Cocina Salvaje 75. Recetas simples y remedios naturales. Buenos, bonitos y baratos. Animate, buscá, juntá, prepará, comé y saná. Por siglos, la algarroba ha sido base y complemento de la alimentación de varios de nuestros pueblos. El paso del tiempo y el mestizaje cultural, generó también que este fruto de utilice en otras preparaciones además de las ancestralmente conocidas.
Editor Federal
La algarroba se encuentra entre los alimentos autóctonos más antiguos utilizados en Sudamérica, representando uno de los productos forestales no madereros principales de la Argentina. Su consumo se vincula a costumbres ancestrales, en que las comunidades elaboraban la harina de algarroba con mortero de madera.
Es un árbol leguminoso cuya semilla es de color café, azucarada y muy alimenticia. Los árabes lo llaman KAHRUB, de cuya palabra procede la medida «Carate» o Quilate, pues en tiempos remotos se usaba la semilla para pesar las piedras preciosas. Nuestro otro ingrediente es la lavanda angustifolia.
Esta delicada flor proviene de la familia de la menta y tiene una fragancia limpia, relajante y elegante. La lavanda tiene un componente calmante y el aroma dulce tiene cualidades elevadoras que proporcionan una sensación de calma y equilibrio, después del aroma de rosas este es el más popular.
Colabora contra el insomnio, la ansiedad y la irritabilidad, tus emociones se aliviarán desde el principio de oler. Ideal para un estilo de vida más natural y armonioso.
Las cabezas de las flores enteras de variados colores se utilizan en infusiones, bebidas frescas, decoración de postres o comida.
Las flores añaden un sabor suave y agradable a todas tus elaboraciones. Se pueden utilizar en ensaladas, aperitivos, galletitas, budines, panes, pasteles, etc. Son aptas para hornear.
Su sabor es ligeramente dulce y combina muy bien con otras flores, cáscaras de cítricos, vainilla, pimienta negra y especias calientes.
Agradecemos al grupo Cocina Salvaje*, por permitirnos difundir este material que llega a ustedes por la producción de Patricia Mina**.
Para nosotros es importante poder divulgar el potencial alimenticio, curativo y también gastronómico que poseen los árboles y plantas silvestres; sean autóctonas y naturales de nuestro país o región, como así también las que han ido trayendo las distintas corrientes migratorias, y se adaptaron a nuestro suelo.
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MOUSSE DE ALGARROBA Y LAVANDA
Ingredientes (para 2 personas)
1 palta, 40 gr de harina de algarrobo
2 cucharaditas de miel, 2 cucharaditas de flores de lavanda
Elaboración:
1.Cortamos las paltas transversalmente, quitamos el carozo y vaciamos con la cuchara. Se pone en un bol y machacamos con tenedor.
2. Agregamos la harina de algarroba, la miel y seguimos batiendo a mano hasta que esté bien mezclado
3. Rectificamos el dulce y añadimos las flores de lavanda.
4. Podemos dejar reposar en la heladera por una hora o dos.
Ideas, variaciones y usos:
Ideal para desayuno, presentado en una copa con rodajas de fruta por encima. O como relleno de una tarta cruda. También para untar sobre panes dulces o acompañando galletitas.
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*Puede conocer más de Cocina Salvaje en sus redes sociales. Participe también del grupo de discusión «Cocina salvaje – recetas e identificación», donde exploramos el potencial culinario de las plantas silvestres y otros ingredientes no convencionales.
** Patricia Mina es colaboradora permanente de Chasqui Federal Noticias. Preside la Asociación de Cosmética natural Argentina (ACNA); y realiza trabajo de CM en múltiples ámbitos.
Fuente: Silvestre, comestible y creativo / Dawamoru / Cocina Salvaje / Las Cuatro Estaciones