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Un mimo a la industria nacional

INVAP concretó la venta del reactor par la construcción de radioisótopos a Holanda. Las negociaciones que databan de 2009 se concretaron días pasados. Una caricia a la industria argentina en tiempos de importaciones.
Redacción
Finalmente se anunció la concreción entre el Gobierno holandés y la empresa estatal rionegrina INVAP, del contrato para la construcción de un reactor nuclear para la producción de radioisótopos.
El acuerdo, cuyas bases fueron establecidas en 2009, alcanza los 500 millones de dólares; y los radioisótopos se destinarán a diagnósticos en cáncer y enfermedades cardiovasculares; y se prevé, abastecerá el 80% de los centros de salud en Holanda, el 70% de los europeos y el 30% a escala global.
El anuncio, fue relativizado en su importancia. Sin embargo, es el resultado de permanentes gestiones a lo largo de estos años. Según el INVAP, Holanda había suspendido la concreción del contrato, atento al simbronazo de la crisis financiera internacional de 2008.
La latencia del proyecto y el éxito de la negociación, vuelve a confirmar las ventajas del desarrollo tecnológico soberano a partir del impulso estatal. La gestión de Mauricio Macri se ha caracterizado desde su inicio, por el constante intento de regresión hacia el esquema de primarización del desarrollo industrial y tecnológico nacional.

El INVAP y la energía atómica en Argentina

Una de las principales carencias con las que cuenta la energía atómica en Argentina, es la poca información que la sociedad posee sobre el desarrollo tecnológico argentino.
A principios de la década de ’50, el Presidente Juan Domingo Perón creó la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con el objetivo de impulsar el desarrollo tecnológico argentino al nivel de las potencias centrales de entonces.
Del trabajo de los primeros años, surgió la construcción del reactor de investigación RA -1, cuya inauguración se realizó en 1958. Durante la década siguiente, Argentina desarrolló otros dos reactores; y en la década del setenta, la CNEA exportó su primer rector a Perú.
En ese contexto surge INVAP, Sociedad del Estado (S.E.)creada en conjunto entre la CONEA y la Provincia de Río Negro; dotada del plafón de un cuarto de siglo de investigación y desarrollo nacional, e integrada por profesionales surgidos del Instituto Balseiro. Amediados de los ochentas y de la mano de INVAp, Argentina exportó su segundo reacto a Argelia.
A partir de allí la empresa estatal, desarrolló satélites de observación; y durante el menemismo exportó el tercer reactor a Egipto. La acumulación de trabajo y conocimiento, derivó en la investigación de desarrollo hacia satélites geoestacionarios; en rigor, de tecnología superior a lo realizado hasta entonces.
Luego del relazamiento del Plan Nuclear en 2006 que se propuso culminar la construcción de Atucha II; el impulso estatal hacia el desarrollo en ciencia y tecnología obtuvo un salto cualitativo. INVAP, mientras tanto, exportaba otro reactor a Australia.
Al crearse la empresa ArSat, la consigna oficial fue la integración de satélites con tecnología 100 % argentina, de la que INVAP fue su contratista principal.
Argentina puso en órbita durante 2014 y 2015, el ArSat 1 y el ArSat 2. Con ellos se inicó el desarrollo del ArSat 3, y el impulso a la industria satelital nacional, que había planificado la construcción de siete satélites entre los años 2016 y 2030.
Con la asunción de la Alianza Cambiemos (UCR – PRO) al gobierno nacional, estos proyectos tuivieron grandes modificaiones. La cosntrucción d ellos siete satélites se paralizó. En el caso del ArSat 3, se firmó un convenio de operación, mantenimiento y gestión con las emppresas Hughes de Estados Unidos y la francesa Thales: Ambas medidas implicaron un sesión de soberanía en materia aeroespacial en el concierto geopolítico.
Días pasados, el diario Río Negro publicó una serie de cifras que ilustran la dimensión de INVAP y del desarrollo en materia tecnológica que posee Aregentina a pesar de los retrocesos.
Según el matutino, la empresa estatal cuanta con más de 1.400 trabajadores de los cuales 930 treinta son profesionales. Los misos están distribuidos entre las ciudades de Bariloche, Buenos Aires, Córdoba, Río Tercero; contando también con peronal en Argelia y Arabia Saudita.
Posee ganacias anuales declaradas por casi 20 millones de pesos, y un volumen de facturación anual que supera los $ 3.200 millones.
INVAp además, participa en seis empresas subsidiarias en forma total o parcial:
– Invap Ingeniería SA Argentina (80% de las acciones)
– Eólica Rionegrina SA Argentina (60,08%)
– Fundación Invap Argentina (100%)
– Frontec SA Argentina (100%)
– Black River Technology Inc. de Estados Unidos (100%)
– Invap do Brasil Ltda (99,99%)

Estas cifras, explican la potencialidad del conocimiento y el trabajo argentino. Dominar la industria y su desarrollo específico otorga soberanía. En el contexto del crecimiento de INVAP y su reconocimiento a nivel internacional, el Presidente Mauricio Macri, a liquidado las licencias argentinas del Plan Renovar (energías alternativas), para priorizar los servicios británicos, estadounidenses y chinos. Paralizó el desarrollo del avión no tripulado de investigación argentino SARA; ala vez que obstaculiza y desfinancia en forma permanente la incipiente industria de radares nacional, y cuyo principal exponente es el RPA 3D homologado internacionalmente en 2014.

Fuentes CNEA / INVAP / Diario Río Negro

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