La entidad informó que las provincias más afectadas son Formosa, Salta, Santiago del Estero y Catamarca. Una historia de combate y prevención tirada a la basura en media campaña agrícola. Ni Mitre o Alberdi se hubiesen animado tanto.
Redacción
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) declaró la alerta fitosanitaria por una plaga de langostas en el norte del país. La advertencia fue dispuesta luego de que se detectará un aumento poblacional de la langosta sudamericana.
Entre las provincias más afectadas se encuentran Formosa, Salta, Santiago del Estero y Catamarca. En este marco, el ente llevará a cabo medidas de prevención para controlar la invasión y atenuar su impacto.
Esto se suma a lo alertado por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG) de Bolivia y el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad vegetal de Semillas (SENAVE) de Paraguay, quienes también informaron sobre la presencia de la plaga en sus países.
Según SENASA, las últimas semanas se registraron “condiciones climáticas predisponentes” para que se desarrolle la plaga, lo que hace necesaria la alerta y la coordinación de acciones para implementar controles tempranos en conjunto con las provincias, los municipios y el sector privado.
Las langostas son plagas migratorias y transfronterizas con una capacidad de viajar hasta 150 kilómetros por día, además de contar con una alta voracidad, por lo que deben ser circunscriptas a su hábitat natural para evitar daños económicos significativos por el impacto en sembrados, pastizales y vegetación.
Entre las disposiciones y resoluciones que derivan de a declaración de alerta, SENASA exige a toda persona responsable o encargada de explotaciones agrícolas y ganaderas, así como a las autoridades sanitarias de cada distrito, que en caso de observar la presencia de ejemplares de langosta en cualquiera de sus estadios (huevo, ninfa y adulto), deben notificarlo inmediatamente a las oficinas del organismo, o por medio de los canales de comunicación del organismo, incluyendo el número oficial de WhatsApp 11-570-05704.
La alerta fitosanitaria fue dada mediante la resolución 204/2024, publicada en el Boletín Oficial. La plaga volvió a resurgir en Sudamérica en 2015, luego de 60 años de desaparición y según un análisis del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la producción sujeta a riesgo en la Argentina alcanza los US$ 3.700 millones.
Sin embargo, en el caso de detectarla, las personas responsables de las explotaciones agrícolas deberán controlar la plaga por medios propios o mediante servicios prestados por terceros, utilizando los principios activos autorizados por el SENASA y la normativa vigente para su empleo.
Argentina posee antiguos registros históricos respecto del combate y prevención de la langosta desde antes de mediados del siglo XIX. En casi 200 el conocimiento y la práctica acumuladas respecto del manejo y prevención de la plaga, ha sido recabado con seriedad y sacrificio por miles de productores de generación en generación, y concentrado en organismos de la talla de SENASA.
Tras varias décadas de ensayos y errores, nuestro país logró establecer un mecanismo que controlaba, y de ser necesario, atacaba a las mangas de langosta en sus lugares de origen y nacimiento.
El verano pasado, recordamos, a causa de la gran sequía atravesada por la mayoría de las regiones de nuestro territorio nacional, se habían detectado mangas con mayor densidad de ejemplares a lo tolerable. Si bien eso se controló inmediatamente, los indicios de posibles crecimientos de la población eran evidentes.
Lo que resulta contrario a una política de Estado de cara a prevenir y controlar la plaga – el famoso “manejo de plagas” -, es decirle al productor que de detectar la presencia de langosta en sus predios, los montos y costos operativos requerido para el combate de la misma, tendrán que ser asumidos por su propia cuenta.
Hay que tener en cuenta otro «pequeño detalle»: los insumos principales en materia fitosanitaria hoy por hoy son importados. O sea, a precio dólar… Digamos, incomprables.
Ni Mitre o Alberdi se hubiesen animado tanto.
Fuente: SENASA