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Se anunció el cierre del aserradero San Charbel

Se confirmó lo que se preveía para el establecimiento maderero en Garruchos, provincia de Corrientes. San Charbel pertenece al grupo Tapebicuá, que a su vez integra Celulosa Argentina. Las dudas que emanan de las últimas declaraciones del conglomerado.

Redacción

Las consultadas afirman que el pasado 30 de agosto, el grupo empresario Celulosa Argentina reportó en la Bolsa de Comercio, que una de las empresas a su cargo – Tapebicuá – cerraba el aserradero de pino San Charbel en la localidad de Garruchos, provincia de Corrientes, junto con el despido de más de 70 trabajadores.

Tapebicuá es uno de los grandes grupos forestoindustriales del país, junto a conglomerado chileno Arauco Argentina (ex Alto Paraná), Laharregue-Chodorgue, Forestal Las Marías y unos pocos más. El sector vio alterada su composición y cierta “coherencia interna” a partir de la instalación del grupo empresario oriundo de Austria, Acon Timber, quién en Virasoro – Corrientes – instaló el mayor aserradero de la actualidad en el país, con proyección hacia el mercado externo y con una fuerte impronta inicial en materia logística.

El caso de San Charbel posee varias aristas. Tapebicuá lo adquirió años atrás a la firma TC Rey SA, aunque el aserradero es una de las pequeñas unidades de negocio del grupo, que a su vez es uno de los más importantes del entramado empresario superior: Celulosa Argentina.

Según las fuentes, el cierre de San Charbel es “normal”, ya que forma parte de una supuesta “reestructuración” del Grupo empresario donde busca deshacerse de las unidades de producción que no le resultan “rentables”.  De fondo, esa sería la justificación para el cierre del aserradero, que al mismo tiempo es algo con peso específico menor dentro del conglomerado. Para Grupo Celulosa Argentina, se trata de 70 empleados, dentro de los 600 que posee el Grupo Tapebicuá, y de los 1.500 que posee el escalón mayoritario.

Celulosa Argentina nació en 1929, produce celulosa y papel en dos grandes plantas de Gobernador Bermúdez (Santa Fe) y Zárate (provincia de Buenos Aires). Lideró el consorcio de firmas que fundó Alto Paraná en 1982 hasta que en los años 90 entró en crisis y fue adquirida por el CEI (Citicorp Equity Investment), el brazo del Citibank dedicado a comprar empresas en dificultades financieras para luego revenderlas con una ganancia.

Luego, los chilenos de Arauco compraron en 1996 el negocio de Alto Paraná (hoy Arauco Argentina). Casi en simultáneo, Celulosa Argentina fue vendida al grupo uruguayo Fanapel. Pero en 2007 volvió a manos argentinas al ser adquirida por el Grupo Tapebicuá, que formaron el norteamericano Douglas Albretch, quien reside en la Argentina hace mucho tiempo; José Urtubey, hermano del ex gobernador de Salta y Juan Collado.

Lo que no cierra

Las fuentes consignan que Celulosa Argentina facturó en los nueve meses finalizados el 29 de febrero pasado, 175.354 millones de pesos. De este total, Grupo Tapebicuá representó el 10% de su facturación, según el balance presentado a la Bolsa de Comercio el 11 de abril pasado.

Al mismo tiempo que se anunciaba el final de San Charbel, también se dio a conocer que el próximo 25 de septiembre, en la asamblea de accionistas en Capitán Bermúdez, el directorio, encabezado por dos de los dueños de Tapebicuá, Douglas Albretch, y José Urtubey (hermano del ex gobernador de Salta), se repartirá 3.661 millones de pesos en honorarios.

Si bien el argumento utilizado para justificar la desvinculación de más de 70 empleados fue que la decisión de despedir a todo su personal obedeció a que cayeron las ventas y a que no ven futuro competitivo con la escala actual, lo llamativo es que previamente habían comunicado un resultado operativo consolidado finalizado el 31 de mayo con ganancias de 45.058,7 millones, 23% superiores a los 36.512,3 millones de pesos del balance anterior (a moneda constante).

Más sorprendente aún fue que se lo atribuyó, principalmente, a mayores márgenes de la sociedad controlante del grupo, Celulosa Argentina. 

Pero aun así el desempeño de los ocho miembros del directorio para justificar la compensación que se les asignará, sujeta a aprobación de la asamblea, está siendo realizado por uno de los propios directores, gerente financiero y vicepresidente de Celulosa Argentina, Diego Tuttolomondo. Otros de los directores beneficiados, como Albretch y Urtubey, también accionistas mayoritarios de Celulosa Argentina junto a Diego Collado, otro de los directores, trabajan full time para la compañía, aunque sin recibir otro sueldo en esos roles.

Por el momento, hay 70 familias en la calle y empresarios cada vez más ricos. Seguramente gran parte de las utilidades mencionadas más arriba, fueron generadas en San Charbel.

La “burguesía nacional” a pleno: 1% nacional y 99% burguesía; que privatiza sus ganancias y socializa sus pérdidas.

Fuente: El Argentino Diario / NA / El Liberal / Corrientes Hoy

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