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Un ponchito y un lomito de guanaco

En la patagonia, una práctica ancestral está siendo pensada y planificada como actividad económica en el marco de prácticas sustentables de explotación. La experiencia alrededor del guanaco es interesante y prometedora.
Redacción
En la localidad de Gobernador Gregores, provincia de Santa Cruz se busca impulsar la actividad de explotación sustentable del guanaco. Por ello, luego de años de trabajo sostenido, en 2022 se pudo llevar a cabo la primera edición de la Fiesta Provincial del Guanaco.
El motivo central, es que desde esa localidad, logre ser el epicentro de todo lo que tenga que ver con el aprovechamiento y manejo sustentable de esta especie, mediante el Programa Nacional de Manejo Sustentable vigente desde 2019. El objetivo, es el de valorar la sustentabilidad del guanaco y a través de ello, fortalecer el desarrollo económico, turístico y cultural de esa localidad del centro de la provincia patagónica. La iniciativa, por añadidura, permitirá consolidar una actividad productiva y su correspondiente mano de obra directa e indirecta asociada en la región.
Según se dió a conocer, la clave inicial para poder realizar el manejo sustentable, es la actividad de “encierre” del guanaco. En el campo, este animal no suele ser bienvenido por parte de los productores ovinos, dado que les “compite” en el consumo del alimento, y por ende en el desarrollo de las majadas. Sin embargo, si se logra desarrollar la cadena, puede que la concepción hacia el guanaco cambie y las actividades puedan convivir ordenadamente.
¿Por qué Gobernador Gregores? Una de las principales promotoras de la iniciativa lo explica: “en Gregores se come guanaco hace décadas, está en la dieta del pueblo y lo ven como una posibilidad, esperando que estén todas las habilitaciones”, a lo que agregó el dato económico: “El lomo se vende a 650 pesos, es económico comparado con las otras carnes”. La cosa va en serio. En el marco de la fiesta, se realizaron distintas actividades que circularon en torno al aprovechamiento de la carne, las variantes gastronómicas y uso de las fibras, talleres de desposte, preparación de la carne y demostraciones.
También expresaron cuáles son las dificultades que enfrentan. Por un lado, los productores ovinos que quieren deshacerse del guanaco , y por otro los ambientalistas que “no quieren que se toque ni un solo ejemplar”. Las voces de Gregores explican de manera muy sencilla cuál es el camino a seguir: “queremos establecer un puente posible, sustentable desde lo ambiental, social y animal, además de lo económico. Hacer desaparecer el guanaco, aún queriendo hacerlo, es imposible. Hay que convivir con él; y el cambio cultural por parte de los productores está ocurriendo desde el bolsillo”.
Según se informó, el camino a recorrer en lo venidero sería el siguiente: no se puede disponer de lso animales sin un censo previo que los contabilice. Luego debe obtenerse los permisos y marcos regulatorios para encerrarlos y hacer la esquila; o la otra variante, la habilitación para que sean enviados al frigorífico según las normativas lo habiliten.
Para eso tiene que funcionar todo un andamiaje, que consiste por un lado en el conocimiento de manejo de majadas y de cómo realizar los “encierres”. Luego, aprender el proceso de extracción de fibra (esquila). Finalmente, la faceta orientada a la alimentación , la industria frigorífica y la alimentación.
Las personas vinculadas ala actividad, plantean que hasta ahora tiene una escala prácticamente doméstica. Hace falta la implementación de un campo de acopio, un corral con alimento y agua para poder ordenar el desorden de la silvestría, porque encerrar guanacos es totalmente distinto a hacerlo con ovinos. Son dos actividades diferentes.
Por lo tanto, encerrar los guanacos dentro del corral constituye el comienzo de la cadena. Según los especialistas, el guanaco es el candidato natural a ocupar el segundo puesto en el ranking del lujo sustentable, después de la vicuña, por precio y calidad. La fibra es similar a la de su pariente andino con una finura que va de 12 a 13 micrones. Por lo tanto, desde la industria textil aseguran que dentro de los parámetros medibles, reúne finura, aislación térmica, absorción de la humedad.
Por otra parte, el 90% de los guanacos están en Argentina. Eso implica escasez en el resto del mundo y puede ser una ventaja comercial, dado que la carne es requerida desde Estados Unidos y China.
En otras oportunidades se intentó el aprovechamiento del guanaco pero las experiencias no prosperaron. Sin embargo, dichos fracasos han servido de experiencia. Hoy se habla en la región de integración ganadera junto con las ovejas, políticas de regeneración de pastizales y forestación.
Tal vez lo importante es la apuesta por una práctica ancestral de aprovechamiento del guanaco que posee la patagonia, y que se convierta en motor para el trabajo argentino.
Seguiremos el tema de cerca.

Fuente: La Opinión Austral

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