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Vamos de nuevo: Nadie es Haití

En las últimas horas, hubo dos anuncios importantes para la vida de ese país hermano del Caribe: comenzaron a llegar las fuerzas especiales de Kenya, y el líder de las pandillas escaló el tono del conflicto.

Redacción

Desde Puerto príncipe, capital de Haití, se informó que durante el día de ayer llegaron finalmente al país, 400 efectivos del cuerpo de elite de la Unidad de Despliegue Rápido de la Policía de Kenya. Según se había anunciado semanas atrás, dicho contingente llegaría la isla caribeña, como parte de los refuerzos internacionales para la Policía Nacional haitiana, de cara a combatir a las pandillas que controlan el 80 por ciento de esa ciudad.

El despliegue de las mismas, fue aprobado por una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU en octubre pasado, y forma parte de la asistencia internacional solicitada por el gobierno del país. Se espera además, que otros países se sumen a la brevedad posible, entre ellos Benín, Bahamas, Bangladesh, Barbados, Surinane y Chad.

La presencia keniata se esperaba para fines de mayo pasado. Sin embargo, las demoras se debieron a que en Haití, restaban acondicionarse las instalaciones para recibir a los efectivos, y disponer de los vehículos para el transporte de personal, helicópteros para evacuar heridos, y demás elementos de carácter logístico.

En teoría, Kenya estará al mando del conjunto de las operaciones. Sin embargo, todas las miradas apuntan a que la verdadera conducción de las mismas, están coordinadas por Estados Unidos.

En la actualidad, Haití posee un gobierno de transición, y su primer ministro es Gary Conille.

La intervención genera honda preocupación en la población haitiana, atentos a los posibles y desmedidos usos de la fuerza y ejecuciones extrajudiciales, por parte de las fuerzas extranjeras. No es para menos, el antecedente inmediato está en la presencia durante varios años en la isla de los Cascos Azules – conocida como la MINHUSTA -, que causó severos problemas y dejó importantes secuelas en el entramado social haitiano.

Desde un importante sector del arco político del país, responsabilizan a Estados unidos de la situación haitiana. Los consideran responsables del caos económico, político y social que vive el país, al cual intervino militarmente en 1915 y supuestamente lo abandonó en 1934; aunque nunca dejó de tener incidencia sobre la política interna de la isla.

De hecho, la mayoría de las armas y municiones que utilizan los pandilleros que ahora se pretenden combatir y martirizan a la población, provienen de Estados Unidos.

Es más, con horas de diferencia a la llegada del contingente de fuerzas especiales keniatas, el apuntado como líder de la coalición de pandillas, Jimmy Chérizier – alias Barbecue -, pidió al gobierno haitiano proporcionar servicios públicos para la clase trabajadora como un primer paso para pacificar el país que hoy vive sumido en el caos.

Barbecue había anunciado hace meses “un baño de sangre en Haití si los políticos corruptos seguían conduciendo a país”; al tiempo que responsabilizó a Francia, Canadá y Estados Unidos de lo que ocurriera en la nación caribeña.

Ante esto, los mensajes que se envían desde el gobierno de transición y la fuerza multinacional que se está reuniendo en la isla, es que en pocas semanas comenzaría “una guerra de exterminio contra la coalición de Barbecue”.

Lisa y llanamente, nada bueno está por venir para Haití. Sucede que NADIE es Haití.

Fuente: ONU / Prensa Latina

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