Bolivia y Paraguay buscan generar agenda energética común. Las empresas petroleras de bandera de ambos países hermanos, se empeñan en trazar una agenda y objetivos comunes.
Redacción
Autoridades de las estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y de Petróleos Paraguayos (Petropar), participaron de una reunión conjunta con el objeto de fortalecer relaciones y trazar una agenda energética común entre ambas petroleras.
En junio del presente año, en su visita oficial a Bolivia, en la que firmó una serie de acuerdos bilaterales, el presidente paraguayo, Santiago Peña, informó que su país incrementaría la compra de urea boliviana y fortalecerá los vínculos comerciales en materia energética.
El mandatario paraguayo, definió como “fundamental que Bolivia vea a Paraguay como un proveedor estable y seguro, porque eso nos permite ampliar las compras y bajar los precios. Paraguay tiene su fortaleza, al igual que Bolivia, pero cuando trabajamos juntos somos imbatibles”. “Paraguay a veces le vende diésel a Bolivia, a veces le compra gas, siempre estamos en ese proceso, yo creo que todavía nos queda fortalecer aún más (esa área)”.
El acuerdo además de fomentar la integración regional busca establecer un camino reparador entre ambos países que hace algo más de 90 años atrás protagonizaron lo que se denominó la “Guerra del Chaco”. Uno de los disparadores de ese conflicto había sido la disputa petrolera.
La Standard Oil of New Jersey y la Royal Dutch Shell alentaron a ambos países a disputarse los yacimientos de petróleo existentes en la región. La Guerra del Chaco fue una guerra imperialista entre Estados Unidos –con mayor presencia en Bolivia- y Gran Bretaña –presionando sobre Paraguay-.
En 1932, el gobierno boliviano de Daniel Salamanca declaró la guerra al Paraguay, dejando atrás un período de cinco años de ataques crónicos en la frontera con su vecino del sureste. El saldo de la guerra fue desastroso: murieron poco menos de 100 mil jóvenes bolivianos y más de 30 mil paraguayos. Bolivia, que había iniciado el conflicto, perdió una quinta parte de su territorio.
En el frente interno, aunó esfuerzos en una unidad patriótica y aprovechó para atacar opositores y cerrar sindicatos que denunciaban que el costo de la crisis del 29 lo estaba pagando el pueblo en su conjunto. En el frente externo, se proponía hacerse con el Chaco Paraguayo, y con ello de una salida fluvial, luego de haber perdido tres décadas atrás la salida al océano Pacífico con Chile.
Nadie negó que varias potencias se beneficiaron e hicieron grandes negocios con la venta de armas, aviones, municiones y otros pertrechos de guerra. El resultado del conflicto tampoco estuvo ajeno a los intereses económicos, petroleros, y geopolíticos de Brasil y Argentina, de quienes se dijo demoraron los tratados de paz para conseguir un resultado conveniente a sus pretensiones.
Casi un siglo después, Bolivia y Paraguay buscan generar una agenda energética común.
Fuente: CLAE