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Revuelta bolsonarista en Brasil

Durante la tarde de ayer, simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro, tomaron por la fuerza la sede del  Gobierno brasileño – el Palacio de Planalto -, el Congreso Nacional y la sede de la Supremo Tribunal Federal. Se presume que las fuerzas de seguridad no opusieron mayor resistencia ante el embate. Luego de las cuatro de la tarde de ayer, el Gobierno volvió a tomar control de la situación. Se esperan dudas medidas de parte del Ejecutivo.

Redacción

De alguna manera, Lula Da Silva y sus partidarios lo venían advirtiendo desde el 30 de octubre: grupos bolsonaristas que no aceptan el resultado electoral, se convertían en un peligro latente para la transición democrática y la institucionalidad en Brasil. Los  hechos de ayer por la tarde, develaron las intenciones de los cientos de militantes fieles al exjefe de Estado que acampaban frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia, desde el día siguiente de los comicios en que Lula da Silva derrotó a Bolsonaro.

Así, y más allá de que la policía de Brasilia intentó dispersar con gases lacrimógenos, los manifestantes lograron romper los cordones de seguridad, y más de un centenar lograron subir la rampa de este edificio de arquitectura moderna para ocupar el techo, además de ocupar las dependencias adyacentes del Palacio Presidencial de Planalto. En su mayoría vestidos con camisetas amarillas y verdes y banderas brasileñas, los manifestantes atacaron algunos vehículos de la Policía Legislativa, que vela por la seguridad del Congreso.

Según las crónicas de los medios brasileros y corresponsales internacionales, en su marcha hacia el Congreso, los manifestantes también destrozaron las barreras de protección y armados con palos se enfrentaron a los agentes del Ayuntamiento, que intentaron contenerlos sin éxito o incluso permitieron el avance en algunos sectores. Algunas fuentes, también consignan que en la madrugada del domingo, llegaron a Brasilia colectivos desde varios estados que no fueron abordados por la Policía Militar de Brasilia, al frente de la cual está el secretario de Seguridad Anderson Torres , un conocido bolsonarista que fue ministro de Justicia hasta fine de diciembre.

Los manifestantes lograron bloquear los puestos de la Policía Militar de Brasilia y avanzaron por la avenida principal de Brasilia tras lo cual tomaron el Palacio del Parlamento mientras algunos comenzaron a asaltar el Palacio del Planalto, sede de la Presidencia, ubicado a unos 300 metros del Legislativo. en la zona este de la ciudad. Parte de la horda llegó procedente del Cuartel General del Ejército, donde fue montado un campamento demandando un golpe de Estado y contra el «fraude» que habría permitido el triunfo de Lula da Silva.

Tras un par de horas de conmoción, las fuerzas de seguridad han retomado el control del Palacio de Planalto y del Congreso Nacional, luego de asegurar el Supremo Tribunal Federal. Se habla al mismo tiempo del saldo de 150 detenidos.

El presidente Lula da Silva realizó una reunión de emergencia con sus ministros de Justicia, de Defensa y de Relaciones Institucionales para analizar el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia. Luego se dio a conocer el decreto que determina la intervención federal en Brasilia hasta el 31 de enero “para restablecer el orden público para contener el compromiso del orden público». La intervención se llevará a cabo «en el área de seguridad pública». Además el Presidente, calificó a los invasores de «vándalos fascistas» y prometió que serán castigados «con todo el peso de la ley».

Lula aseguró que los protagonistas de los hechos de violencias «serán buscados y castigados con todo el orden de la ley». Además, dijo que investigará quiénes estuvieron detrás del financiamiento de este episodio: «voy a averiguar quién pagó los micros, la estadía, la comida, la carne que comían. Yo voy a averiguar quién fue. Y si hubo una omisión en el gobierno federal, también será castigado».

Sobre Jair Bolsonaro, Lula manifestó: «Lamentablemente el genocida que dejó el poder, casi que no dejó dinero suficiente para cuidarnos de estos desastres. No dejó nada para que cuidásemos a la ciudad, al Estado Federal». En referencia al ataque dijo: «el ex presidente no solo provocó eso, no solo lo alentó, sino que está alentando por las redes sociales a otras personas para que sigan con esto. Él huyó y se hace el loco. Y luego subrayó: «Todo el mundo sabe que hay varios discursos del ex presidente alentando esto. Esto también es su responsabilidad».

Respecto del rol de la Policía Federal de Brasilia por su supuesta complicidad con los manifestantes, Lula Da Silva describió que ante los destrozos, “la que debía garantizar la seguridad era la Policía Militar del Distrito Federal, y no lo hizo». Lula hizo hincapié en la supuesta «mala fe», «incompetencia» y «mala voluntad» y sostuvo que en imágenes se ve a los oficiales «guiar» a las filas bolsonaristas en su camino a los edificios gubernamentales. «Esos policías no podrán continuar en la fuerza, no quedarán impunes», remarcó el presidente de Brasil. También prometió que «responsabilizará» a los partidos políticos que apoyaron la toma de los tres edificios.

Otro de los señalados es Ibaneis Rocha, gobernador del estado de Brasilia. La primeraacción de este, fue desplazar a Anderson Torres, que está de vacaciones en EEUU.

Fuentes: Agencia Brasil / Télam / AP / Reuters / Resumen Latinoamericano / TeleSur

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