Retenciones lácteas: se prorrogó por un año la suspensión de pago para el sector

Mediante el B.O. el gobierno decretó la prórroga para la suspensión por un año del pago de derechos de exportación de la cadena láctea.

Redacción

A partir de la publicación del Decreto 557/2024 dictado por el Gobierno Nacional y publicado en el Boletín Oficial, se prorrogó por un año la suspensión de retenciones a los productos lácteos.  De esta manera, las retenciones 0% se extienden hasta el 30 de junio de 2025; al mismo tiempo que el pago de reintegros.

Recordemos que en un principio, en plena campaña electoral 2023, el exministro de Economía y candidato, Sergio Massa, dispuso la suspensión temporal del cobro de retenciones a los lácteos hasta el 31 de diciembre pasado. Luego, a horas de su asunción, Milei prorrogó el plazo hasta el 30 de junio de 2024.

Según las fuentes – algo ya habíamos publicado al respecto -, la decisión de efectuar dicha prórroga estaba tomada a fines de abril pasado. La no comunicación de la misma, es achacada a cierta “lentitud” en el ejercicio de la administración. Sin embargo, hay elementos para afirmar que el Gobierno esperaba obtener el paquete legislativo favorable que se votó la semana pasada, al menos 40 días antes.

Asimismo, hay un contexto internacional que no colabora si se carga a las actividades internas de impuestos a la exportación, sumándole a eso, la continuidad de un sector lácteo que en su eslabón industrial está sumamente concentrado. Por lo tanto, si bien lo que sale a la luz siempre son las protestas de los tamberos, poco que se habla de las unidades exportadoras, cuyo principal producto transable en la cadena es la leche en polvo.

Los precios externos están a la baja. Si las exportadoras salen al mundo con la carga de las retenciones, para no resignar margen dichos costos se los trasladan al tambero. De ahí la pugna histórica. Asimismo, el mercado interno de los lácteos también se revuelca por la baja general de ventas a causa de la caída del poder adquisitivo y las posibilidades de compra de las familias.

Hay tres factores que determinan esto último mirando solamente la cadena láctea: primero, los insumos y servicios aumentaron y están dolarizados para el productor. Teniendo en cuenta que tarifas, combustibles, medicamentos y alimento, son considerados commodities por lo tanto cotizan según mande quién concentra la actividad.

Segundo, para asegurar margen, de haber posibilidad y cupo de mercado, la leche en su gran mayoría va a la industria de la venta externa en forma de leche en polvo. A pesar de la concentración y la intermediación, al tambero le conviene un poco más que estar atado a la cadena de pagos interna exclusivamente.

Tercero, algo de sentido común pero no menos importante: si las familias no tienen dinero, no compran lácteos. En todo caso, adquieren leche y la racionan para “estirarla”, por l que necesariamente la demanda interna rueda por el suelo.

Imaginen que, si las retenciones estuvieran vigentes para la cadena, las mismas significarían del 9% para la leche en polvo, y del 4,5% para los quesos y otros productos derivados.

El gobierno alega en la normativa publicada que su interés está en darle “competitividad” al sector, y previsibilidad al proceso productivo, de cara fomentar y generar confianza para nuevas inversiones.

Está claro que nada de eso sucederá, mientras casi todos los insumos provengan del exterior o coticen en dólares aunque sean producidos en el país.

¿Qué espera el sector? Una solución definitiva. Los contenidos de la misma, dependen del eslabón con el cual usted hable. Las exportadoras siguen bregando por una ley que elimine las retenciones y contemple el pago de reintegros por otros aranceles sobre las ventas externas.

Por el lado de los tamberos, quieren mantener los establecimientos abiertos y con cierta previsibilidad. De allí que – aunque no lo digan de esta forma – imploran por tratos internacionales justos, y la normalización “razonable del mercado interno lácteo”.

Fuentes: BO / Todo Lactea / OCLA / Archivo