas” internacionales dominantes en “guerra comercial” entre ellas.
De un lado, Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea, Israel y Japón. Del otro: China, Rusia, India, Sudáfrica, Brasil: los BRICS.
Aparentemente, si uno de dejan llevar por la prensa y los sectores políticos que comulgan con unos y otros, se desconfían, se odian y existe un clima de tensión permanente que desafía el equilibrio geopolítico permanentemente.
Ahora bien; para afanar no tienen problemas: África es permanentemente saqueado de sus riquezas forestales, mineras e hidrocarburíferas. La operatoria es norteamericana, inglesa o europea; pero la logística portuaria es china. No nos hemos enterado todavía, de que el gigante asiático bloquee el tránsito de buques en solidaridad con los pueblos africanos.
Respecto de la pesca en nuestras aguas, China hace desastres todos los años en la famosa milla 201 en nuestro litoral Atlántico, luego de pasar por las costas ecuatorianas, peruanas y chilenas levantando lo que encuentren en el Pacífico. El control de los mares, sea por invasión o por convenio bilateral, está bajo la égida de los ingleses. No hemos sabido hasta el momento, que la Royal Navy torpedee frente a nuestras costas, la flota asiática compuesta por alrededor de 450 buques entre pesqueros, fresqueros y factoría. Es más, Gran Bretaña al prestarle servicios logísticos indirectos – o ilegales – fortalece su posición de invasión en nuestras aguas. En criollo, una mano lava la otra.
Entonces, volviendo al viaje por China de la comitiva argentina que encabeza el del “superministro” casi Presidente y casi candidato ma non tropo, Sergio Massa, se anunciaron una serie de resultados parciales con unos título bárbaros, pero no sabemos cuál es el vuelto.
Según Massa, con o sin rodilleras, se consiguió que la empresa China Gezhouba Group financie las represas hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz con un aporte 524 millones de dólares. La misma firma, pondrá otros U$S 70 millones, para construir plantas depuradoras de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) en las ciudades bonaerenses de Laferrere y El Jagüel. Otra empresa, la State Grid pondría el dinero para financiar el proyecto AMBA 1 para la distribución de energía eléctrica en la región metropolitana. Es decir, otros U$S 330 millones. Total hasta acá: 924 millones de dólares.
Habría también una yapita conseguida durante el primer día de visita: la posibilidad de que la energética Power China, participe de la construcción del segundo tramo del gasoducto “Néstor Kirchner”. Para ello, fue invitada a “participar” de la licitación internacional para el mes de agosto.
Con el correr de los días, los anuncios se sucederán entre promesas de inversiones, préstamos para incrementar las reservas, y demás compromisos semicoloniales.
También escucharán bastante la dicotomía “chinos buenos / yanquis malos”; y la “importancia del liderazgo de Lula en la región”; y los “diálogos” que el próximo Presidente deberá sostener entre las potencias; y demás inconsistencias.
Es más que claro que nada que ofrezca el ala estadounidense es bueno para Argentina. Bueno, los chinos no son mejores. Tienen más cintura nomás.
Fuente: MEcoN / Télam