Dos provincias argentinas, de cara a atender sus necesidades hídricas particulares, planifican y realizan obras e investigaciones mediante las instituciones estatales, de cara garantizar al acceso al agua para riego y consumo humano.
Redacción
Por un lado Santiago del Estero y por el otro San Juan. Ambas provincias a partir de organismos estatales avanzan en distintas obras hídricas.
En el primer caso, productores de diferentes zonas del sistema de riego de los ríos Dulce y Salado de Santigo del Estero, se reunieron con referentes de la Subsecretaria del Agua de la provincia, con el objetivo de evaluar condiciones en las diferentes áreas.
Las tareas de coordinación de acciones conjuntas, están apuntadas a mejorar el aprovechamiento del sistema de riego y evaluar alternativas para buscar una mejor eficiencia en el uso del agua para fines productivos.
Asimismo, en el marco del Plan de Acceso al Agua INTA Quimilí, se construirán 248 nuevas cisternas para captación de agua. Estas obras serían financiadas con los recursos del Proyecto de Inclusión Socio-Económica en Áreas Rurales (PISEAR).
Las cisternas tendrán específicamente el almacenamiento de agua para uso doméstico, como complemento a las obras hídricas que oportunamente realizara la cartera de Agricultura Nacional. De esta manera, los pequeños agricultores, trabajadores rurales y comunidades indígenas, podrán incrementar tanto la producción de alimentos como también el acceso al líquido vital.
En cuanto a la provincia de San Juan, el Instituto Nacional del Agua (INA), identificó tres acuíferos subterráneos que aún se intentan cuantificar.
Según los técnicos del INA, además del acuífero del Valle de Tulum, un reservorio o cuenca de agua subterránea de unos 3.700 Km2, la provincia de San Juan contiene otros depósitos más pequeños que requieren un urgente estudio para determinar su capacidad de aporte al sistema de riego y a otras necesidades humanas.
Así, en cercanías de la localidad de Pedernal, Departamento Sarmiento, hay tres cuencas que se han originado a partir del denominado flujo de la formación montañosa de El Tontal, entre las que se encuentra El Acequión, Bachongo y Valdivia Ramblón. Desde el INA se estima que, dado que es una zona de escasa exploración, no se puede determinar la cantidad de agua con la que cuentan dichos reservorios, pero que contendrían líquido de buena calidad.
Según la información suministrada por las fuentes, las tareas de medición de los reservorios estarán a cargo de los técnicos del Centro Regional de Aguas Subterráneas (CRAS), organismo que responde a directivas de la Secretaría del Agua, el Departamento de Hidráulica y del Ministerio de Obras Públicas de la provincia de San Juan. A partir de dichas labores, se podrá determinar si estos acuíferos pueden garantizar el sostenimiento de plantaciones, como los cultivos que se están realizando en esa zona.
Las precauciones se basan en la evidencia que presentan los acuíferos que sí tienen explotación en el territorio provincial. Argumentan, que debido a los escasos escurrimientos desde la cordillera, estarían al límite de su aprovechamiento.
Por lo tanto, las tareas también contemplan los estudios necesarios para determinar si estas cuencas tienen posibilidades de recuperarse y cumplir con el objetivo de abastecer de agua para riego a distintos puntos de la provincia.
San Juan posee una superficie mayoritariamente árida y posee bajo riego apenas 20.000 hectáreas. De allí que la disponibilidad del líquido vital, no permite en las actuales condiciones de las estructuras hídricas de la provincia, realizar actividades agrícolas de mayor escala. Lo cual también es una advertencia para la tecnología utilizada en los yacimientos mineros, basados en la utilización de agua en grandes cantidades.
Fuente: INTA / INA / AgendAr / Sur Santiagueño