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Un mundo posible para los pellets de madera

La biomasa forestal presenta con escaso valor agregado industrial alternativas de uso práctico que pueden potenciar tanto al segmento como a las actividades complementarias a nivel local y regional. Un informe asegura que el pellets de madera abre el camino para reducir la dependencia de combustibles fósiles y bajar los costos energéticos en diversas industrias.

Redacción

La Asociación Forestal Argentina (AFoA) publicó un documento que apunta a difundir el potencial productivo e industrial que posee la biomasa de origen forestal en nuestro país. Asegura que, con cerca de 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales, de las cuales el 55 % se encuentra certificada bajo estándares internacionales de gestión sostenible (denominadas PEFC o FSC), Argentina se encuentra ante una oportunidad estratégica para contribuir a su matriz energética e impulsar su bioeconomía a través de los pellets de madera.

El trabajo afirma que este biocombustible sólido, producido a partir de residuos de la actividad forestal e industrial, no solo representa una solución renovable y carbono positiva, sino que abre el camino para reducir la dependencia de combustibles fósiles y bajar los costos energéticos en diversas industrias. La biomasa forestal se compone de materia orgánica de origen vegetal que proviene tanto del manejo silvícola como de los subproductos industriales, como ramas, cortezas, residuos de poda o raleo, aserrín y chips. Lo que antes era considerado desecho, residuo o sub-producto, hoy se transforma en energía renovable: permite generar calor y electricidad a partir de procesos limpios y sostenibles.

Así, los pellets se consolidarían como una de las formas más eficientes de valorización energética de la biomasa forestal. Su producción implica compactar residuos secos en pequeños cilindros de alta densidad energética, fácilmente transportables y de bajo impacto ambiental.

El use de pellets en Argentina todavía es limitado, aunque el segmento crece a partir de la alternativa de agregar valor al otrora residuo forestal y por comercializarlo como insumo para distintas aplicaciones. Según el documento, en nuestro país existen al menos 16 plantas productoras activas.

Empresas como Lipsia, Victoria Maderas, GP Energy en Misiones, y Acon Timber en Corrientes, lideran esta alternativa productiva a partir de integrar verticalmente la cadena desde plantaciones forestales propias, producción de pellets en sus aserraderos y certificaciones de manejo responsable.

Por otra parte, el pellets forestal tendría mercado potencial tanto a nivel interno como externo. A nivel global, la demanda de pellets de madera está en plena expansión. En 2023, Europa alcanzó una capacidad de producción de 27,2 millones de toneladas métricas, con casi 800 plantas operativas. Según AFoA, este biocombustible domina la calefacción doméstica en la Unión Europea -representando el 85 % de la energía renovable utilizada en este sector- y también gana terreno en la generación eléctrica, reemplazando al carbón en múltiples países.

Entre los usos industriales principales que podrían caracterizar parte de la demanda interna y externa, el pellets se utiliza en avicultura para la calefacción de galpones y el control de la temperatura, esencial para el bienestar y crecimiento de las aves. La industria láctea utiliza calderas de pellets para la pasteurización, esterilización, evaporación y secado de productos lácteos, además de la limpieza y desinfección de equipos.

Los secaderos de cereales, también lo aplican al utilizarlo para producir el aire caliente necesario para el secado de maíz, trigo, soja y otros granos, una etapa crítica post-cosecha para asegurar la calidad y conservación. Las cadenas yerbateras y tealeras aplican la calefacción con pellets debido a con su bajo contenido de humedad y granulometría uniforme, resulta en una combustión de mejor calidad y con menor generación de Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs), como el benzopireno. Esto es fundamental no solo para mejorar la calidad de los productos, sino, además, para cumplir con las exigencias de mercados de exportación como la Unión Europea, que tienen límites muy restrictivos para estos compuestos en alimentos.

La fabricación de alimentos balanceados y procesados, utilizan el calor y vapor para cocción, esterilización y secado de ingredientes. También los fabricantes de ladrillos y cerámica proveen calor para los hornos de secado de los materiales.

Otras aplicaciones posibles son las camas para animales, ya que se trata de un material higiénico y absorbente en establos y granjas, así como cama para gatos y otros animales domésticos. También funciona como abono y mejorador de suelos, además que sus cenizas son ricas en nutrientes pueden usarse como fertilizante orgánico.

La biomasa forestal presenta con escaso valor agregado industrial alternativas de uso práctico, que pueden potenciar tanto al segmento como a las actividades complementarias a nivel local y regional. Resta determinar la escala de producción posible y la cadena de costos. Si conviene prosperará.

Fuente: AFOA / Argentina Forestal

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