Se trata de un sistema de detección de materiales en pozos petroleros no convencionales. El mismo se desarrolló en conjunto con Y-Tec, CONICET, UNC y FaMAT.
Redacción
El informe explica que la patente está registrada con el título “Detección de materiales sólidos orgánicos y fluidos en rocas shale mediante RMN de bajo campo”. Su objetivo es el de detección de compuestos orgánicos en yacimientos no convencionales. Las entidades involucradas serían Y-TEC, CONIC, UNC. Según la información disponible, la patente estaría otorgada desde junio de 2023.
La iniciativa se habría enviado en octubre de 2019, cuando las entidades implicadas a través de sus equipos técnicos, presentaron para su patentamiento en EE.UU., un sistema de resonancia magnética para la detección de compuestos orgánicos y fluidos en rocas de yacimientos llamados shale (pozos petroleros no convencionales). Así, la Oficina de Patentes de los EE.UU. la publicó en 2021; en 2023 se concluyó el proceso, y ya se consiguió el otorgamiento final de la patente.
El equipo técnico estuvo integrado por investigadores de YPF Tecnología S.A. (Y-TEC), CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba; y fue liderado por el científico Rodolfo Acosta, quién está ligado a Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FaMAF) de la mencionada casa de estudios.
En una entrevista publicada días atrás por varios medios, Acosta explicó cuáles son los alcances de este novedoso sistema y la importancia de este logro para la ciencia argentina. Según el investigador, en 2019 la empresa Y-TEC contrató a su equipo para desarrollar una serie de capacitaciones de cara a poder trabajar con un equipamiento que habían adquirido. “Durante esa relación nos confiaron ciertos problemas que estaban enfrentando, y como nosotros podíamos ayudarlos comenzamos un contrato de I+D que concluyó en la patente.”
Respecto del logro de una innovación de nivel internacional en el campo de las aplicaciones de resonancia magnética en la producción petrolera, Acosta explicó que la misma es una herramienta consolidada en los yacimientos convencionales, “pero que no se traslada directamente a las explotaciones no convencionales – las que se denominan shale -, como las de Vaca Muerta donde la geología es diferente. En los yacimientos convencionales, el petróleo está confinado en una formación arenosa; en cambio, en explotaciones como esta del tipo shale, el petróleo está atrapado en formaciones rocosas que devuelven una señal mucho más veloz, que los equipos tradicionales no podían decodificar”; especificó.
Según Acosta, “la resonancia magnética permite ‘ver’ en lo más profundo de la materia, allí donde en realidad no se puede mirar de otra forma. Funciona como si pusieras el material dentro de una emisora de radio. Las ondas de radiofrecuencia alteran el orden magnético de cualquier material; al reordenarse devuelven un eco con una velocidad particular para cada tipo de material. En los fluidos el eco es más largo, en sólidos es muy rápido. Así se puede reconocer la presencia de materia orgánica, fluidos, y de qué tipo. Dicho de otra forma, se excita el material mediante un dispositivo, y se ve el tipo de señales que emite en respuesta. De esa forma se sabe cuál es el material que está emitiendo en respuesta al estímulo”, detalló Acosta quién señaló también de qué manera pueden determinar si en un pozo hay agua, gas, u otra cosa al explicar que “esa información es sensible para el encargado de pozo. Dependiendo de lo que esté presente, se definen los equipos a emplear bajo tierra, y en superficie. Para la empresa representa dinero.”
Comentó además que en función del tipo de señal, se desarrollan los algoritmos necesarios para determinarlos y conocer de qué material sólido se tratan. A partir de muestras de diferentes densidades de petróleo, se tiene una hoja de ruta futura para esta tecnología al remarcar que “la patente pertenece 50% a Y-TEC, 25% a CONICET y 25% a la Universidad Nacional de Córdoba.
Respecto de la proyección o aplicación que esta tecnología podría tener en otras industrias, Acosta mencionó que se realizaron trabajos en alimentos; pero que están fundamentalmente abocados al sector petrolero, tanto por la proyección como por la demanda: “nos hemos sumado a un consorcio entre Conicet y el sector, impulsado por Martin Cismondi del IPQA (Instituto de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Procesos y Química Aplicada). Es la Red Consorcio sobre Fluidos en la Industria del Gas y Petróleo – FIGyP –, en la que participan la academia y empresas como YPF y Pluspetrol, entre otras”.
Acosta promueve el vínculo entre la academia, las empresas y el sector productivo. Afirma que queda mucho por trabajar en la relación entre el mundo académico y las empresas, y consideró que “es fundamental lograr un puente entre el mundo académico y las empresas. Necesitamos mucha más colaboración de este tipo, porque además de los productos que se generan, representan una ocasión para generar confianza”.
Las empresas enfrentan problemas de toda índole en el desarrollo de sus respectivas actividades. Sin embargo, “esos problemas posibilitan a su vez abrir nuevas líneas de investigación y posibilidades de desarrollo. Si la empresa decide invertir en esas soluciones repercute favorablemente en equipamiento, y en ingresos extras que nunca están de más, pero no es lo principal. Lo importante desde nuestro punto de vista es que abre una dimensión compleja de problemas que pueden generar muchos doctorandos, y no sólo eso: los resultados pueden generar una base estadística que te lleva a otro nivel”; culminó Acosta.
Fuente: UNCiencia / CBA24 / AgendAr