Tiemblen los Tiranos 193. Columna que existe para difundir y divulgar hechos y reflexiones sobre la historia, desde una visión, federal, popular y latinoamericana. Con motivo de conmemorarse el 174° aniversario del paso a la inmortalidad del General José de San Martín, compartimos el siguiente texto del colega santafesino Luis Moro*, donde se da cuenta del ideario y la obra del Libertador.
Editor Federal
Que figura la de José de San Martín. Colosal.
Su ideario y ética podrían resumirse en la frase: «Primero la patria».
Los conflictos deben resolverse entre hermanos de nación, nunca apelando a la violencia, y mucho menos a la intromisión extranjera en nuestros asuntos. ¡Cuánta traición frente a estos principios!
Hablar de historia no es una apelación a un rosario de anécdotas lejanas. Alberdi decía que entre pasado y presente la filiación, el vínculo es estrechísimo: cuando hablamos del pasado de alguna manera estamos hablando del presente. Conocer nuestro pasado es conocer nuestra raíz, nuestra identidad, de otra manera estaría casi flotando en el aire, podríamos ser cualquier cosa, entonces, si somos «cualquier cosa» no somos nada. Borrar la identidad de los pueblos e imponer una cultura «global», es lo más totalitario que puede existir.
Por lo demás, la falsa historia da lugar a la falsa política, a la política de la historia, que es acomodar hechos del pasado para justificar nuestro presente, y también nuestro pasado.
El americanismo de San Martín y nuestros caudillos, porque, a pesar de la historia de Mitre y de la academia hegemónica de argentina hoy, San Martín fue un hombre con un ideario político bastante diáfano, que se puede reconstruir a partir de sus cartas, como las que cruzaron con el Brigadier López, pero también se puede dilucidar su ideario desde su accionar, desde su oposición a ciertas demandas.
Hablamos de la complejidad del mundo actual, seguro. Pero ¡qué escenario que les tocó a aquellas generaciones!
Nada menos que reconstruir la nación americana luego de la caída del imperio español. Enorme y compleja empresa, que quedó inconclusa, por eso tenemos que retomar aquel programa de acción hoy, donde prevalece la desintegración en muchos aspectos. Tenemos el desafío de detener ese proceso y volver a encauzar el proyecto de libertad, que no es posible sin nación continental. Ese es el programa de acción que tenemos por delante, cuyas líneas iniciales fueron trazadas ya en el siglo XIX por nuestros antepasados, los libertadores, los caudillos, nuestras mujeres y hombres.
Emparentado al pasado, hay algo que me parece fundamental tener en cuenta, y uno como periodista lo va asimilando, entendiendo a lo largo del tiempo, al escuchar a distintos referentes.
Los marcos de análisis ideológicos y políticos de cada interlocutor.
Al escuchar a distintos referentes hablar de historia en entrevistas, parece que, al hablar de nacionalidad, de nación, lo más importante es ser honestos, francos, y poner sobre la mesa desde que marco de análisis abordamos el tema. Todos son legítimos, por supuesto, pero no es lo mismo hacerlo desde el anarquismo, que está en contra del estado nación, que hacerlo desde el mitrismo cultural, siempre quiso replegarse sobre si mismo en una pequeña zona de acción, y nunca les interesó gestar un país, sino que prevalezca su zona de influencia que sólo llegaba en términos reales hasta Córdoba. Porque eran una oligarquía de contrabandistas, hablamos de la «pandilla del barranco». Otra visión es la de la corriente ultra hispánica actual, que trata de imponer una idea loca: que el proceso de independencia fue obra de los ingleses. El Plan Maitland, dantesco realmente. Después está el marxismo «antimarxista», como lo llama un amigo, que no entiende cómo realmente los grandes referentes, como Lenin, Trostky, y hasta el mismo Stalin, analizan el tema de la nacionalidad en los países oprimidos, que no es lo mismo que la nacionalidad de los países opresores. Lo dice claramente Lenin en la II Internacional: la tarea central del proletariado en los países oprimidos es expulsar al imperialismo. El principal beneficiario de esa tarea, dice «es el proletariado». No es la burguesía, ni el movimiento nacionalista. Lenin apela a una progresividad histórica muy concreta, que podría resumirse en «cuanto mejor, mejor para el proletariado». Mejores condiciones para la búsqueda de la sociedad ideal. Cuanto peores condiciones nacionales, entonces, más avanza el imperialismo. El enemigo estratégico. Este es un tema central. Luego, claro, hay otra perspectiva, quienes vemos en la nacionalidad un hecho progresivo en la historia. Así lo vieron San Martín y nuestros Libertadores.
Hay mucho para hablar al respecto, pero desde este presente podemos decir que claramente nos falta como argentinos mayor comprensión de la historia, local e internacional. No se alcanza a comprender bien hoy, todavía, las diferencias entre tercerismo, continentalismo, multipolaridad, geopolítica.
Incluso dejamos a un lado nuestra contradicción histórica principal, patria o colonia. Ellos, en aquel entonces, también tuvieron ese desafío, lo tuvieron claro. Por eso «Primero la patria», decía Don José, y actuaba en consecuencia.
En el marco de tres grandes contradicciones políticas de su época, patria chica o patria grande, cultura nacional, tradicionalismo o iluminismo, ideas importadas, proteccionismo o libre cambio, se resolvió su vida. Las tres contradicciones estaban y están ligadas y hacen a la resolución del esquema patria o colonia.
San Martín se definió claramente. Sus ideas políticas, negadas por la historia oficial del mitrismo, fueron Patria Grande (nación continental sudamericana), identidad cultural nacional, y proteccionismo, finalmente, cuando tras más de dos décadas de librecambio, las dos potencias mundiales de entonces, Francia e Inglaterra, invaden nuestro río Paraná e intentan bloquearlo como medida coactiva frente a la decisión soberana de Rosas de cambiar el curso del librecambio, dejándolo de lado por políticas proteccionistas, con la ley de Aduanas. Por eso San Martín se define a favor de Rosas, se define proteccionista, frente a los invasores extranjeros.
Que nos sirva de guía el pensamiento de José de San Martín en este presente tan duro, donde las potencias hegemónicas mundiales, Estados Unidos a la cabeza, buscan desintegrarnos. Frente a la vieja lógica colonial de los colonizadores, una vez más, sólo cabe retomar el programa de acción de la nación inconclusa.
*Periodista santafesino. Entre otros trabajos, lleva adelante el canal de Youtube “Punto de Partida”, del cual esta Redacción recomienda especialmente su seguimiento.
Fuente: portal de la red Facebook perteneciente al autor.