Cocina Salvaje 64. Recetas simples y remedios naturales. Buenos, bonitos y baratos. Animate, buscá, juntá, prepará, comé y saná. El jazmín del Cabo no es un jazmín pero se la encuentra en los jardines, da muchas flores, te toma y se come.
El Editor Federal
Las partes de la planta que se consumen son los pimpollos, los pétalos, las hojas y los frutos. Los primeros, pueden consumirse en vinagre, fermentados, encurtidos junto con otros vegetales; en almíbar y en mermeladas.
Los pétalos pueden consumirse crudos en ensaladas de frutas o de verduras, maceraciones, aguas florales, licuados, jugos, cócteles, helados, como decoración comestible, escarchados con azúcar como golosina, aromatizando la miel, gelatinas, flanes y postres. También cocidos en mermeladas, postres, salsas, cremas, buñuelos; en infusión, frescos o deshidratados.
Las hojas pueden consumirse en infusiones (frescas o en hebras); van muy bien en el mate o en tisanas, especialmente combinadas con los pétalos de la misma planta. Transformadas en harina, pueden agregarse a budines y galletas (recomendado, hasta un 5% del peso total de harinas).
Los frutos se consumen en infusiones y como colorante alimenticio, aportando un color amarillo anaranjado.
Entre las propiedades que se le atribuyen al jazmín del Cabo, se encuentran la capacidad de las flores para reducir el estrés, como inmunoestimulante, para mejorar la circulación y bajar el nivel de colesterol. Los frutos y hojas se utilizan como antibacteriano, sedante, febrífugo, para bajar los niveles de colesterol y la presión sanguínea. La infusión y tintura de las hojas se aplican externamente como astringente, cicatrizante y antiséptico.
Antes de pasar a las recetas, agradecemos al grupo Cocina Salvaje*, por permitirnos difundir este material que llega a ustedes por la producción de Patricia Mina**.
Para nosotros es importante poder divulgar el potencial alimenticio, curativo y también gastronómico que poseen los árboles y plantas silvestres; sean autóctonas y naturales de nuestro país o región, como así también las que han ido trayendo las distintas corrientes migratorias, y se adaptaron a nuestro suelo.
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BLEND DE TÉ
Ingredientes
– Unas 5 flores de jazmín del Cabo
– Unas 5 cucharadas, té verde en hebras
– Unas 10 cucharadas, hojas de jazmín del Cabo deshidratadas y machacadas (o más té verde)
Procedimiento
– Desprenda los pétalos de cada flor y extiéndalos sobre una bandeja o superficie amplia para que no se superpongan. Coloque la bandeja a la sombra, en una ubicación con buena ventilación. Remueva los pétalos todos los días hasta que se deshidraten por completo (suele tardar 3 a 4 días).
– Córtelos en tiras, con una tijera (antes o después de la deshidratación).
– Mezcle los pétalos con las hebras. La proporción recomendada es de 2 cucharadas de hebras de hojas de jazmín del Cabo y 1 cucharada de té verde por cada cucharada de pétalos, pero puede ajustarla a su gusto.
– Coloque la mezcla en un frasco herméticamente cerrado, preferentemente de paredes opacas. Almacene en un lugar fresco y al resguardo de la luz.
– Deje reposar durante unos 10 días antes de utilizar, para que los sabores se asienten.
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ENSALADA CON PÉTALOS
Ingredientes
– 1 taza, pétalos de jazmín de Cabo
– 1/2 pepino
– Un puñado, tomates cherry
– 2 cucharadas, yogur griego natural
– 1 cucharada, aceite de oliva
– Sal, a gusto
– 1 cucharadita, semillas de girasol o de sésamo, tostadas
Procedimiento
– Pique los pétalos gruesamente, corte el pepino en cubos y los tomates en cuartos. Mezcle los tres y coloque en un bol.
– Prepare el aderezo mezclando el yogur, el aceite y la sal, y vierta sobre la ensalada.
– Espolvoree con las semillas y sirva.
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SALSA DULCE CRUDA
Ingredientes
– 1 taza, pétalos de jazmín del Cabo
– ½ taza, frutillas
– Cantidad necesaria, azúcar
Procedimiento
– Corte las frutillas en cubos pequeños y pique los pétalos. Coloque ambos en un bol.
– Agregue azúcar de a cucharadas, mezclando tras cada adición, hasta rebozar todas las superficies.
– Cubra y deje en reposo hasta que el azúcar se derrita. Mezcle bien, opcionalmente procese, y guarde en un frasco. Almacene en la heladera durante unos 3-4 días.
NOTA: si pasan los días y no se ha terminado, puede pasteurizar la preparación llevándola sobre el fuego bajo y cocinar hasta alcanzar el punto de arrope o de mermelada, dándole una segunda vida.
– Utilice como salsa para helados, postres, tostadas, canapés.
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*Puede conocer más de Cocina Salvaje en sus redes sociales. Participe también del grupo de discusión «Cocina salvaje – recetas e identificación», donde exploramos el potencial culinario de las plantas silvestres y otros ingredientes no convencionales.
** Patricia Mina es colaboradora permanente de Chasqui Federal Noticias. Preside la Asociación de Cosmética natural Argentina (ACNA); y realiza trabajo de CM en múltiples ámbitos.
Fuente: Cocina Salvaje / Las Cuatro Estaciones