Tanto desde el INV, como productores y empresarios divulgaron una serie de datos que permiten trazar un panorama de la producción vitivinícola en la provincia de San Juan.
Redacción
Desde San Juan llegan reportes sobre el comienzo de la temporada de secado de uvas para pasas. Los racimos utilizados serían de las variedades sin semilla y Cardenal. Afirman además que la sumatoria de sequía, heladas tardías y las olas de calor, afectaron el tamaño de granos y racimos y por eso los rindes son menores a otros años.
Si bien, aún restan saber cantidades, valores y precios pagados al productor, los informes divulgan datos de la temporada anterior, con el objeto de comparar y predecir los posibles resultados finales de la presente campaña. Así, según el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) el año pasado se destinaron para su secado al sol 25.000 toneladas de uvas. San Juan produce el 90% de las pasas de uva argentinas y las mismas son exportadas a 30 países. Cada caja de 10 kilogramos fue exportada por valores que fueron de 18 a 22 dólares. El total de ventas externas de pasas realizado por el país en 2021, rozó los 55,8 millones de dólares.
Para la presente campaña, los productores estarían planteando la necesidad de solicitar entre 80 a 100 pesos por kilo de uva para secar; aunque las empresas que se dedican al secado no estarían dispuestas a pagar más allá de 55 $/kg.
Por otra parte, evaluando la totalidad de hectáreas destinadas a la vitivinicultura en la provincia, el 71% son variedades aptas para vino o la producción de mosto (jugo de uva concentrado). San Juan aporta la mitad de las ventas externas de este último subproducto; es decir, alrededor de 60 millones de dólares. El otro 29% de la superficie plantada, son uvas para pasas o para consumo en fresco. Es en este segmento donde las plantaciones van en aumento, mientras que las variedades de uva para “elaboración” (vinos y mostos) van en descenso.
Según el INV, desde 1990 a 2022, las uvas aptas para fresco o pasas pasaron de 4.000 a más de 12.700 hectáreas. En cambio, respecto de la elaboración cayeron de 42.000 a 36.850 hectáreas.
Sin embargo, la uva mesa está perdiendo producción, menores rindes y reducción de viñedos. Los distintos conflictos que hacen a la dinámica del comercio exterior: alza de fletes, mercados en decrecimiento, y tipo de cambio, están provocando que parte de las uvas para consumo en fresco se estén derivando para el secado para pasas y la elaboración de mostos. Esto está equilibrando el disponible para pasas, que viene en franca caída a causa de la imposibilidad de renovar plantaciones de esas variedades.
Sin embargo, en cuanto a las uvas de mesa, desde 2011 a esta parte, se pasó de una producción de 70 mil toneladas a las 2.000 que obtuvimos en la última campaña.
Fuente: INV / Diario de Cuyo